EFE
La exsecretaria de Estado y exprimera dama de EE.UU. Hillary Clinton dijo en una entrevista televisiva emitida que su familia estaba "completamente en bancarrota" y con numerosas deudas cuando dejaron la Casa Blanca hace ahora más de doce años.
"Dejamos la Casa Blanca no sólo en bancarrota, sino con muchas deudas. No teníamos dinero cuando llegamos allí y nos costó reunir los recursos para las hipotecas, las casas, la educación de Chelsea -su única hija-. No fue fácil", confesó la esposa del expresidente Bill Clinton en una entrevista con la cadena ABC emitida este lunes por la noche en la víspera del lanzamiento de sus nuevo libro, "Hard Choices" (Decisiones difíciles).
Hillary Clinton justificó así que tanto ella como su marido hayan pronunciado numerosos discursos bajo pago desde que dejaron la mansión presidencial, unas alocuciones que han alcanzado los 750.000 dólares cada una en el caso del expresidente y los 200.000 en el suyo.
Preguntada en la entrevista por si considera que los estadounidenses podrán entender que cobre "cinco veces el salario medio nacional por un discurso", Hillary Clinton rebatió: "creo que pronunciar discursos por dinero es mucho mejor que conectar con un grupo o empresa como han hecho tantos de los que han dejado la vida pública".
Cuando dejaron la Casa Blanca, los Clinton tenían una deuda total de entre 2,28 y 10,6 millones de dólares, según datos de la cadena CNN.
"Nunca tuve dinero hasta que salí de la Casa Blanca, pero me ha ido razonablemente bien desde entonces", comentó Bill Clinton en un foro en Sudáfrica en 2010.
"Bill ha trabajado realmente duro, ha trabajado muy duro", subrayó Clinton en la entrevista con ABC.
Desde que dejó el Departamento de Estado en 2013, Hillary Clinton habría amasado hasta 5 millones de dólares en discursos, según datos de la publicación Mother Jones.
No obstante, tambiíén es frecuente que tanto ella como su marido pronuncien alocuciones sin recibir remuneración.
Hillary Clinton comienza esta semana una gira por todo Estados Unidos para presentar su último libro de memorias, en el que repasa sus años al frente de la diplomacia estadounidense.
La gira se produce en un contexto en el que está situada como la potencial candidata demócrata con más posibilidades para aspirar a la carrera presidencial en 2016.