El banco central alemán está dispuesto a apoyar un paquete de estímulos del Banco Central Europeo (BCE) en la próxima reunión del mes de junio, siempre que se rebajen las expectativas de inflación en el conjunto de la Eurozona.
Según publica hoy el diario The Wall Street Journal, el Bundesbank secundaría tanto la idea de un tipo negativo de los depósitos como un programa de compra de activos bancarios, aunque nunca a la escala de lo que ha hecho EEUU. El objetivo es evitar que la inflación permanezca demasiado baja, según fuentes cercanas al diario.
Eso sí, la entidad presidida por Jens Weidmann quiere esperar a la revisión de las previsiones de inflación de 2016, que se publicarán precisamente en junio, para posicionarse definitivamente sobre los siguientes pasos a dar.
Esta voluntad del banco alemán, habitualmente el más reacio a los estímulos, supone el gesto más claro que ha dado en los últimos meses, si bien su presidente ya ha señalado en otras ocasiones que se podría abrir la puerta a más medidas.
El estímulo tendría límites: no hay 'QE'
a pesar de este cambio de postura, este apoyo tendría sus límites. El primero y fundamental, en cuanto al tipo de compras de activos. El banco alemán no apoyaría un programa a gran escala de compra de deuda pública y privada, al estilo del quantitative easing (QE) de EEUU o Japón.
Con todo, el estímulo sería significativo, e incluiría varias medidas convencionales y no convencionales: recorte de tipos de interíés y los tipos de depósito; extensión temporal de la barra libre de liquidez para la banca; un nuevo programa de príéstamos bancarios, los denominados LTRO, como los que ya realizó en 2011 y 2012; y finalmente la compra de algunos activos bancarios respaldados por activos, los denominados ABS.
Alemania se alinea con la postura del BCE
La semana pasada, Mario Draghi, presidente del BCE, apuntó en la rueda de prensa posterior a la reunión mensual de la institución que había unanimidad para aplicar medidas no convencionales, avanzando que primero prefieren ver las proyecciones económicas, que se conocerán en junio.
"Yo diría que el Consejo de Gobierno se siente cómodo con una próxima actuación, pero primero quiero ver las proyecciones de los expertos (que se actualizarán el próximo mes)", dijo textualmente Draghi.
Hoy, al igual que el pasado jueves, los mercados han reaccionado con subidas en las bolsas europeas y caídas en el euro. Precisamente la fortaleza de la moneda única ha sido una de las quejas recurrentes tanto de los Gobiernos como de los altos cargos del BCE, aunque hasta ahora no hayan tomado medidas más contundentes.
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