Una nueva fórmula para ahorrar a medio plazo. En esencia, esa es la filosofía del que ha sido bautizado como plan Ahorro 5 incluido en el anteproyecto de ley de la reforma fiscal detallada el lunes por el Gobierno, que no deja de ser una cuenta de ahorro (que tambiíén podrá adoptar la forma de seguro), donde el ahorrador podrá realizar aportaciones de 5.000 euros anuales que no podrán ser retiradas hasta cinco años despuíés.
La gracia es que, a cambio, los intereses generados gozarán de exención fiscal. Sin embargo, lo que a priori es una fórmula positiva, aún dista mucho de la demanda de la industria de crear una cuenta jubilación, donde el ahorrador pueda incluir todo tipo de activos financieros para completar la pensión pública sin que tribute hasta su retirada, como ya ocurre en países como EEUU o Inglaterra.
Precisamente, esa es la primera pega que el sector ve en el plan Ahorro 5, su duración. El hecho de que el vencimiento estíé determinado y sea de cinco años impide que se considere como un instrumento de ahorro de largo plazo. "Se trata de un producto que nada tiene que ver con la jubilación y que lo único a lo que obliga es a invertir en un determinado tipo de producto", explica Francisco Marín, de EFPA.
Aunque bancos y aseguradoras no podrán empezar a comercializar este nuevo vehículo de ahorro hasta el próximo 1 de enero de 2015, la maquinaria entre las entidades financieras ya está puesta en marcha. Y en sus estructuras, que tendrán que garantizar el 85% de la inversión -lo que significa que existe riesgo de perder un 15%-, podrán incluirse tanto activos de renta variable como de renta fija. Es decir, que habrá planes de Ahorro para todos los gustos.
No obstante, "para aquellos que no quieran asumir ningún riesgo será difícil ofrecerles una rentabilidad por encima del 1 %, aunque sea libre de impuesto", explica Fernando Luque, editor senior de Morningstar. A ello habrá que añadir el papel que jugarán las comisiones, que podrían mermar aún más el atractivo de los futuros planes de ahorro. "Habrá que estar muy atento tanto a las comisiones como a los gastos que soporten, ya que la banca y las aseguradoras aprovecharán esa ventaja fiscal que ofrece el producto para ser muy duros con el tema de las comisiones", añade Marín.
Hacia la cuenta jubilación...
Es por ello que aunque este nuevo instrumento busque incentivar el ahorro a medio plazo, en realidad no introduce las recomendaciones hechas con anterioridad por el Comitíé de Expertos para solucionar el problema del ahorro de cara a la jubilación. La industria de la inversión en nuestro país planteó crear la cuenta jubilación. Sin embargo, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, decidió posponer este instrumento para no desviar el objetivo de díéficit.
A cambio, la reforma fiscal ha traído el plan Ahorro 5. Y, aunque es cierto que adoptará la forma de los instrumentos que acaparan la mayor parte de los 1,8 billones que las familias destinaron al ahorro en 2013, que se reparte entre depósitos -cerca del 47%- y los seguros -un 9%-, tambiíén lo es que no solucionará el problema del ahorro para la jubilación. Y es que en los países de la OCDE, las pensiones cubren algo más de la mitad del salario de los trabajadores, por lo que es imprescindible contar con una renta que complemente la pensión para asegurar un óptimo nivel de vida.
De hecho, la reforma fiscal no solo perjudica a los ahorradores que quieran aportar a su plan de pensiones más de 8.000 euros al año, pues de hacerlo tendrán que tributar por ello, sino que tampoco se podrá rescatar el capital o parte de íél una vez pasados diez años.
Con estas medidas se desoyen casi todas las propuestas lanzadas desde la publicación digital de elEconomista, Inversión a Fondo, haciíéndose eco de lo que reclamaban los expertos de cara a la reforma fiscal. En ellas, se pedía dotar a los planes de pensiones de mayor atractivo fiscal, hacer líquida al menos una parte de las aportaciones a los planes de pensiones y beneficios fiscales para las personas que quisieran hacer mayores aportaciones para su futura pensión. Todo lo contrario de lo que ha anunciado el Gobierno en su reforma.
Para optimizar este mercado, los expertos tambiíén reivindicaban que se flexibilizase el acceso de gestoras internacionales al mercado español de planes de pensiones, incentivos para quienes retrasen su edad de jubilación o que se prohibiesen las bonificaciones en especie al contratar un plan de pensiones.