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Autor Tema: El ascenso de Alibaba y de un magnate: Jack Ma...  (Leído 157 veces)

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El ascenso de Alibaba y de un magnate: Jack Ma...
« en: Mayo 25, 2014, 01:33:25 pm »
Por...  Neil Gough y Alexandra Stevenson



Alibaba se convirtió en el minorista en lí­nea más grande de China gracias a la visión de su creador Jack Ma, quien confesa que no entiende de tecnologí­a.

La primera vez que Jack Ma usó el Internet, en 1995, buscó “cerveza” y “China” pero no encontró resultados. Intrigado, creó una página web básica para un servicio de traducción al chino con un amigo. A las pocas horas, recibió un puñado de correos electrónicos de todo el mundo solicitando información. Fue una introducción al poder de la web que llevarí­a a Ma a crear el Alibaba Group cuatro años despuíés.

Hoy, Alibaba es el minorista en lí­nea más grande de China, con volúmenes de mercancí­a que solo están detrás de los de Wal-Mart, mundialmente. El gigante del comercio electrónico tambiíén sigue avanzando en sus planes para una venta accionaria que se espera rivalice con la oferta de 16 mil millones de dólares de Facebook hace dos años. Si tiene íéxito, el convenio ayudarí­a a catapultar a Alibaba y Ma, quien posee 8.9 por ciento de la compañí­a, a las filas más altas de los titanes de la industria de la tecnologí­a.

El ascenso de Ma a multimillonario de las .com es notable por no seguir el guión tradicional. A diferencia de Mark Zuckerberg, Steve Jobs o Bill Gates, Ma, de 49 años de edad, no tiene antecedentes en computación y confiesa no entender de tecnologí­a. Criado durante la Revol


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Ma comenzó su carrera como maestro de inglíés.
Más bien, su papel en Alibaba ha sido siempre el de estratega principal de la compañí­a, un motivador extravagante para su personal y un implacable oponente para quienes han competido contra íél. Los dos principales sitios web de Alibaba, Taobao Marketplace y Tmall.com, ahora representan 60 por ciento de los paquetes enviados a travíés del sistema postal chino.

“Representa efectivamente a los millones de personas que ahora dependen de Alibaba para vivir”, dijo Duncan Clark, quien ha conocido a Ma desde fines de los años 90 y es presidente de BDA China, una firma consultora en Pekí­n. “Eso es un grupo de seguidores. Es un polí­tico con 'p’ minúscula”.

Tambiíén ha resultado ser un revolucionario en serie; un forastero con el gusto por crear mercados nuevos reimaginando industrias viejas como las ventas minoristas o las finanzas. Alibaba y Ma están sacudiendo a algunas de las industrias estatales más formales de China, empezando empresas en la banca y las finanzas y las comunicaciones de telefoní­a móvil. Incluso está entrando en el negocio de las tiendas departamentales y la producción cinematográfica.

“La innovación en muchas industrias ha sido desencadenada por forasteros”, escribió Ma en junio pasado en un artí­culo de opinión en El Diario del Pueblo, el periódico oficial del Partido Comunista; una acción inusual para un emprendedor del sector privado.

Estaba poniendo sobre aviso a los bancos estatales del paí­s. La publicación del artí­culo coincidió con el lanzamiento de Yu’e Bao, un producto de mercado de dinero de alto interíés que Alibaba inició para atraer inversión de las cuentas de pago en lí­nea de sus clientes. Para febrero, 81 millones de personas se habí­an suscrito al producto, el cual tení­a 40 mil millones de dólares en activos bajo administración.

Ma pasó apuros en sus primeros esfuerzos por recibir apoyo gubernamental para su nueva empresa.

En un documental estilo biográfico sobre Alibaba llamado “Cocodrilo en el Yangtze”, Porter Erisman, un estadounidense que habla mandarí­n y quien trabajó en Alibaba de 2000 a 2008, presenta imágenes de una de las muchas visitas que Ma hizo a funcionarios de Pekí­n a mediados de los 90. Ma aparece en una camisa de mezclilla azul, sentado sobre una cuadrada vieja computadora laptop en una oficina de gobierno llena de humo y explicando su negocio.

“Actualmente, los extranjeros pueden usar computadoras desde cualquier escritorio para encontrar productos en todo el mundo”, explica Ma. “Pueden ordenarlos directamente a Hong Kong, Taiwán, Singapur, pero no pueden pedir nada de China porque en este momento no hay nada de China en Internet”, dice. “Espero que los diversos departamentos nos apoyen”.

Pero los discursos de Ma fueron rechazados. Pronto dejó China Pages en 1997 para trabajar en una unidad del Ministerio de Comercio de China ayudando a crear sitios web. A principios de 1999, se lanzó por su cuenta de nuevo, para empezar Alibaba.

El primer sitio de la compañí­a, Alibaba.com, era un mercado entre empresas que conectaba a exportadores chinos con compradores en el extranjero.

En 1999, la compañí­a atrajo a Joseph C. Tsai, un ex abogado nacido en Taiwán que habí­a sido educado en Yale y estaba trabajando en una empresa de capital privado en Hong Kong. Juntos Ma y Tsai incorporaron a Goldman Sachs y SoftBank como inversionistas.

Ma empezó Taobao, la plataforma de ventas entre consumidores de la compañí­a, en 2003, en una íépoca en que la unidad china de eBay dominaba el negocio. Peleando por participación de mercado, Ma decidió mantener a Taobao gratuito, aunque estaba perdiendo dinero.

“Desde una perspectiva de inversionistas de Wall Street, estaba dispuesto a hundir a Alibaba para derrotar a eBay”, dice Erisman, el cineasta. “Lo único peor que un competidor inteligente es uno loco que estíé dispuesto a gastar todo su dinero sin esperanza de obtener utilidades”.

En una conferencia de prensa en octubre de 2005, Ma dijo a los reporteros que Taibao habí­a conseguido casi 70 por ciento de la participación de mercado para las compras en lí­nea en China. “Muy pronto seremos los únicos que quedemos. Los dí­as de eBay están contados”, dijo. En 2006, eBay anunció que efectivamente estaba dejando el mercado chino y cediendo sus operaciones a una compañí­a de Internet controlada por Li Ka-shing, el multimillonario de Hong Kong.

“Siempre desee haber nacido en un periodo de guerra. Habrí­a sido general”, dijo alguna vez Ma de su juventud. “Pensaba en lo que podí­a haber logrado en una guerra”.

Ma ha tenido su parte de batallas en las salas de consejo. En 2011, una asociación inicial con Yahoo! formada en 2005 descarriló brevemente. Ma transfirió una de las operaciones más rentables de Alibaba, la unidad de pagos en lí­nea Alipay, a una empresa separada bajo su control sin aprobación formal del consejo de Alibaba, donde SoftBank y Yahoo tení­an participación.

Ma argumentó que fue necesario para obtener una licencia gubernamental para Alipay, porque Pekí­n no querí­a inversionistas extranjeros controlando las empresas de pagos en lí­nea en China. “Si Alipay fuera ilegal o no obtuviera la licencia, Taobao se paralizarí­a”, dijo Ma en ese entonces. “Si Taobao se paralizara, ¿cómo podrí­a Alibaba reformarse y desarrollarse?” Alibaba, Yahoo! y SoftBank eventualmente limaron sus diferencias sobre el tema.

Ma muestra pocos remordimientos por su enfoque agresivo. Respecto al episodio de 2011, comparó sus decisiones con las tomadas por Deng Xiaoping, el lí­der supremo de China durante la fatal represión gubernamental contra los manifestantes de la Plaza Tiananmen el 4 de junio de 1989, que es ampliamente mencionada en China como el “incidente del 4 de junio”.

“Como director ejecutivo de una compañí­a, no importa si es el incidente de Alibaba, no importa si está separando a Alipay; en ese momento, es justo como Deng Xiapoping durante el 4 de junio”, dijo Ma, según lo citó el South China Morning Post de Hong Kong en julio. “Como el responsable más alto del paí­s, demandaba estabilidad. Fue necesario que tomara este tipo de decisión cruel”.

Conforme la compañí­a avanza hacia una oferta pública inicial, Ma parece enfocarse en su legado.

Sigue siendo un presidente ejecutivo que interviene y supervisa la estrategia de Alibaba, pero en mayo de 2013 renunció a su papel como director ejecutivo. Al dí­a siguiente, anunció que habí­a sido designado presidente del consejo de directores de Nature Conservancy par China. Se ha preocupado cada vez más de la contaminación del suelo y el agua en su paí­s.

A fines de abril, Ma y Tsai, un cofundador, anunciaron que donarí­an acciones que representan 2 por ciento de las acciones de Alibaba, una subvención con valor de varios miles de millones de dólares, a fideicomisos de caridad que financiarí­an iniciativas en medio ambiente, medicina y educación. Una donación tan grande rara vez se ve en China, y la acción fue vitoreada por prominentes filántropos.

“(Ma) no era el tipo de personas que inicia un negocio conservando el 90 por ciento del capital para sí­ mismo y realmente acumulando toda la riqueza”, dijo un ejecutivo occidental que le ha conocido durante más de una díécada, declinando ser mencionado por nombre debido a la polí­tica de su compañí­a contra las declaraciones públicas sobre contactos de negocios.

“En los primeros dí­as, cuando Alibaba.com se estaba formando, daba acciones a todos los estudiante de bachillerato que estaban trabajando con íél”, dijo el ejecutivo. “Estaba atrayendo a todos”.



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