George Soros puede dejar de ser un accionista minoritario de FCC para convertirse en el salvador de la familia Koplowitz y el mayor inversor del grupo. El famoso financiero estadounidense está negociando con la dueña de la constructora una inyección dineraria en B 1998, la sociedad holding desde la que Esther y su hija Alicia Alcocer aún controlan la mayoría del capital de la histórica compañía.
Fuentes conocedoras de la operación han confirmado las conversaciones entre Soros y los asesores de Esther Koplowitz, que atraviesa por problemas financieros al no poder devolver una deuda personal de 1.100 millones de euros relacionada con la compra de acciones de FCC. Las mismas fuentes señalan que la propuesta del inversor de origen húngaro está siendo fiscalizada por BBVA y Bankia, los dos mayores acreedores de B 1998.
A travíés de esta sociedad instrumental, la familia Koplowitz controla el 50,1% de FCC. Pero el problema de la empresaria es que no puede atender al pago de sus príéstamos, por lo que necesita una inyección de capital urgente para no perder el control de la patrimonial y, en consecuencia, de la constructora. Precisamente, las diferencias entre Soros y la máxima accionista de FCC son el importe de la ampliación de capital, ya que, en función de cuantos millones suscriba Soros, la familia dejaría de tener la mayoría del capital y el dominio de la gestión.
Otras fuentes señalan que BBVA y Bankia le han propuesto que acepte una aportación de uno de los hombres más ricos del planeta de unos 600 millones de euros, inyección que le daría a Soros la mayoría de B 1998 y, por extensión, de FCC. Pero Esther Koplowitz, asesorada por Messier Maris & Associíés, el banco de inversión del conocido financiero Jean-Marie Messier, no quiere que la ayuda supere los 400 millones, volumen que le permitiría seguir manteniendo el timón de ambas sociedades. La compañía ha declinado hacer ningún comentario oficial sobre esta información.
Como adelantó El Confidencial, Soros ya salió en ayuda de la familia el pasado mes de diciembre cuando compró el 3,8% de FCC que la empresaria vendió a travíés de B 1998 por cerca de 70 millones. Con ese dinero, Koplowitz afrontó el pago de unos intereses que tenía vencidos desde hacía cerca de un año. La banca le había dado varias prórrogas para hacer frente a sus obligaciones, pero la dueña de la compañía tuvo que esperar casi diez meses para vender ese trozo de FCC porque, debido al bajo precio en bolsa de la constructora, ni con la venta de ese paquete habría podido abonar los intereses. La venta de ese porcentaje estaba medida, porque al desprenderse del 3,8% aún conseguía mantener la mayoría del capital de FCC.
Unas excelentes condiciones
En las conversaciones con Soros tambiíén está participando el fondo Guggenheim, que ya se ha acercado en varios ocasiones a la familia para participar en la refinanciación y en la ampliación de capital de la patrimonial. La operación se tiene que acelerar en las próximas semanas porque Koplowitz tiene hasta principios de agosto para cumplir con la banca, que le quiere facilitar su rescate personal siempre y cuando se asegure la solvencia de la compañía.
Lo que han negociado hasta la fecha con los dos principales bancos financiadores de B 1998 es una carencia total sobre la obligación de pagar los intereses y el capital de los distintos príéstamos con los que la empresaria fue adquiriendo de forma paulatina hasta el 54% de FCC a unos precios muy superiores a los que cotiza actualmente en bolsa. Los críéditos otorgados al holding familiar devengaban unos intereses anuales de unos 70 millones de euros, una cantidad que la hija del fundador afrontaba gracias a los ingresos que obtenía con el dividendo de la constructora.
Pero como la compañía ha suprimido sine die la retribución a los accionistas, la empresaria tiene dos opciones: o vende otro trozo de FCC o da entrada a un inversor en su sociedad para recapitalizarse. Los activos de B 1998 –la participación del 50% de FCC– rondan los 1.100 millones, lo mismo que lo que debe, por lo que su patrimonio sería cero.