La Junta de Castilla-La Mancha en la era Barreda indicaba a Cuadrifolio, la empresa de las campañas del PSOE, cómo amañar sus contratos. Llegaba a requerirle que tuviera presupuestos de otras sociedades "por si Intervención pone problemas".
EL MUNDO ha tenido acceso a una batería de correos electrónicos cruzados entre la Junta de Castilla-La Mancha y la empresa Cuadrifolio que evidencia el amaño sistemático de pagos para favorecer a la entidad que realiza los actos electorales del PSOE.
Este periódico reproduce hoy, a modo de ejemplo, uno de los más representativos, que compendia las prácticas fraudulentas llevadas a cabo para favorecer a Cuadrifolio desde el Gobierno castellano-manchego que presidía Josíé María Barreda.
Está fechado el 9 de febrero de 2007 y lo envía un destacado cargo de confianza del PSOE en la Junta. Este documento, al igual que decenas de contenido similar, obra a día de hoy en poder de la Consejería de Economía de la Junta de Castilla-La Mancha, que conserva todo este material en sus servidores informáticos y tiene previsto ponerlo a disposición judicial.
Los destinatarios de estas misivas eran diferentes trabajadores de la empresa organizadora de eventos que recibían las instrucciones de los cargos del Gobierno autonómico, a los que la empresa regaba cada Navidad con regalos.
"Como te dije el otro día", comienza este correo electrónico, "el total de las facturas de este año debe de ir desglosado por partidas que no superen la cantidad que te dije".
Es decir, añade el alto cargo de Barreda, "para que no haya problemas al haber convenio/subvención y no haber licitación".
'A dedo'
Lo descrito es una fórmula fraudulenta urdida para eludir la Ley de Contratos del Estado, que establecía en esa fecha que cualquier pago superior a 30.000 euros debía ser sometido a un concurso público al que pudiera optar cualquier empresa.
Como los trabajos encargados a Cuadrifolio excedían con creces esa cifra, la Junta recurría tanto a la firma de convenios irregulares como al troceo del importe total para esquivar la convocatoria de licitaciones.
Como la Ley de Contratos permitía adjudicar a dedo trabajos hasta un límite de 12.020 euros, la Junta de Castilla-La Mancha puso en bandeja a Cuadrifolio la solución.
Para solventar el escollo, se dividía el importe total en facturas inferiores a 12.020 euros y se pagaban como si se tratara de eventos distintos.
Sirva tambiíén de ejemplo que los trabajos para el Día de la Región se fraccionaban hasta el punto de pagar por separado las cortinas o la tarima para permitir a Cuadrifolio no tener que competir con otras empresas.
De relleno
Pero es que el correo todavía aporta otra solución más a Cuadrifolio para esquivar los incómodos controles. En el caso de que los pagos oscilaran entre los 12.020 y los 30.000 euros, la ley obliga a la convocatoria de lo que tíécnicamente se denomina procedimiento negociado.
Esta fórmula exige a la Administración pública solicitar tres ofertas a empresas diferentes del mismo sector antes de adjudicar un trabajo. Ya con las propuestas sobre la mesa, el Gobierno castellano-manchego estaba obligado a adjudicar a la más ventajosa. ¿Cómo se esquivaba entonces este requisito legal para otorgar el pago a dedo a Cuadrifolio? Pues el alto cargo de Barreda lo explica a continuación perfectamente.
"Mira a ver si puedes tener esos presupuestos de otros para tenerlos en el cajón por si luego Intervención pone problemas", le indica el cargo público al trabajador de Cuadrifolio.
Es decir, le proponía a la empresa organizadora de los actos del PSOE que fuera ella misma la que buscara otras dos propuestas de relleno para vestir el santo por si los interventores de la Junta pedían explicaciones en algún momento.
Por lo tanto, o bien se dividían los pagos para adjudicarlos de forma discrecional a la empresa de Manuel Tíéllez o bien se amañaban directamente los concursos negociados para que se los llevara siempre Cuadrifolio.
En todos los casos, el completo manual de instrucciones para perpetrar los supuestos delitos de prevaricación, malversación y fraude lo facilitaban los propios cargos de la Junta de Castilla-La Mancha.