La dirección de Portland Valderrivas y los responsables de FCC, el accionista de control con el 78%, han iniciado conversaciones con la banca para refinanciar un críédito del grupo cementero e 958 millones de euros que, en principio, vence en 2016. El objetivo es lograr el visto bueno de los acreedores para tener una nueva estructura financiera más sostenible a partir de enero del año que viene.
Antes, deberá salvar dos grandes escollos: el riesgo de impago, ya que la compañía tiene que abordar un vencimiento de 50 millones de euros antes del próximo 30 de junio; y convencer a los fondos de inversión que podrían desestabilizar las negociaciones despuíés de comprar con descuento en las últimas semanas en torno al 30% de la deuda de Portland Valderrivas.
Ambas circunstancias se producen en un contexto en el que el mercado del cemento en España se recupera muy lentamente despuíés de que el consumo haya tocado mínimos históricos en 2013.
Descuentos
Fuentes inmersas en las conversaciones confirman que, aproximadamente, un tercio del pasivo (unos 300 millones) ha sido comprado con fuertes descuentos por fondos de deuda, conocidos como fondos buitre, entre los que figuran firmas como Apollo, GSO y Avenue Capital, entre otros.
Se desconoce la identidad de los bancos que han traspasado ese pasivo. Portland firmó en 2012 un críédito sindicado de 1.200 millones con más de una veintena de bancos. En aquel momento, BBVA, con 166 millones, Santander (107 millones) y Sabadell (95 millones) figuraban como las entidades más expuestas. Entre los extranjeros, West LB, BPI y Natixis tambiíén aportaron financiación a la empresa. Destaca entre los acreedores el Instituto de Críédito Oficial (ICO) que prestó unos 40 millones a la filial de FCC.
El punto de partida de las conversaciones ha sido la constitución de un steering comite (comitíé de vigilancia de la banca) formado por BBVA, Santander, La Caixa, Credit Agricole, Kutxa y Sabadell. Además, se han contratado los servicios de la consultora KPMG para realizar una auditoría independiente del negocio.
Los resultados de la compañía presidida por Josíé Luis Sáenz de Miera están seriamente lastrados por el hundimiento de las ventas del cemento en España. En el primer trimestre del año, las ventas del grupo cayeron un 8,6%, hasta 111 millones de euros.
El resultado bruto de explotación (ebitda) subió un 117%, hasta 15,6 millones, mientras que las píérdidas sumaron 24,3 millones. En la compañía son relativamente optimistas, ya que en el segundo trimestre del año el consumo de cemento en España (menos de 11 millones de toneladas al año) ha vuelto a crecer. Portland cayó ayer en Bolsa un 1,5% hasta 7,17 euros por título. La acción se ha revalorizado en un año un 60%.
El asunto más urgente de Portland (recientemente capitalizada por FCC) es un vencimiento de 50 millones de euros que los bancos ya habían aplazado hasta finales de este mes.
Fuentes financieras apuntan que el grupo no podrá abonar esta cantidad, por lo que lo más probable es que accedan a firmar otra prórroga y un stand still (periodo de de no exigibilidad de obligaciones) para llegar a un acuerdo global antes de enero de 2015. Entre medias, Portland sigue atenta al proceso de reordenación del sector. La compañía está dispuesta a analizar fusiones.