George Soros ya ha puesto sobre la mesa sus cartas para salvar a Esther Koplowitz de una ejecución bancaria por parte de sus dos principales acreedores. El interíés del magnate estadounidense, adelantado en exclusiva por El Confidencial el pasado 12 de junio, consiste en ofrecer 1.500 millones para invertir en una ampliación de capital de FCC y otra en B-1998, la sociedad en la que la todavía primera accionista de la constructora tiene las acciones del holding.
Con esta fórmula, el inversor de origen húngaro pretende ayudar a la compañía y a la familia a matar dos pájaros de un tiro. Por una parte, aportaría capital fresco a FCC, que a corto plazo está avocada a una ampliación de capital de al menos 1.350 millones. Este importe se corresponde con el Tramo B de la refinanciación firmada el 1 de abril y por el que tiene que pagar un interíés que va del 11 al 16%. Un precio muy caro, que casi cuadriplica los diferenciales actuales, y que la empresa no podrá afrontar.
Por otra parte, el dinero de Soros serviría para recapitalizar B-1998, la patrimonial de la familia Koplowitz a travíés de la cual controlan el 50,01% de FCC. Esta firma tiene una deuda próxima a los 1.000 millones de euros que no ha podido amortizar ni incluso pagar los intereses. Sus únicos ingresos son los dividendos de la constructora, que los ha suspendido sine die por su propia debilidad financiera.
Sin dividendos, Esther Koplowitz no podrá cumplir con sus obligaciones con BBVA y Bankia, los dos principales acreedores de B-1998, que ya le refinanciaron en una ocasión en 2011. Los críéditos otorgados al holding familiar, con los que compró la participación de su hermana Alicia y de Ibersuizas, devengan unos intereses anuales de unos 70 millones de euros.
El problema de la oferta de Soros es que su propuesta lleva incluida un descuento del 40% sobre el valor de las acciones de FCC. Así lo ha trasmitido su director financiero, Scott Bessent, que es que está llevando las conversaciones con BBVA y Bankia y con los asesores de Koplowitz, representados por Messier Maris & Associíés. Además, el inversor exige a los dos acreedores una quita del importe a deber por la sociedad instrumental.
Impago a la vista
La propuesta es tan agresiva que tanto la familia como los bancos financiadores la han rechazado en primera instancia. Pero la situación es tan extrema que las conversaciones siguen abiertas. De no conseguir un nuevo socio antes del 31 de julio, B-1998 entraría en impago o default y BBVA y Bankia ejecutarían los príéstamos a la familia Koplowitz, que perderían el control de la constructora.
Pese a las duras condiciones de Soros, lo cierto es que el reloj corre en contra de la familia, que necesitaría otra nueva prórroga por parte de sus bancos de cabecera para evitar la ejecución. Una nueva concesión que pondría a Bankia en un apuro, puesto que al tratarse de una entidad nacionalizada se supone que debería extremar la igualdad de trato con todos los clientes. Tanto BBVA como la entidad presidida por Josíé Ignacio Goirigolzarri y antes por Rodrigo Rato y Miguel Blesa le han concedido numerosas dispensas.
En la junta general de accionistas del pasado lunes, Esther Alcocer Koplowitz, la hija de la principal accionista, agradeció que tanto Bill Gates como Soros entrasen en el capital de FCC en 2013. El primero lo hizo mediante la compra de un 6% de autocartera, mientras que el segundo adquirió un 3,8% que estaba en manos de la familia y que tuvo que vender a la carrera para poder pagar los intereses de la deuda personal con BBVA y Bankia. Un salvador que ahora se puede convertir en su depredador porque la madre se niega a ceder la mayoría del capital.