A Matthew Key le ha sentado muy mal que Cíésar Alierta le relegara del puesto de consejero delegado de Telefónica Digital, la incubadora desde la que la compañía intentaría engancharse a las nuevas aplicaciones que han roto el monopolio de los grandes operadores. En respuesta a su alejamiento forzado de la primera línea del negocio, el directivo inglíés ha decidido vender sus acciones en el grupo, del que sigue cobrando como consejero de Telefónica O2 UK.
Según consta en los archivos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Key se ha desprendido en el último mes de más de 100.000 títulos de Telefónica por un importe aproximado de 1,25 millones de euros. El ejecutivo de la compañía española, que llegó a ser identificado como el experto que modernizaría los servicios del grupo, ha ido ordenando ventas semanales desde el pasado 14 de mayo.
Ese día comunicó al regulador que había enajenado 66.000 matildes a un precio medio de 11,5 euros. Una semana despuíés, el 23 de mayo, vendió otras 13.000 acciones, la misma cantidad que colocó el 3 y el 12 de junio, último día que ha hecho público su intención de hacer caja con los títulos que previamente había recibido de forma gratuita.
Porque Key era uno de los nueve primeros directivos del Grupo Telefónica que tenían un trato preferencial en los planes de incentivos de la multinacional. Su primer premio lo recibió en 2008, cuando Alierta le entregó 99.637 acciones correspondientes al Tercer Ciclo del “Plan de Entrega de Acciones 2006 (Performance Share Plan 2006). En 2010 fue bonificado con otras 89.331 por el citado plan en su segundo ciclo, mientras que en 2011 –tercera fase– se metió al bolsillo otros 97.444 títulos. El cuarto ciclo, que abarcaba de 2009 a 2012, quedó desierto por el mal comportamiento en bolsa de Telefónica.
La junta general de accionistas de 2011 aprobó un nuevo programa de fidelización por objetivos –denominado Performance & Investment Plan (“PIPâ€) 2011-2016– por el que los consejeros ejecutivos y los principales directivos eran premiados con un número relevante de acciones si Telefónica lo hacía mejor que sus competidores en relación a la revalorización en bolsa.
Despuíés del presidente, Cíésar Alierta, y del número dos, Josíé María ílvarez Pallete, Key fue el que más acciones tenía derecho a recibir en caso de obtener los objetivos estipulados, lo cual refleja bien a las claras que era uno de los más importantes de la compañía. De los tres tramos, al británico le corresponden un máximo de 483.000 títulos de Telefónica.
No obstante, Alierta prescindió de sus servicios como consejero delegado de la división Digital el pasado 27 de febrero despuíés de tres años en el cargo y tras fracasar en el intento de crear la Telefónica del futuro. El presidente de la operadora le agradeció sus servicios hasta el punto de que le indemnizó con 20 millones de euros. Por si no fuera poco, le dejó como consejero de Telefónica O2 UK, la empresa desde la que llegó al grupo cuando la española compró a la británica a finales de 2005.
Falla la apuesta de Alierta
Por otra parte, este viernes es el último día que tiene Alierta para ejercer las opciones sobre 10 millones de acciones de la compañía que contrató en septiembre de 2011. El máximo dirigente de la operadora apostó 2,8 millones de euros de su bolsillo (0,28 euros de prima por cada opción) a que Telefónica cotizaría por encima de los 18 euros el 20 de junio de 2014. Lo hizo para demostrar su confianza en el potencial de revalorización del grupo –un 40% desde el momento de la operación– y atraer a otros inversores. Hoy, las matildes no alcanzan los 12,5, por debajo del precio al que se cambiaban el día que Alierta anunció su envite, por lo que el que fuera bróker de bolsa perderá su inversión.
No es la primera vez que falla el tiro. En abril de 2008, adquirió opciones que vencían en 2011 a un precio de ejercicio de 30 euros por título. La cotización no sólo no subió desde entonces (estaba a 18,5 euros), sino que cayó hasta el vencimiento. Un año antes, en marzo de 2007, adquirió opciones sobre 8,2 millones de acciones con vencimiento a cuatro años a un precio de 22 euros por acción, pero de nuevo perdió lo invertido. En total, se estima que Alierta se dejó en ambas operaciones en torno a los 10 millones de euros
