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Autor Tema: El embrujo del Ibex  (Leído 112 veces)

Eguzki

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El embrujo del Ibex
« en: Abril 30, 2014, 07:22:04 am »
Tras el largo periodo de turbulencias que padeció en los momentos más agudos de la crisis, el verano de 2012 actuó de catalizador para el selectivo español. El parquíé madrileño se tiñó de rojo con caí­das de un 17,4% en 2010; un 13,1% en 2011 y un 4,6% en 2012. Entonces se produjo un punto de inflexión que pudo constatarse a lo largo de 2013, cuando el Ibex alcanzó una revalorización superior al 21% anual. La Bolsa despedí­a un ejercicio con subidas por primera vez desde 2009, cuando el incremento fue del 30%. En lo que llevamos de año ha mantenido la tendencia positiva, anotándose más de un 5%, y varios expertos apuntan que finalizará 2014 por encima del resto de las principales plazas mundiales.

El selectivo español goza de un notable atractivo entre los inversores y ha consolidado su posición como uno de los í­ndices favoritos respecto a sus homólogos europeos o estadounidenses en los últimos meses. “Creo que lo más probable es que el Ibex finalice el año por encima del resto de mercados europeos, de Estados Unidos y de emergentes. Sobre Japón, hay dudas de si van a darle un giro más expansivo a su polí­tica monetaria”, aduce Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG Markets.

Una evolución positiva que los analistas prevíén que se mantenga en los próximos meses. Máxime cuando la Bolsa nipona se revalorizó un 23% en 2012 y un 56% en 2013, la mayor subida del Nikkei en 40 años. Los í­ndices de Wall Street y el Dax alemán –solo por encima del Ibex como la Bolsa con mayores alzas en 2013 entre las plazas del Viejo Continente– alcanzaron nuevos máximos históricos y los grandes mercados europeos cosecharon subidas de dos dí­gitos.

Dos escenarios

En tíérminos de rentabilidad, los analistas barajan para el Ibex un alza de entre el 10% y el 20%. “Pensamos que el Ibex puede terminar el año con una subida de entre un 10% y un 15%, para cerrar entre los 11.000 y los 11.500 puntos”, explica Daniel Pingarrón. “Barajamos un escenario base para el Ibex de 10.800 puntos y otro más optimista que nos llevarí­a a una valoración de 12.100 puntos (un alza del 22%) –lejos aún de sus máximos históricos alcanzados en noviembre de 2007, cuando tocó los 15.945 puntos–. La diferencia la marcará el ritmo de recuperación económica global y su menor o mayor traslado a los resultados empresariales”, expone Natalia Aguirre, directora de análisis y estrategia de Renta 4.

Pero para que este último escenario se cumpla “es necesario que los beneficios empresariales tomen el relevo a la liquidez de los bancos centrales, que suponen una reducción en los costes de financiación, como impulsores de nuevas subidas en las Bolsas”, concluye. En el campo de los resultados empresariales, Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, apunta que “las grandes compañí­as cotizadas españolas se verí­an beneficiadas de una posible bajada del impuesto de sociedades, actualmente en el 30%”.
Creo que el Ibex seguirá haciíéndolo mejor que el resto, pero es evidente que, como parte del recorrido ya está hecho con respecto a la infravaloración e infraponderación del mercado, la subida neta será más limitada en el año, no superior al 7% o 10%”, considera Josíé Luis Martí­nez Campuzano, estratega jefe de Citigroup en España.

Algunos analistas se muestran más cautos respecto al Ibex. “Pensamos que a medio-largo plazo el mercado español no está especialmente barato a estos precios. Incluso, estarí­a ligeramente sobreponderado, en torno a un 4%. A nuestro juicio, el mercado español no es el más interesante ahora mismo en cuanto a valoración. Vemos más potencial a largo plazo en determinados mercados emergentes”, advierte Fernando Luque, editor de Morningstar en España.

Detrás de los motivos principales que subyacen bajo la renovada confianza de los inversores por el Ibex se encuentra la mayor confianza sobre la estabilidad de la zona euro, que posibilitó el regreso de los inversores internacionales y redujo las tensiones en el mercado de deuda. Los activos españoles, castigados durante la crisis, cotizaban a precios muy bajos, y los inversores comenzaron a verlos con interíés. Se produjo el ansiado cambio de percepción sobre el mercado español, que de ser observado como un riesgo a evitar pasó a contemplarse de nuevo como una oportunidad de inversión. El dinero procedente del exterior regresó al Ibex, atraí­do por sus bajas valoraciones y las primeras pistas de una incipiente recuperación económica. Junto a todo ello, las medidas de polí­ticas expansivas adoptadas por los bancos centrales harí­an el resto. Los analistas destacan además un factor diferencial, las reformas gubernamentales adoptadas, así­ como la estabilidad polí­tica, que desligan y distancian al mercado español de otros mercados de la periferia como Grecia o Italia.

Para cerrar el cí­rculo, la prima de riesgo española, el diferencial de rentabilidad de deuda respecto a Alemania, continuó relajándose desde el segundo semestre de 2013, en niveles cercanos a los 290 puntos básicos. “Esto ha provocado un incremento de no residentes que deciden invertir tanto en nuestra deuda pública como en nuestras empresas. La bajada de la prima de riesgo ha permitido un mejor acceso a la financiación en los mercados de deuda a las empresas de nuestro paí­s”, argumenta López-Gálvez.

Mejora de expectativas
Natalia Aguirre considera que ese cambio de tendencia se debe “fundamentalmente al recorte en los costes de financiación, promovido a su vez por las declaraciones y actuaciones del Banco Central Europeo (BCE). Una parte viene por la confirmación de que el proyecto del euro va adelante (algo que se poní­a en duda en verano de 2012) y otra parte por la mejora de expectativas en la economí­a española tras los ajustes y reformas estructurales que se han llevado a cabo y que han permitido a los inversores internacionales recuperar la confianza en nuestra economí­a”. Y es que, como recuerdan los expertos, la Bolsa actúa como indicador adelantado de la evolución de la economí­a real.

“A lo largo de este periodo tambiíén hemos visto una mejora en los datos macroeconómicos, con mayores previsiones de crecimiento, y el desempleo parece haber tocado fondo. El consumo privado lleva tres trimestres en positivo, y ya es de los paí­ses que más crecen de Europa. Además, se ha seguido fraguando la recapitalización bancaria y el reajuste del sistema financiero español”, señala López-Gálvez. Entre las fortalezas del selectivo español que atraen a los inversores, el analista destaca que “la mejora de la competitividad y las exportaciones son un factor clave”. “El mercado inmobiliario tendrá que repuntar tarde o temprano. Respecto al críédito, creemos que se está produciendo un punto de inflexión: los últimos datos muestran que las nuevas operaciones de críédito han aumentado un 6% interanual para empresas y un 16% en los hogares, aunque en flujos netos sigue siendo todaví­a negativo”, concluye.

Daniel Pingarrón destaca el hecho de que “el selectivo español es un í­ndice más cí­clico, que ha recibido un castigo mayor en el pasado”. “La economí­a española está siendo una de las que más están mejorando sus fundamentales respecto al ritmo anterior. Además, los activos perifíéricos son una inversión de moda”, afirma. Según Aguirre, “realmente los inversores se han decantado por los perifíéricos europeos porque el foco de riesgo se ha redireccionado hacia los mercados emergentes, afectados tanto por la retirada progresiva de los estí­mulos económicos planteados por la Reserva Federal de EE UU (Fed), mediante la reducción en la compra de bonos de deuda pública norteamericana, como por la desaceleración que se está observando en la economí­a china”.

Ese castigo padecido por la Bolsa española durante la tormenta financiera ha posibilitado que la posición de partida con la que ha iniciado el selectivo la recuperación fuera más baja respecto a los principales í­ndices europeos y mundiales. Esta es una de las claves del buen momento por el que atraviesa el Ibex. Paula Mercado, directora de análisis de VDOS, cree que “se trata fundamentalmente de una recuperación desde niveles muy bajos, no solo del Ibex, sino del paí­s, que es percibido desde fuera como una oportunidad de inversión, en vista de la rápida recuperación de la balanza comercial y del esfuerzo ciudadano, que ha llevado a una notable reducción del coste de la deuda junto con una fuerte recuperación de la competitividad”.

Firmino Morgado, gestor del renombrado fondo Iberia Fund, coincide con el resto de expertos al resaltar que “el Ibex se ha visto rezagado en estos últimos años respecto a los otros í­ndices europeos y ahora está barato frente a estos”. Y continúa: “Ello no serí­a un motivo por sí­ solo para que lo hiciese mejor; sin embargo, la economí­a española está mejorando rápidamente en muchos de los frentes que tení­a abiertos: desde la prima del riesgo hasta el saneamiento del sector financiero, pasando por la reforma laboral y la consecuente mejora de la productividad aparejada, que ha disparado un área clave como las exportaciones”.

Más rentabilidad

Morgado se muestra optimista respecto a la evolución del í­ndice madrileño, “las acciones comienzan a subir antes que los indicadores económicos, y pensamos que seguirán haciíéndolo como antesala a una recuperación económica española más pronunciada en 2014”. Por su parte, Felipe López-Gálvez alerta: “Tambiíén hay que tener en cuenta el hecho de que el Ibex es, dentro de los grandes í­ndices del mundo, el que mayor rentabilidad por dividendo – aquella que procede exclusivamente de la retribución al accionista– va a ofrecer a lo largo del próximo año. Los datos estimados son: Ibex (4,6%), S&P500 (2,1%), Nasdaq (1,2%), Bovespa (4,1%), FTSE (3,9%), Cac (3,5%), Dax (3%), Nikkei (1,8%) o Hang Seng (3,7%). Esta circunstancia hace que el potencial del Ibex sea más limitado, aunque resulte atractivo para el accionista”.

Natalia Aguirre espera un mejor comportamiento relativo de Europa frente a Estados Unidos. “Por su mayor potencial de recuperación de los beneficios empresariales, sus mejores valoraciones y los posibles nuevos estí­mulos monetarios del BCE. Los paí­ses perifíéricos, incluido España, serí­an los más beneficiados de nuevas medidas expansivas del BCE”, explica.

El discurso del presidente del BCE, a mediados de 2012, fue clave en el cambio de rumbo experimentado por la Bolsa española. Así­ lo resalta Fernando Luque: “En realidad, la recuperación del Ibex (y su mejor comportamiento respecto a los í­ndices europeos) empezó cuando Draghi pronunció las ya famosas palabras de que iba a hacer todo lo que fuera necesario para salvar al euro, en verano de 2012. En cierto sentido, es un movimiento de normalización, ya que anteriormente a este momento el selectivo español habí­a tenido una evolución bastante peor que las demás Bolsas europeas”.

El mejor comportamiento que ha mantenido el Ibex respecto al resto de plazas europeas se pone de manifiesto al compararlo con el Euro Stoxx 50, el í­ndice bursátil de referencia de la eurozona, compuesto por 50 grandes empresas europeas, cinco de las cuales son españolas. Desde agosto de 2012, la evolución comparada del Ibex ha sido siempre superior respecto al Euro Stoxx 50. “En este movimiento tambiíén ha influido el fuerte peso del sector bancario en el Ibex, que alcanza el 40% en el caso del í­ndice español, frente a un 25% en un í­ndice como el Euro Stoxx, ya que este sector ha tenido un comportamiento relativo muy positivo desde la fecha indicada”. Asimismo, concluye Luque, “una de las consecuencias de las palabras de Draghi ha sido una bajada de las rentabilidades de los bonos a largo plazo de la periferia europea, circunstancia que ha favorecido especialmente a los bancos españoles, muy cargados de deuda pública”.

El cambio de panorama en el mercado de deuda ha sido profundo. La deuda española se ha librado al fin de la etiqueta de activo de máximo riesgo y la rentabilidad del bono español a diez años se sitúa hoy rozando el 3%, cuando en el verano de 2012 superó ampliamente el 7%. Esto le ha permitido moverse hacia un territorio muy cercano a sus mí­nimos históricos, el 3,005% registrado en 2005. Una mejora que se ha trasladado a la prima de riesgo, estabilizada por debajo de los 160 puntos básicos y que se mueve en zona de mí­nimos desde 2010. Cabe resaltar que en Italia el interíés exigido al bono italiano a diez años ha marcado nuevos mí­nimos históricos, si bien se sitúa entre dos y tres puntos básicos por encima del equivalente español. El equilibrio polí­tico con la llegada al poder de Matteo Renzi desde febrero ha servido para inspirar confianza en el principal paí­s de la periferia europea. Entre el resto de paí­ses perifíéricos, en Grecia, que acaba de regresar al mercado con su primera colocación de deuda desde su rescate en 2010, la prima de riesgo se sitúa en 458 puntos básicos; la de Portugal, en 222, y la de Irlanda, en 134 puntos.

Marcadores de evolución

La evolución económica y su incidencia en los resultados empresariales, las actuaciones que adopte el BCE respecto a los riesgos deflacionistas y en materia de polí­tica monetaria, así­ como la Reserva Federal en EE UU, junto a las tensiones geopolí­ticas derivadas de la crisis de Ucrania, marcarán en gran medida la evolución del Ibex en los próximos meses. Pero, en cualquier caso, parece que el giro experimentado por el selectivo español y su tendencia positiva se ha asentado, y el fondo del mercado sigue siendo alcista. “Se ha creado un cí­rculo virtuoso, en contraste con el cí­rculo vicioso anterior”, observa Tim Stevenson, director de renta variable europea de Henderson, quien añade que “España se ha recuperado porque hay signos evidentes de que el doloroso proceso de ajuste está empezando a dar sus frutos: el desempleo está empezando a declinar y una variedad de indicadores económicos parece alentadora. Además, se ha producido un fuerte descenso de los costes de financiación”.

Llegados a este punto, la necesidad de refrendar todos los buenos augurios que los inversores han mostrado sobre el mercado español se hace imprescindible para mantener la senda positiva del selectivo español. Toca ratificar las primeras señales positivas sobre la recuperación económica, materializadas con la salida oficial de la recesión de la economí­a española, al crecer un 0,1% en el tercer trimestre y un 0,2% en el segundo trimestre de 2013, y la mejora de las previsiones de crecimiento cara a 2014 de distintos organismos. Pero conviene no perder de vista el incontrolable incremento de la deuda pública, ya en el 96% del PIB, 987.000 millones de euros, a pesar de los esfuerzos de consolidación fiscal, y la posible preocupación de los inversores en la capacidad atribuida al paí­s para devolver la deuda. Porque, como recuerda Martí­nez Campuzano, “el mercado siempre vive de expectativas; ahora se trata de no decepcionar a las generadas de forma positiva sobre España”.

 


La renta variable busca atraer al inversor moderado

La esperada continuación de descensos en los rendimientos de productos ligados al ahorrador con un perfil más conservador, como la renta fija y los depósitos –con la mayorí­a de las ofertas por debajo del 2% TAE–, puede producir un movimiento de inversores hacia las acciones, en busca de unos ratios de rentabilidad más atractivos. “No serí­a de extrañar que muchos inversores, ante la situación de bajos tipos de interíés en el mercado de bonos y en los depósitos bancarios, pudieran buscar rentabilidad en otras clases de activos, como la Bolsa. Dentro de este contexto, no es descabellado buscar mayores retornos en el Ibex atraí­dos por la rentabilidad por dividendo que ofrece, la mayor entre las principales Bolsas”, expone López-Gálvez, de Self Bank.

Según Natalia Aguirre, “es evidente que en el entorno actual de tipos en mí­nimos históricos, y con la expectativa de que se mantengan así­ durante un largo periodo de tiempo, el inversor que pretenda obtener una mayor rentabilidad tendrá que estar dispuesto tambiíén a asumir un mayor riesgo, si bien hay que tener en cuenta que la renta variable puede no ser adecuada para todos los perfiles de riesgo, y cada inversor debe valorar cuál es su capacidad para asumir la mayor volatilidad de las inversiones en Bolsa”.

En su búsqueda de mayores márgenes de rentabilidad, “estamos viendo, poco a poco, un mayor apetito por el riesgo por parte del inversor español. De hecho, este mes de marzo ha sido el decimoquinto mes consecutivo de entradas netas de dinero en fondos de renta variable española”, cuantifica Fernando Luque. Así­ como en el de renta fija perifíérica –con la deuda española en manos de inversores extranjeros en zona de máximos, según datos del Tesoro–.

Paula Mercado incide en que “es algo que puede ya percibirse en los fondos de inversión de gestoras españolas. Fondos mixtos y de renta variable están creciendo de manera notable, a pesar de que aún les supera el crecimiento de los fondos de gestión pasiva”.