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Autor Tema: El Amor de las Palabras  (Leído 654 veces)

Scientia

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El Amor de las Palabras
« en: Junio 03, 2014, 09:18:56 pm »
EL AMOR DE LAS PALABRAS

 
El Amor de las Palabras

http://www.luzarcoiris.com/el-amor-de-las-palabras/

 
“SI EXAGERíSEMOS NUESTRAS ALEGRíAS COMO LO HACEMOS CON NUESTRAS PENAS, NUESTROS PROBLEMAS PERDERíAN IMPORTANCIA” ANATOLE FRANCE

Escuchar las palabras que decimos a diario es  un ejercicio que nos ayuda a entender  un poco más nuestras acciones y pensamientos. ¿Quíé pasarí­a si le sacásemos una radiografí­a a nuestro vocabulario?  ¿Quíé descubrirí­amos? Una persona negativa cuenta hasta un evento personal positivo desde la negatividad. 
Por ejemplo:       
               â€œNo puedo creer que me ganíé la loterí­a     
“¡Es increí­ble!  Me siento tan bien”

 


 

 

Muchas veces  la persona negativa cuando menciona la parte positiva de su historia le da poca importancia y reconocimiento a lo bueno sucedido en su vida, no registrando los logros obtenidos por más insignificantes que sean o le parezcan.  El tiempo y íénfasis de su energí­a se lo seguirá llevando su actitud negativa.


“Culto a la negatividad,” un hábito del que se puede salir en el momento que uno este decidido a cambiar.  Del mismo modo que existen los adictos al alcohol, las drogas, el cigarrillo, el sexo, etc., existen los adictos a la negatividad quienes vibran en una baja frecuencia a la que están habituados y desde donde atraen situaciones y personas que los ayudan a mantener  esa vibración constantemente.   Cualquier evento, idea, persona que emita una vibración más alta o positiva pasa desapercibida o es anulada inmediatamente.  Le huyen a las noticias o eventos positivos, no los registran o los reinterpretan desde el pantano de la negatividad. ¿Cómo se puede romper este cí­rculo vicioso?  ¿Quíé sucederí­a en la vida de un individuo si por un rato permitiera que las palabras de aliento, de apoyo, comprensión y amor le toquen el corazón y el alma?

LA AUTORA LOUIS HAY RECOMIENDA EN SU LIBRO “COMO SANAR SU VIDA” GRABARNOS Y ESCUCHAR DETENIDAMENTE NUESTRAS PALABRAS.  ¿CUíNTAS DE ESTAS FRASES USAMOS A DIARIO?

 

 â€œNo pretendas apagar con fuego un incendio, ni remediar con agua una inundación.”                     Confucio


FRASES QUE SERIAN BENEFICIOSAS QUITAR DE NUESTRO VOCABULARIO:
     

   Me envenena la sangre …                    Me enferma …    Me revienta …                                        No soporto / tolero …    ¡Quíé desgracia!                                      ¡Es un infierno!
   Odio cuando …                                       Me pone verde …    Me da dolor de estómago …                ¡Quíé castigo!    Es una condena …                                 ¡Quíé desastre!

Me duele el alma cuando …                  Lo/la matarí­a cuando …
   
Me mata …                                              Veo todo negro…                     
    ¡Todo me sale mal!                                 ¡No sirvo para nada!        Soy/Es un idiota                                      Soy/Es un inservible…     

¡Otro problema más!                               ¡Esto no cambia más!
Lo bueno le pasa a los demás                Pobrecito/a …       

Las palabras tienen una energí­a propia y representan nuestro estado interior. ¿Quíé le pasa a nuestros oí­dos cuando escuchamos palabras positivas, de aliento?  ¿Permitimos que ese vocabulario y la energí­a que lo acompaña entren a nosotros? El hecho de estar conscientes de que un vocabulario positivo nos ayuda a parar la crí­tica constante  y habitual, es un gran paso a un cambio poderoso.


Es fundamental entender el poder de las palabras y ver que un comentario se puede decir de muchas maneras. Tenemos la capacidad de elegir nuestras reacciones.  La relación entre padres e hijos, entre hermanos o amigos, generan una gran cantidad de información relacionada a este tema.
¿Quíé palabras usamos cuando le hablamos a nuestros hijos?  ¿Los ayudamos a sentirse orgullosos de sus logros o intentos?  ¿Los minimizamos?  ¿Cuando ellos hablan me escucho a mí­ mismo?  ¿Me gusta lo que escucho?  ¿Quíé critico  de mi hermano o mi amigo? ¿Lo aliento con mi crí­tica o lo anulo?
Despuíés de analizar las situaciones anteriormente mencionadas, ¿Cuál es el sentimiento que nos generan? ¿Es positivo o negativo? El resultado nos indicará en que tipo de energí­a vibratoria estamos manifestando nuestra realidad o vida cotidiana.

DIETA DE PALABRAS

¿Cómo anda nuestro monólogo interno?  ¿Quíé sucederí­a si con el famoso, “solo por hoy,” por solo un dí­a no escucháramos las malas noticias que suceden en nuestro paí­s y el mundo?  ¿Quíé sucederí­a si “solo por hoy” pensamos en esos rostros anónimos que andan por la Tierra regalando sonrisas, optimismo, amor, curando enfermos, abrazando almas solitarias … ¿Quíé nos pasarí­a si por veinticuatro horas elegimos expresarnos usando un vocabulario diferente?  Y al dí­a siguiente decidimos repetir la experiencia del “solo por hoy” ¿Y por quíé no otro dí­a más? Y otro, y otro……..



Scientia

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Re: El Amor de las Palabras
« Respuesta #1 en: Junio 03, 2014, 09:21:59 pm »
PODER CURATIVO DE LAS PALABRAS.

 http://www.luzarcoiris.com/poder-curativo-de-las-palabras/
La palabra, junto con el poder de la vibración es capaz de crear, sanar y tambiíén destruir.

La teorí­a indica que cuando focalizamos nuestra mente en algo, y a esto le sumamos el sentimiento y la emoción para finalmente expresarlo, estamos exteriorizando y materializando un poder que estará afectando los reinados de la materia

LO QUE LE DICES A TU SEMEJANTE, TE LO DICES A TI MISMO

Si cada uno de nosotros estuviíésemos conscientes de que la energí­a liberada en cada palabra afecta no sólo a quien se la dirigimos sino tambiíén a nosotros mismos y al mundo que nos rodea, comenzarí­amos a cuidar más lo que decimos.

Los antiguos esenios sabí­an de la existencia de un enorme poder contenido en la oración, el verbo y la palabra. Los antiguos alfabetos, como el sánscrito, el arameo y el lenguaje hebreo son fuentes de poder en sí­ mismos. Los esenios utilizaron la energí­a que canaliza el lenguaje – la cual era la manifestación final del pensamiento, la emoción y el sentimiento- para manifestar en la realidad la calidad de vida que deseaban experimentar en este mundo. En las culturas del antiguo Oriente eran utilizados los mantras, los rezos, los cánticos y las plegarias con una intención predeterminada como tíécnicas para materializar estados internos y programar, de una forma ignorada por nosotros en la actualidad, realidades pensadas, deseadas y afirmadas previamente.

Los estudios realizados por fí­sicos cuánticos comienzan a redescubrir y validar el enorme conocimiento olvidado de antiguas culturas ancestrales. Un conocimiento que se encuentra aún escondido y olvidado y que nos aportarí­a el poder de cambiar nuestro mundo.

LAS PALABRAS PUEDEN PROGRAMAR EL ADN

La más reciente investigación cientí­fica rusa apunta a que el ADN puede ser influido y reprogramado por palabras y frecuencias, sin seccionar ni reemplazar genes individuales. Solo el 10% de nuestro ADN se utiliza para construir proteí­nas, y este pequeño porcentaje del total que compone el ADN es el que estudian los investigadores occidentales. El otro 90% es considerado “ADN chatarra”. Sin embargo los investigadores rusos, convencidos de que la naturaleza no es tonta, reunieron a lingí¼istas y genetistas -en un estudio sin precedentes- , para explorar ese 90% de “ADN chatarra”.

Los resultados arrojaron conclusiones impensadas: según los estudios, nuestro ADN no sólo es el responsable de la construcción de nuestro cuerpo, sino que tambiíén sirve como almacíén de información y para la comunicación a toda escala de la biologí­a. Los lingí¼istas rusos descubrieron que el código geníético, especialmente en el aparentemente inútil 90%, sigue las mismas reglas de todos nuestros lenguajes humanos. Compararon las reglas de sintaxis (la forma en que se colocan juntas las palabras para formar frases y oraciones), la semántica (el estudio del significado del lenguaje) y las reglas gramaticales básicas y así­ descubrieron que los alcalinos de nuestro ADN siguen una gramática regular y sí­ tienen reglas fijas, tal como nuestros idiomas.

Por lo tanto, los lenguajes humanos no aparecieron coincidentemente, sino que son un reflejo de nuestro ADN inherente. El biofí­sico y biólogo molecular ruso Pjotr Garjajev y sus colegas tambiíén exploraron el comportamiento vibratorio del ADN. “Los cromosomas vivos funcionan como computadoras solitónicas/holográ ficas usando la radiación láser del ADN endógeno”. Eso significa que uno simplemente puede usar palabras y oraciones del lenguaje humano para influir sobre el ADN o reprogramarlo.

Los maestros espirituales y religiosos de la antigí¼edad han sabido, desde hace miles de años, que nuestro cuerpo se puede programar por medio del lenguaje, las palabras y el pensamiento. Ahora eso se ha probado y explicado cientí­ficamente. La sorpresa mayor fue descubrir la manera en que el 90% del “ADN Chatarra” almacena la información. “Imaginemos una biblioteca que en lugar de archivar miles de libros sólo guarda el alfabeto común a todos los libros, entonces, cuando uno solicita la información de un determinado libro, el alfabeto reúne todo lo contenido en sus páginas y nos lo pone a nuestra disposición”, aclaró Garjajev. Esto nos abre las puertas a un misterio aún mayor: que la verdadera “biblioteca” estarí­a fuera de nuestros cuerpos en algún lugar desconocido del cosmos y que el ADN estarí­a en comunicación permanente con este reservorio universal de conocimiento.

LA EVIDENCIA INESPERADA

El investigador Dan Winter, que desarrollara un programa de computación para estudiar las ondas sinusoidales que emite el corazón bajo respuestas emocionales, en una fase de la investigación con sus colegas, Fred Wolf y Carlos Suárez, analizó las vibraciones del lenguaje hebreo con un espectrograma. Lo que descubrieron fue que los pictogramas que representan los sí­mbolos del alfabeto hebreo se correspondí­an exactamente con la figura que conforma la longitud de onda del sonido de cada palabra.

Es decir que la forma de cada letra era la exacta figura que formaba dicha longitud de onda al ser vocalizada. Tambiíén comprobaron que los sí­mbolos que conforman el alfabeto son representaciones geomíétricas. En el caso del alfabeto hebreo, las 22 gráficos utilizados como letras son 22 nombres propios originalmente usados para designar diferentes estados o estructuras de una única energí­a cósmica sagrada, la cual es la esencia y semblanza de todo lo que es. El libro del Gíénesis está escrito en este lenguaje.

Las letras de los antiguos alfabetos son formas estructuradas de energí­a vibracional que proyectan fuerzas propias de la estructura geomíétrica de la creación. De esta manera, con el lenguaje se puede tanto crear como destruir. El ser humano potencia el poder contenido en los alfabetos al sumarle el poder de su propia intención. Eso nos convierte en responsables directos de los procesos creacionales o destructivos en la vida. y con tan solo ¡la palabra!

EL PODER CURATIVO DE LA PALABRA

Existe una capacidad demostrada en la que la palabra puede afectar la programación del ADN. La salud podrí­a conservarse indefinidamente si nos orientamos en pensamientos, sentimientos, emociones y palabras creativas y, por sobre todo, bien intencionadas.

Los estudios del Instituto Heart Math nos abren un nuevo panorama hacia la curación, no solo de los humanos enfermos, sino tambiíén para la sanación planetaria. El instituto cree en la existencia de lo que ellos dieron en llamar “hí­per-comunicació n”, una especie de red de Internet bajo la cual todos los organismos vivos estarí­an conectados y comunicados permitiendo la existencia de la llamada “conciencia colectiva”.

El Hearth Math declara que si todos los seres humanos fuíéramos conscientes de la existencia de esta matriz de comunicación entre los seres vivos, y trabajáramos en la unificación de pensamientos con objetivos mancomunados, serí­amos capaces de logros impensados, como la reversión repentina de procesos climáticos adversos.

El poder de los rezos, oraciones y peticiones, tal como nos lo han legado los antiguos esenios -potenciado por millares de personas-, nos otorgarí­a un poder que superarí­a al de cualquier potencia militar que quisiera imponernos su voluntad por la fuerza.

Este poder ha sido demostrado en especies animales como los delfines, que trabajan unificados en objetivos comunes. Los delfines utilizan patrones geomíétricos de hí­per-comunicació n, ultrasonido y resonancias que les sirven para interactuar con las grillas energíéticas del planeta. Estos animales poseen la capacidad de producir estructuras sónicas geomíétricas y armónicas bajo el agua. Podrí­amos afirmar que los delfines ayudan más a mantener el equilibrio planetario de lo que lo hacen los humanos.

Si Dios nos otorgó el poder, significa que quiere que nosotros, una vez alcanzado un nivel de conciencia determinado,

Ayudemos con respeto a la vida a ser co-creadores de su obra.

Brad Hunter.

http://saikuhayotravidaposible.blogspot.com.ar

lauramsagra

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Re: El Amor de las Palabras
« Respuesta #2 en: Junio 04, 2014, 03:00:37 pm »
Ole, por eso yo siempre positivo, siempre bien, ignorando los contrapies, traspiíés son solo eso
Si de todo aprendo, no hay paso equivocado.😉