La reforma fiscal promovida por el Gobierno, sin ser revolucionaria, sí que va a cambiar el perfil tributario de varios productos de ahorro e inversión. En tíérminos generales, los particulares se beneficiarán de la rebaja progresiva de los tipos aplicados a las tarifas del ahorro, que gravan los rendimientos de depósitos, fondos de inversión y acciones.
Pero más allá de esta mejora generalizada para el pequeño inversor, la reforma favorecerá especialmente a los fondos de inversión y perjudicará al ahorro a travíés de planes de pensiones.
Buena parte del cambio del ecosistema inversor se explica por la creación de un nuevo producto de ahorro a medio plazo, los planes Ahorro 5, que competirán con los depósitos por atraer el dinero más conservador.
Planes de pensiones
Es uno de los productos que sale peor parado, aunque menos de lo que esperaba el sector. El Gobierno quiere reducir los topes máximos de desgravación en la base del IRPF desde los 10.000 euros actuales (12.500 euros para mayores de 50 años), a tan solo 8.000 euros. En teoría, esta limitación de las ventajas fiscales del producto, podría reducir las aportaciones, que ya llevan varios años de capa caída. Sin embargo, en las gestoras hacen otro análisis.
“Pocos ahorradores llegaban al tope de los 10.000 euros, por lo que el impacto de la reducción del límite será muy pequeñoâ€, explica un directivo del sector. De hecho, la liberación de renta disponible que se derivará de la rebaja generalizada del Impuesto sobre la Renta podría compensar el efecto negativo señalado y reactivar su contratación.
Depósitos
Su ríégimen fiscal tan solo se ve afectado por la revisión a la baja de los tipos aplicados a las rentas del capital. Así, los intereses que generan este tipo de productos, hasta un límite de 6.000 euros, pasará de tributar al 21% a hacerlo al 20% en 2015, y al 19% en 2016.
En cualquier caso, con los bajos tipos de interíés que ofrecen ahora las imposiciones a plazo fijo (menos del 2% TAE), el efecto de la rebaja fiscal será muy limitado.
El único aspecto de la reforma fiscal que puede perjudicar a este producto es la seria competencia que tendrán por parte de los nuevos planes Ahorro 5, que tendrán una exención fiscal completa si se mantienen cinco años.
Bolsa
La inversión directa en acciones tendrá un impacto dual con la reforma fiscal. Por una parte, los particulares saldrán ganando cuando vendan títulos bursátiles antes de que pase un año desde que los compraron. Con la situación actual, estas plusvalías tributaban al tipo general del IRPF, que podía llegar al 52%, mientras que a partir de 2015 lo harán al 20%.
Por el lado negativo, el Ejecutivo quiere suprimir la exención por los primeros 1.500 euros cobrados en dividendos, una ventaja fiscal que premiaba especialmente a pequeños inversores con vocación de mantener sus acciones durante un plazo considerable. Así, el efecto agregado de las dos medidas hará más atractivas las inversiones especulativas en renta variable, frente a las inversiones a largo plazo.
Fondos de inversión
Este tipo de productos saldrá ganando tanto por la rebaja general del tipo sobre las ganancias patrimoniales, como por las limitaciones que tendrán algunos de los productos rivales. En primer lugar, cuando el propietario de un fondo decida venderlo, las plusvalías tendrán una tributación más favorable. El tipo máximo para las ganancias pasará del 27% actual al 24% en 2015 (para cantidades que excedan de los 50.000 euros).
Además, cuando el inversor decida vender un fondo sin haberlo llegado a mantener un año, no sufrirá la penalización que regía hasta ahora para las plusvalías a corto plazo. Por otra parte, este producto gana más atractivo frente a los planes de pensiones, que tienen mayores limitaciones en cuanto a su desgravación fiscal.
Vivienda para alquilar
Comprar una vivienda para luego alquilarla perderá atractivo. Quienes tuvieran un inmueble arrendado dejarán de beneficiarse del ríégimen inmobiliario que existía en el IRPF. Ahora, todos los rendimientos inmobiliarios –excluidos los gastos y amortizaciones correspondientes– se aplicarán una reducción del 50%. Ni más ni menos. Hasta ahora, la reducción general se encontraba en el 60% y alcanzaba hasta el 100% cuando los inquilinos eran menores de 35 años. Con estos cambios, la adquisición de un inmueble para su posterior arrendamiento pierde parte de su interíés como inversión.
El sector espera más fomento del ahorro previsión
M. M. M.
El sector asegurador y el bancario se han quedado fríos con la falta de medidas concretas incluidas en la reforma fiscal para impulsar el ahorro como complemento de la jubilación.
Aunque tanto el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, como el de Economía, Luis de Guindos, o incluso el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, habían mostrado su compromiso por potenciar el ahorro a largo plazo, lo cierto es que ninguna de las iniciativas incluidas en el anteproyecto de ley puede decirse que vaya encaminada en esta línea.
De hecho, la única referencia expresa que se incorpora en relación al ahorro previsión es la reducción de los límites máximos de desgravación en el IRPF por aportaciones a planes de pensiones.
En cuanto al nuevo producto, bautizado como planes Ahorro 5 (que pueden adoptar la forma de cuentas bancarias o seguros de vida), su perfil está orientado al medio y no al largo plazo. Estos planes permitirán una exención fiscal para las inversiones que se mantengan al menos cinco años, y tendrán un límite máximo de 5.000 euros por ahorrador. Dado que con el actual entorno de tipos bajos la rentabilidad difícilmente puede superar el 3% TAE, el ahorro fiscal máximo que podría obtener el contribuyente sería de tan solo 150 euros. “Este tipo de producto puede que compita algo con los depósitos, pero casi nada con los planes de pensionesâ€, explican desde el departamento de estudios de un gran banco.
“Esperemos que en la segunda fase de la reforma fiscal, que anunció Montoro, se incorporen iniciativas claras para fomentar un ahorro que complemente la pensión de jubilaciónâ€, apunta un directivo de una aseguradora.