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Autor Tema: Las normas de Basilea III dejan como insolventes a un millón de autónomos  (Leído 131 veces)

Eguzki

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Pura propaganda. La teórica apertura del críédito a la economí­a real no se hará realidad para más de un millón de autónomos. Así­ lo afirmó Sebastián Reyna, Secretario General de Upta (Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos) durante la clausura de su IV Congreso Nacional "los autónomos no vamos a tener críédito porque Basilea III nos declara insolventes estructurales".


Inclusive, la propia normativa de riesgo bancaria -que va más allá de los acuerdos del Comitíé- impide de facto que más del 50% del colectivo de trabajadores por cuenta propia superen la barrera de solvencia mí­nima, es decir, que no podrán acceder a la financiación, "al menos durante 2014", puntualizó Reyna.

Lo cierto es que el objetivo de "más y mejor capital" de Basilea III, pasa por un refuerzo de la cobertura de los riesgos "no identificados o bien calibrados" en la etapa previa a la crisis y por el ajuste de parámetros como la probabilidad de impago.

Y según explican desde el área de polí­tica económica de Upta, entre las garantí­as de solvencia mí­nimas a las que se obliga al común de entidades financieras, los autónomos deberán justificar no haber perdido ventas o volumen de producción en los dos ejercicios anteriores a la solicitud del críédito, algo que es prácticamente imposible en la mayorí­a de los negocios y más en íépocas de recesión o muy escaso crecimiento.

Además, añaden que los acuerdos no desarrollan un protocolo o scoring de riesgo adaptado a las particularidades del colectivo, quedando sus príéstamos catalogados dentro del grupo de críéditos al consumo. í‰sto implica una limitación en la cuantí­a de los príéstamos que "difí­cilmente superarán los 8.000 o 10.000 euros".

La AEB (Asociación Española de la Banca) niega en rotundo estas afirmaciones e insisten en que "Basilea III no recoge para nada estas condiciones". De hecho el endurecimiento de los requisitos en los análisis de solvencia de autónomos y pymes supondrí­a erigirse en contra de espí­ritu de Basilea una de cuyas exigencias en su memorándum es "ampliar la concesión de críédito a entidades minoristas".

Esta misma semana la patronal de los pequeños y medianos empresarios, Cepyme, se hací­a eco de la caí­da de 5,4 puntos interanual en la concesión del críédito a pymes durante los cuatro primeros meses del año y denunciaba la poca flexibilidad de los bancos con el colectivo de microempresas que -aunque sí­ son considerados como entidades mercantiles- carecen de estructura, balances contables o garantí­as suficientes que se ajusten a los mí­nimos establecidos en la normativa de riesgo bancaria.

Más fondos y más flexibles

Cuestión íésta que sumada al 25% de coste adicional que supone a las entidades provisionar los críéditos de las empresas calificadas como "dudosas", ampliarí­a en 500.000 los activos que podrí­an no tener acceso al críédito en el corto plazo. En declaraciones a elEconomista, Jesús Terciado, presidente de Cepyme explicó que "las entidades financieras tienen un objetivo muy claro y son las empresas medianas, con volúmenes de facturación elevados y capacidad de exportar." Y añadió que "la normalización del críédito no llegará hasta 2016 y las más pequeñas seguirán estando fuera hasta entonces".

Por su parte las entidades de críédito afirman que "con los criterios mí­nimos que nos marcan desde arriba se llega al punto de que si hay una sola devolución del recibo de la luz o del telíéfono no se puede dar ni un duro". Es decir que "estamos vendiendo humo, solo que ahora creamos expectativas que no se cumplirán", afirman.

Ante la carestí­a continuada del críédito y la escasez de criterios de análisis ajustados a la realidad de autónomos y pequeñas empresas, asociaciones y patronales demandan un mayor desarrollo de los instrumentos públicos que respalden a autónomos y pymes ante las entidades financieras. Instrumentos que ya están creados pero que "deben dotarse de fondos y flexibilizar sus criterios de acceso".

Es el caso de las SGR (Sociedades de Garantí­a Recí­proca) y del desarrollo de nuevas lí­neas de aval y mircrócríéditos ICO, soluciones que "permitirí­an la supervencia de muchos autónomos ", apunta Reyna. Objetivo que, por otra parte, parece estar en el punto de mira del anteproyecto de Ley de Fomento de la Financiación, que refuerza el papel de las fórmulas de críédito alternativas, y que según los expertos "hará que lleguen más euros pero no será la panacea a corto plazo".