Las enseñanzas de Doña Magdalena
LAS ENSEí‘ANZAS DE DOí‘A MAGDALENA
Alejandro Jodorowsky
http://mateafdrina.blogspot.com.es/p/las-ensenanzas-de-dona-magdalena.htmlDOí‘A MAGDALENA Y ALEJANDRO JODOROWSKY. PRIMERAS LECCIONES.
Dada la inmensa fama que adquirió Castaneda publicando las enseñanzas de don Juan, guardíé unos 40 años esas cintas, no queriendo pasar por un imitador del cíélebre escritor. Ahora que nuevos medios de comunicación nos prestan sus servicios he aprovechado para transcribir algunas de esas cintas, sin ningún deseo de explotarlas comercialmente en libros. Sólo las iríé publicando aquí, tal cual las registríé, esperando que le sirvan a quien quiera desarrollar su conciencia. No hay propiedad privada. Son enseñanzas que les pertenecen a todos. Puedes copiarlas cuantas veces quieras. Y si esas meditaciones te sirven, no me lo agradezcas a mí sino a ese santo ser que incineró su individualidad para convertirse en mensajera del Ser Esencial que habita en lo profundo de ti mism@.
En 1980 el grupo surrealista me invitó a pasear con su maestro Andres Breton por las playas de Niza. Diez reverentes artistas, yo entre ellos, seguían al gran poeta que caminaba con los pies desnudos por la costa llena de guijarros, observándolos con atención extrema. De vez en cuando, lanzando una exclamación de placer, recogía una de esas piedras y nos la mostraba. Sus discípulos la examinaban extasiados, luego la guardaban en un saco de cuero negro. Breton había decretado que las únicas esculturas merecedoras de ser exhibidas en museos eran las humildes piedras. Este extraño paseo me reveló la importancia de las piedras. Eran nuestros antepasados. En el mineral se encuentra encerrada la conciencia. ¿Y quíé es la conciencia sino el sueño de la materia? Piedra y sueño: dos facetas de la energía mágica que impregna lo existente…
Que este corto texto sirva de prólogo a una revelación que me decido a hacer a propósito de la energía mágica que impregna lo existente. La curandera doña Magdalena, a la que tuve la ocasión de conocer en Míéxico, me confió muchas de sus enseñanzas en relación con los masajes iniciáticos. En uno de nuestros encuentros, llevíé oculta una pequeña grabadora. Doña Magdalena me había prometido revelarme el poder mágico de mis manos… Registríé todo lo que ella me dijo. He transcrito su enseñanzas, tal como ella las dijo, sin cambiar nada, sin mejorar el estilo, sin eliminar las naturales repeticiones de palabras cuando se usa el lenguaje hablado… No síé cómo este texto será recibido. Aconsejo que cuando doña Magdalena hable de los dedos, tú que estás leyendo esto, los estires, tratando de sentir a travíés de ellos lo que la santa mujer indica.
†Deja posar las manos de manera delicada. Estiran los pulgares y haz un círculo; es el círculo vital que va hacia el exterior. Se hace como si se esculpiera una bola con los pulgares y se saca toda la fuerza por los mismos. Y subes hacia arriba y vuelves hacia ti, y tienes todo el espacio en tus pulgares. Hacia adelante. Más extendidos… más fuerte…
Esto te da la fuerza. Ahora con los dedos pequeños, fortifica, apoya…
Ahora afirmamos nuestro oro y nuestro cuerpo, nuestro lugar. Mi lugar es pequeño pero está ahí. Y yo me pongo ahí. Estos son los dedos pequeños en plena posesión de la materia, en plena energía.
Vamos a jugar ahora con el intelecto. Conectamos el índice con la tierra y señalamos a cada persona; eso está prohibido pero lo hacemos. Me abro y siento que abro mi intelecto hacia el mundo, que subo hacia el cielo del intelecto.
Utiliza ahora la imaginación. Vuelvo, y comienzo a producir viento, aire, cada vez más fuerte. Soplar. Lanzo la tempestad, grande. Más lejos, más lejos, a millares de kilómetros.
Ahora vamos a hacer la fuerza del corazón con el dedo del medio. Este dedo ha sido identificado como el dedo sexual, sucio, que insulta, etc, pero para nosotros es el dedo fuerte del corazón. Se hace lo mismo, se abre lo máximo posible, una proyección que es más larga que en el índice. Y ahora, pon un poco de viento, y aquí una llama, y vamos a hacer un fuego cada vez más grande hasta incendiar la galaxia e incendiarlo todo. Vamos lentamente agrandando el pequeño fuego. Despuíés baja el índice y continua con el otro en llamas, para provocar el incendio. Es el fuego purificador del amor, se purifica todo lo que está polucionado, la tierra, los otros. Incendiar el universo, hacer crecer las estrellas. Y ahora calmar el fuego.
No se si te das cuenta de que estamos construyendo unas manos de potencia. Es así como construimos la mano: yo le doy la potencia a estos dedos. Son manos de mago, manos de poder.
Ahora vamos al dedo del sexo, que es un dedo generador, dulce, en la tradición el sexo es utilizado por el dedo más suave. Es el agua, pero el agua generadora, agua del ocíéano, agua de los ríos. Es la energía sexual del cosmos, la kundalini, prana, todo eso, pero es algo dulce, no agresivo. Y va a producir y producir y de ti va a manar ese agua azul de la Estrella del Tarot. Es agua que tu repartes, agua generatriz, agua bendita, y la pones en toda la materia, en todas las emociones, en todos los pensamientos. Que purifica, que limpia, que se acumula, que brota. Siente la potencia de la reproducción, de la creatividad, del alimento espiritual.
Mira ahora este pulgar tan potente de vida, al que se une este pequeño dedo tan cuadrado. Haces así y ves que puedes hacer un ángulo recto. Porque son tan fuertes y están bien apoyados estos dedos; y despuíés añades entre estos dos dedos, el dedo de la materia, el pequeño, y el dedo de la consciencia, el pulgar. Añades el huracán que has hecho, y añades ese fuego, y añades ese agua dulce y así se unen los tres principios, con esta base que lo sostiene todo. Forma y consciencia. Y mueves tus manos, tratando de comprender todo eso al mismo tiempo. Y tus manos lo sienten así.
Y comienza a sentir que el dorso de tu mano está conectado directamente con el pasado y que todo el pasado está ahí para impulsar tu mano hacia adelante. En el dorso de tu mano está el pasado positivo de toda la humanidad. Te empuja la mano hacia la acción, te propone un camino, pero un camino muy puro. Vas a sentir tus dedos y el dorso de tu mano con todo el pasado de los seres que han vivido, que han desaparecido pero que están aquí. Todos esos seres beníéficos para tu acción en el mundo. Y pones la mano al servicio de Buda, de Cristo, de la Virgen María, de los profetas que están detrás tuyo, en el pasado, ayudándote. Ellos te ayudan todos, y tu vas a mover tu mano obedeciendo al impulso hacia la realización. El pasado te empuja hacia la realización desde el dorso de la mano y desde los dedos tan diferentes. Tienes ayuda en el pasado, el pasado es tuyo, todo el pasado es tu pasado. Y tu pasado te empuja. Todo te sucedió a ti.
Y ahora te concentras en la palma de tu mano, y sientes que con la palma de tu mano te conectas al futuro. Y que el futuro te tira, que todos los seres que van a nacer te tiran. Detrás de ti hay millones de budas que han desaparecido que te miran la espalda, en la misma posición. Y frente a ti hay millones de budas que te llaman y que te tiran de las manos hacia la perfección. Mirado por el pasado y atraído por el futuro. Y tus manos están completamente en el presente. Y donde vayas, llevas el presente. Llevas la sustancia, la consciencia. Y esta consciencia que llevas es amada por todos los seres beníéficos del pasado y por todos los seres beníéficos del futuro. Todos están en tus manos, guiando tus manos.â€
(2). INVOCANDO A DIOS.
Así me habló y enseñó doña Magdalena:
“La mano se apoya sobre el dedo meñique para escribir, este corresponde a la materia corporal. El dedo anular corresponde al agua, creatividad, sexo. El dedo del medio corresponde al fuego, a la vida emocional……. y el índice al intelecto, a la cabeza. Tenemos….. el cuerpo, el sexo, el pecho, la cabeza.
Despuíés que se ha aprendido a comunicar bien con esas cuatro partes, cuando funciona todo perfecto, puedes comunicarte con cada uno de tus dedos, gracias al pulgar que es la consciencia, no es el intelecto. Es como una nueva dimensión del pensamiento. Normalmente tenemos estas cuatro partes que están separadas por nuestra educación, el cuerpo va por un lado, el sexo por otro, la cabeza por otro, la emoción por otro. Cuando se llega al quinto estado, se une eso, es la unión de sí, a partir de ahí, se comienza a conocer. En estos dedos están unidas la vida y la muerte.
Invoca al Dios de tus entrañas, niño querido.
Entonces, tu mano izquierda va a significar el universo, lo que se recibe, la parte receptiva, que toma la materia. Y con este quinto estado se entra en el universo. Confianza completa.
Invoca al Dios de tus entrañas, niño querido.
La mano derecha completa, eso significa el dios activo, la actividad completa, que entra en el universo para hacerlo vivir. Esta es la mano derecha, el mundo de los dioses, el mundo de los seres verdaderamente vivos.
Invoca al Dios de tus entrañas, niño querido.
Ahora, cuando se comunica la cabeza con la tierra, positivo y negativo, la parte positiva y negativa del agua, del sexo… la parte positiva y negativa del corazón… la parte positiva y negativa del intelecto… nuestro consciente positivo y negativo, el universo y la divinidad, se llega al íéxtasis. Es la perfección, todo está unido, se hace la unidad total.
Invoca al Dios de tus entrañas, niño querido.
Todo esto que te hago escuchar y hacer es para enseñar a otras personas, para formar a las personas que puedan despuíés aplicar esto. Mi fin es enseñarte lentamente, calmamente y profundamente, para que puedas enseñar a los otros. Si hacen esto, tendrán un mundo en las manos. Yo me he comunicado con el Dios de mis entrañas, para que íél me guiase, si no, no hubiera comprendido nada. Hay que dejarse ir y en un momento la comprensión viene.
Invoca al Dios de tus entrañas, niño querido.
Concíéntrate en las manos, entra bien en las manos, en el mundo de las manos. Ahora, la una contiene a la otra. Relaja el índice, relaja el dedo del medio, relaja el anular, relaja el meñique, relaja los pulgares. Quita el polvo de tus manos, tíralo, tíralo todo, vacía la cabeza, vacía tu pecho, tu sexo, vacía tu cuerpo. Con esta mano, tomas el fluido de tu pecho, todo lo que es dolor, inútil, gris, y lo quemas en la llama, deja entrar la claridad de la llama dentro de tí. Todo lo que es oscuro, en los hechos realizados y no realizados, lo quemas en la llama y te purificas. Y tú purificas toda la vibración de tu cuerpo y dejas entrar la luz de la llama en tí, absorbes la llama hacia la cabeza, purificas el cuerpo, absorbes hacia tu pecho, hacia tu sexo, hacia todo tu cuerpo.
Invoca al Dios de tus entrañas, niño querido.
Comienza con las manos a hacer movimientos circulares, de ofrenda. Con tus manos, tomas y ofreces. Ahí te conviertes en poderoso. Tomas y tomas todo, la energía, tomas y despuíés lo ofreces: dar, dar. Va hacia lo alto cuando lo haces, cada vez más claros, cada vez más hacia la luz, cada vez más en contacto con las fuerzas celestes. Levanta las manos y tocas lo alto, hay transparencia y pureza. Y despuíés desciendes hacia lo oscuro con tus manos, y vas a tocar la tierra, las fuerzas que están ocultas, las fuerzas que están en el suelo. Te agarras con tus manos al suelo y tomas tu sitio con tus manos en el suelo, si no tomas tu sitio en el suelo, no puedes elevarte hacia lo alto. Entonces tocas el suelo, y despuíés despegas las manos, siempre en unión con el suelo, sin perder jamás, a medida que te elevas, la relación con el suelo. Siempre sintiendo la relación con lo bajo, cuando elevas las manos. Y eres poderoso porque puedes comunicarte con lo bajo y subir más alto, más alto. Más estás en contacto con lo bajo y más te elevas, continúa en contacto con el suelo, y vuelves hacia el suelo, bien consciente. Trata de sentirlo, bien en contacto. Y vuelves a tu fuente, porque tocas a los otros. Es muy bello. Vas a tocar como un músico, vas a jugar con las alturas, y a medida que pones las manos, improvisas y lo sientes, sientes el contacto. Eso es salir de sí. Las manos hacia lo alto están en contacto con el cielo. No hacemos jamás el contacto con el cielo y tú tienes el cielo en tus manos y desciendes y todavía el contacto está ahí.
Y esta que parece una posición completamente terrestre, es una unión con el cielo superior, puedes decir “Nuestro Padreâ€, y puedes decir “Nuestra Madre†y puedes pedir a Diosa-Dios, a la potencia superior con tus manos. “De lo más profundo de mí, yo te llamo, incluso por tierra estoy en comunicación contigo, y yo me elevo hacia tiâ€. Jamás abandones la comunicación con lo alto. No abandones la comunicación con lo alto, todo el tiempo se puede comunicar, sin cesar. Entonces, toma de lo alto, toma la fuerza de Dios, tira hacia ti, lo que no te han dado, tú lo tomas, tomas de la tierra si no te han dado, toma para ti todo lo que necesitas, y ahora, tú recibes y a medida que bajas las manos, recibes más y más y más de arriba en tus manos. Y tú recibes tambiíén la tierra.
Invoca al Dios de tus entrañas, niño querido.
AHora vas hacia el futuro que está en tí, tocas con la palma de tus manos el futuro, el futuro está ahí, es infinito. Y vas hacia ti y estás siempre unido al infinito. El infinito significa la conciencia del universo. Más allá de tu muerte tú llegas. Y tus manos están en el pecho, y estás completamente unido con el futuro de la humanidad, más lejos de la muerte. Estíén donde estíén, tus manos están unidas con la acción del futuro. Y tomas el futuro y lo das al presente. Todo lo que tú serás, tú lo eres. Si serás conciencia cósmica, eres consciencia cósmica, si serás Dios, eres Dios, si serás infinito si serás cosmos, ya eres cosmos , ya eres infinito, eres universo, galaxias. Y tú todo eso puedes dar.
Ahora te unes con el pasado. Sientes la fuerza de todo lo que ha existido, todo lo que ha estado vivo. No hay límites. Hay el nacimiento y el universo. Estamos todos unidos y se puede tomar. Tomo de la tierra, toma del cielo, y de tu cabeza, de tu pecho, de tu sexo. Y da. Dalo todo.
Ahora conoce tus manos. Cada vez que mueves tus manos conectas tus manos a tu imaginación, en la energía, sientes los colores, la luz como la cola de un cometa. Imagina, mueve las manos con los colores y las luces, trabaja. Si no sientes el color deja un trazo negro o gris, pero deja venir el color. Debe salir por la punta de los dedos, manar, los dedos hacia lo alto, deja salir la luz. Vuelve las palmas de tus manos hacia el suelo y deja caer el agua bendita de tus dedos, agua de color, nutritiva, como un níéctar que gotea de tus dedos. Y dale a tus manos la delicadeza de un ser transparente. Haz movimientos con tus dedos de una delicadeza extrema, todo aquello que tu alma puede concebir de delicado. Son tus manos las que hacen mover tus brazos. Ofrece, estas manos delicadas, perfumadas, transparentes, dulces, haz una ofrenda de tus manos. Imagina que hay una divinidad, y que el único regalo que puedes darle son tus manos. Imagina un ser que tú amas, que tú adoras, y no tienes nada que ofrecer excepto tus manos. Es tu ofrenda. He aquí tus manos. Son delicadas pero tienen una fuerza inconmensurable, porque pueden ofrecer un regalo delicado y fuerte al mismo tiempo, dulzura y pasión, luz, transparencia y solidez. Imagina que tus manos son las más bellas de la creación, acepta la belleza en ti, tus manos son bellas y puras y fuertes y equilibradas.
Y en la palma de tus manos, sientes la comunicación con la tierra, con el cielo, con el futuro, con el pasado. Piensa que tus manos son el centro del universo, todo gira alrededor de la belleza de tus manos, los ángeles, miríadas de ángeles, seres de luz, la divinidad Madre-Padre.
Con esas manos puedes controlar toda la tierra, porque la tierra te ama. Cuida la tierra con tus manos. Tus manos están sostenidas por toda la fuerza de la tierra, ella te sostiene, luego ella te ama. Con esas manos alimenta el fuego, para que no se apague, porque el fuego te ama, y se convierte en tu amigo. Y deja salir ahora de tus manos llamas, porque el fuego te ama. Y en el dorso de tu mano, siente la potencia de los manantiales, porque las fuentes te aman y tú puedes controlar el agua. Y ahora pon tus manos en el aire, en el espacio, puedes penetrar en todos los misterios, en todo lo que es inmaterial. Puedes atravesar el universo con tus manos, en la dirección que tú quieras. Todo es amigable hacia tus manos, tus manos son las novias del universo.
Invoca al Dios de tus entrañas, niño querido.
Siente bien la diferencia ahora entre la mano izquierda y la mano derecha. Y ahora, tomas la mano derecha y la mano izquierda y haces un lazo, es la paz entre tu derecha y tu izquierda, las pones juntas, y las acaricias. Os tocáis y os reconocíéis, manos y conocíéis la amistad y la colaboración, y las manos trabajan juntas, ellas se comprenden, colaboran. Cuando una es actividad, la otra recibe, no hay duda en la colaboración de tus manos, ellas se conocen y se aceptan, sin necesidad de ponerse de acuerdo, un movimiento repercusiona en la otra, compenetración total. Como Dios y el universo, como el amado y el amante, como la hija y la madre, como el hijo y el padre, ellas son hermanas. Eres tú mismo, que colabora contigo mismo, es la amistad.
(3). UNE TUS MANOS COMO SI REZARAS.
Esa tarde, antes de enseñarme una nueva posición de manos para volverlas mágicas, Doña Magdalena me dijo: “Esto que te voy a enseñar puede parecerte muy simple, pero como todas las cosas sagradas es igual a la tinta de un pulpo… El animal lanza su tinta y el ocíéano cambia: lo han inseminado. La mancha misteriosa, a travíés de los años, los siglos, se va expandiendo hasta abarcar toda el agua. Ahora y para siempre el ocíéano es tinta de pulpo… ¿Comprendes? El pulpo ya no tiene razón de ser, cumplió su misión, desaparece… La otra vez intentaste fotografiarme, te lo prohibí. Hoy síé que estás grabando mi voz en ese aparatito… No quiero que nada personal quede de mí en este mundo. Mi persona no interesa. Lo que te enseño, que es para todos, eso es lo que interesa. Olvida mi cara, escribe lo que te voy a decir y luego quema esas cintas, que mi voz se borre tambiíén. No soy persona, soy la tinta del pulpo.â€
Ahora junta tus dos manos a la altura de tu pecho, como si rezaras. Pero no pienses que rezas ni que saludas ni que agradeces. Concíéntrate en el Dios-Diosa de tus entrañas, y siente que tus manos están juntas. Ahora imagina que tienes miel en los oídos y escucha:
Hay que trabajar con el concepto de Dios-Diosa, si no se hace, no se progresa. Cuando se es un templo, es porque Dios-Diosa lo habita, cuando se es una casa, se la consagra a Dios-Diosa, cuando se limpia el cuerpo, se le limpia para recibir a Dios-Diosa. Hace falta que a tus manos vengan las entidades angíélicas y Dios-Diosa. Es esa el agua que llega a la perfección, es el agua bendita, Dios-Diosa bebe en ese agua bendita, porque ese agua es Dios-Diosa el mismo , por lo tanto, puede beber de sí mismo, de eso que tú le das, que corresponde a la naturaleza divina. Es un agua del que no tienes que avergonzarte, no debes tener vergí¼enza de la divinidad. Es una ofrenda, y la ofrenda debe ser digna de la divinidad. Cuando regalas una flor, no llevas una flor cualquiera, sino que aportas la mejor flor que encuentras, das lo mejor de ti. Esto es digno de la divinidad interior, no importa si tienes la fe o si no crees, lo importante es estar concentrado, el pensar que lo que tú das es digno de un Dios. Para que el agua sea digna de Dios-Diosa, hace falta que aquello la produzca. La sangre que tú tienes en tus manos es la sangre de Cristo.
Como nuestra vida, nuestra sociedad, no es perfecta, aquello que debería estar unido está desunido, tenemos la desunión en nuestra vida; hemos sentido la desunión del padre y de la madre, incluso si han vivido juntos no han estado unidos, ha habido desunión entre los hermanos, desunión entre el sexo y el cuerpo, entre el cuerpo y el alma. Hemos vivido la desunión, la desunión sentimental, la desunión de lugar, las desuniones que llegan del exterior, la que nos producen y que nos desunen interiormente. Por eso no se pueden juntar bien las dos manos, porque hay desunión interior entre la izquierda y la derecha.
Esta posición de manos es muy simple, es el primer templo que une el cuerpo, el corazón, el sexo y la mente, y despuíés se une la quintaesencia. Se pone la palma junto a la otra palma, el índice junto al otro indice, y así los otros dedos, el semejante junto al semejante, y entonces las palmas. Apriíétales. Siente que apresas la oscuridad, la oscuridad, más aún, más profundo, negro, negro, tinta, nada, y en el centro la unión, se llega al Dios-Diosa, a la adoración.
Es un gesto de adoración, pero no se puede llegar a la adoración si no se tiene la unión completa de su derecha y su izquierda, las dos manos caen en total unión, es la unión de todo lo que esta desunido en nosotros, nuestra hembra y nuestro macho, nuestra mente se une con el corazón, con el sexo, con el cuerpo. Es la sinceridad perfecta, vida interior y al mismo tiempo, promesa de la adoración. Cuando se habla de adoración se va a percibir esa unión, y hay que estrecharla bien porque es una cosa preciosa. Solamente uniíéndose en uno mismo se puede recibir al otro, si no se está unido en sí mismo no se puede uno unir al otro.
Es la unión del cuerpo y del espíritu, porque no tenemos un cuerpo y un espíritu, sino una unión de los dos. Es la unión de este mundo y del otro mundo, porque hay otro mundo, un mundo invisible que es todo lo que no se ve pero que existe. Es la unión del mundo antes de la vida y despuíés de la vida, se vive en los dos mundos al mismo tiempo. Se une lo que se conoce y lo que no se conoce (porque Dios-Diosa no se puede conocer), se une lo humano y lo divino, es la unión completa de todo lo que se es y lo que no se conoce. Se esta unido, se crea la unidad en sí.
Hay una acción que se enriquece, porque la mente, el sexo, lo emocional y el cuerpo se enriquecen, todo se enriquece. Con la aceptación viene la riqueza, con la riqueza viene la alegría, el corazón late entre las manos y no se puede matar esa unión, solamente se puede destruir lo que esta separado, lo que esta unido es indestructible. Las manifestaciones separadas se pueden destruir porque son díébiles, pero cuando se tiene la unidad en sí no te pueden destruir, tienes una defensa completa, que no es una defensa sino una unidad perfecta.
Aprieta bien las palmas unas con otras para expresar el deseo de unión, de contemplación interior. Pero ¿que significa y porque se dice adoración? Porque se comienza a comprender que la unión que hay no es superior, que hay un estado superior; cuando hay una unión se comprende que hay un nivel superior, por lo tanto se le adora y se acepta este nivel superior del ser, que es el nivel de la colaboración, de la contemplación interior, de la unión perfecta. En íél tienes todas las posibilidades, nada en ti lucha contra nada, es una colaboración completa: tu mente, tu emocional, tu sexo, tu cuerpo, van a colaborar en tu salud, no van a estropearla; tu emocional no va a estropear tu salud ni tu vida económica; tu búsqueda económica no va a estropear tu vida emocional; tu mente no va a dañar tu cuerpo; tu cuerpo va a aprender las ordenes de tu mente; el mundo invisible no va a molestar el mundo visible y viceversa, el espíritu no va a molestar a la materia, la materia no va a molestar al espíritu. Es una aceptación perfecta y desde que se llega a la unidad, esta unidad es aceptada por la divinidad.
Hay que hacer la unidad y en ese momento, es la unidad con la divinidad. Se puede adorar, y cuando se descubre el secreto de esta posición te puedes dirigir al dios interior del otro, porque puedes ver al otro en su unidad, puedes ver la unidad del otro. Es lo que enseña la unidad, y a partir de ese momento nunca te vas a dirigir al otro pensando solo en su cabeza, o en su carácter o en su emocionalidad o pensando solo en su cuerpo, en su sexualidad, en ese momento puedes adorar al otro en su totalidad y en su divinidad.
Es importante, es crucial esta posición de manos, hay que cerrar bien las manos con fervor. Ahora inclina tus manos juntas hacia delante, hacia los otros. Porque vas hacia la humanidad ante todo, y vas hacia la elaboración de la unidad.
Por esa posición, haces contigo mismo un contrato de unidad, ya no habrá ningún aspecto de ti que vayas a desdeñar, no te pones a pensar nada más que en lo que reclama tu atención, el intelecto, yo lo pienso, el emocional, yo lo pienso, mi cuerpo yo lo tomo en cuenta, mi realización la tomo en cuenta. Trabaja sin conflictos contigo mismo en la realización de tu unidad y la realización de tu unidad es la adoración de la unidad, el reconocimiento de la unidad del mundo y de los otros seres sociales. Dejas de luchar contra ti mismo en cualquier nivel, dejas de estar en conflicto contra ti mismo, tu espíritu no se revuelve contra tu cuerpo, tu cuerpo no se revuelve contra tu espíritu, aceptas tu cuerpo, aceptas tu espíritu. No quieres ser otro, el otro no es la solución, la solución es tu unidad. Tu te recreas en tu unidad, porque cuando no tienes la unidad estás fragmentado, estás mutilado.
Un dedo y el otro están en una posición de colaboración, todo colabora, una mano colabora con la otra, un dedo con el otro; ahí se entra en esa frase del evangelio: “Ayúdate tú mismo y Dios te ayudaráâ€. Hay adoración de la unidad del otro, es decir, tú reconoces el valor del otro, hay revelación, eso te revela tu valor, tú vas a reconocerte y tú vas a reconocer al otro, tú en tu unidad, íél en su unidad, se trata de igualdad a igualdad en las relaciones, de relaciones en la perfección. Es la adoración del otro, porque si se hace bien, se experimenta un gran placer con el otro, en ese momento no tienes nada que pedir al otro, ni tienes nada que destruir, es la relación humana en su más alta perfección. La perfección de las dos dimensiones, por que hay lo alto y lo bajo, detrás y delante, la izquierda y la derecha, el centro y la superficie, y la luz y la sombra.