La autopista de peaje Ocaña-La Roda, actualmente en proceso concursal, presentará un convenio de acreedores para evitar su liquidación y poder así pasar a formar parte de la empresa nacional de autopistas con la que el Ministerio de Fomento ultima rescatar a las nueve vías de pago actualmente en quiebra.
La autopista, controlada por Ferrovial y Sacyr y con una deuda de 549 millones de euros, presentará el convenio de acreedores en lo que resta de semana ante el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid, según informaron a Europa Press en fuentes del sector.
En este caso, la presentación del convenio constituye prácticamente un trámite. Con el cumplimiento de esta fase del proceso concursal se pretende evitar la liquidación de la sociedad concesionaria de la vía y garantizar su continuidad hasta que pase a formar parte de la nueva sociedad pública de Fomento.
La fecha de presentación del convenio de la AP-36 Ocaña-La Roda estaba inicialmente prevista para comienzos del pasado mes de marzo, pero se aplazó hasta este jueves, 22 de mayo. Por ende, la correspondiente junta de acreedores, en la que íéstos votan el convenio, quedó fijada para el próximo 18 de julio, frente a la fecha inicial del pasado 18 de abril.
Con este aplazamiento, que fue solicitado por los administradores concursales de la vía, se dio más tiempo al Ministerio que dirige Ana Pastor para acabar de diseñar el sistema y la sociedad pública por la que rescatará a las autopistas en problemas.
De hecho, la propia ministra presentó al sector a finales del pasado mes de marzo su plan de rescate, que pasa por integrar las vías en una sociedad 100% pública tras previamente realizar una quita del 50% a la deuda que tiene con los bancos. El pasivo restante, unos 2.400 millones, se titulizará en un bono a treinta años.
Este plan está pendiente de perfilar con el sector en todos sus tíérminos y de ser aprobado por Real Decreto por parte del Consejo de Ministros.
Concurso desde octubre
En cuanto a la sociedad Autopista Madrid Levante, concesionaria de la AP-36 Ocaña-La Roda, solicitó el concurso de acreedores en octubre de 2012 al no poder hacer frente al pasivo que soportaba y que vencía a finales de ese año.
El desplome del tráfico por la crisis y los sobrecostes que afrontó en las expropiaciones de los terrenos constituyen las principales causas de su situación, al igual que en la del resto de nueve autopistas en quiebra.
Entre ellas figuran las cuatro radiales de Madrid, la Madrid-Toledo, la Cartagena-Vera, la circunvalación de Alicante o la que une la capital y el aeropuerto de Barajas.