Por... Oscar Tomasi
La Cumbre Ibíérica se celebró hoy en la localidad lusa de Vidago marcada por las primeras señales de recuperación económica en España y Portugal, lo que ya se refleja en una mejora del comercio bilateral tras superar el bache sufrido por la crisis.
Así lo apuntan los datos que manejan los institutos estadísticos a un lado y otro de la frontera, y que coinciden con las sensaciones de patronales y empresarios.
El presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, y el primer ministro portuguíés, Pedro Passos Coelho, destacaron tambiíén en su declaración conjunta la "favorable evolución de los intercambios comerciales", y se mostraron confiados en que la inversión "pronto seguirá por la misma senda".
Para conseguirlo, se comprometieron a cooperar con mayor intensidad en varios sectores, entre ellos el de la energía, las infraestructuras o el turismo.
"Hemos vuelto a niveles de comercio precrisis, y sólo en el primer trimestre de 2014 se observa un incremento del 15 % respecto al ejercicio anterior, que ya fue bastante bueno de por sí", constató hoy en declaraciones a Efe el presidente de la Cámara de Comercio e Industria Luso-Española (CCILE), Enrique Santos.
Portugal se consolidó durante 2013 y principios de este año como el tercer principal mercado a nivel mundial para los productos españoles, y se recuperó así del bache sufrido un año antes por causa de la crisis.
Con apenas diez millones de habitantes, el país compró el pasado ejercicio bienes por valor de 17.500 millones de euros -casi 2.000 millones más que un año antes-, sólo por detrás de Francia y Alemania, pero por encima de Reino Unido e Italia pese a que los dos cuentan con seis veces más población.
Este valor supera incluso el montante que exporta España a Sudamíérica entera, lo que da una idea del peso que representa Lisboa en sus exportaciones.
Automóviles, combustibles, textil y plásticos figuran en la lista de los más vendidos, y por regiones son Cataluña, Madrid y Galicia las que encabezan las estadísticas.
Desde suelo luso esta importancia es mayor si cabe, ya que el país vecino es el principal destino de sus exportaciones -aglutina un tercio del total-, muy por delante del resto.
España volvió a erigirse en 2013 en el principal socio comercial de Portugal y le compró bienes por valor de 11.180 millones de euros -casi un 10 % más que un año antes-, exactamente el doble de lo que el país vendió a Alemania y Francia, que ocupan la segunda y tercera posición.
Esta notable subida compensa el retroceso sufrido en 2012, cuando las ventas lusas se contrajeron un 4,5 %, contrariando una tendencia al alza prolongada en el tiempo.
Varias de las más importantes compañías españolas están presentes en suelo luso, con la petrolera Repsol, la aseguradora Mapfre, los grandes almacenes de El Corte Inglíés o el banco Santander como principales baluartes.
Tambiíén Caixabank y el Sabadell cuentan con intereses en la Bolsa de Lisboa, ya que cada uno es accionista del Banco Portuguíés de Inversiones (BPI) y del Banco Comercial Portuguíés (BCP), respectivamente.
No obstante, en los últimos años abandonaron el país vecino otros "gigantes", entre ellos Telefónica o Abertis, que se desprendieron de sus participaciones en Portugal Telecom y Brisa, respectivamente.
"Las grandes compañías españolas continuaron en Portugal pese a la crisis. Tengo contacto directo con gestores de estas empresas y su idea es seguir aquí y aumentar sus inversiones", aseguró el presidente de la Cámara Luso-Española.
Del lado portuguíés, la petrolera Galp, el Banco Espírito Santo (BES), la Caixa Geral de Depósitos (CGD), la empresa de transportes Luís Simoes o la elíéctrica EDP son algunas de las firmas más representativas con presencia al otro lado de la frontera.
La mejora económica a la que apuntan diferentes indicadores se debe en parte a la boyante situación del turismo, ya que tanto España como Portugal cerraron 2013 con cifras ríécord.
Sin embargo, los flujos entre ambos países se comportaron de forma diametralmente opuesta. Mientras que el número de españoles que visitaron Portugal se incrementó el año pasado en un 3,6 %, hasta rondar los 1,2 millones de turistas, la cifra de ciudadanos lusos que pasaron sus vacaciones en el país vecino se contrajo un 8,5 %, hasta los 1,6 millones.