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Autor Tema: Rompe tus propios dogmas : Como nos programan.  (Leído 866 veces)

Scientia

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Rompe tus propios dogmas : Como nos programan.
« en: Julio 04, 2014, 09:30:37 pm »
Rompe tus propios dogmas : Como nos programan.

http://lacosechadealmas.blogspot.com.es/2014/05/rompe-tus-propios-dogmas-como-nos.html

Estamos programados. Esta sentencia puede parecerte confusa, y seguramente lo niegues. Estar programado, suena a lavado de cerebro y tú nunca has sido sometido a esas practica, o eso crees, pero todos lo estamos de algún modo. Cuando nacemos, venimos al mundo, completamente ví­rgenes. Nuestra mente es un lienzo en blanco y en cuanto soltamos el primer llanto comienza nuestra programación. Desde los simples, “se parece a su madre” o “Habla como su padre”. Estas pequeñas consignas, van creando los cimientos de un programa en el subconsciente del niño, solemos hablarle de lo que es bueno o malo y no mitimos que el lo descubra por si mismo, les decimos a quien amar y a quien odiar, que dios rezar, que conceptos abrazar, que es normal y que no, cuales son los valores esenciales y cuales los morales, se les distingue por clase social, lengua, nacionalidad, color de piel, credo y edad. Para cuando el niño tiene aproximadamente diez años, esta completamente programado, por una educación estricta en casa a travíés de padres y abuelos, y una educación paralela, igual de contaminada en el colegio. Se le exige una competitividad mal sana y se castiga cualquier atisbo creativo, de independencia o de pensamiento critico.




El sistema mutila la infancia de los niños y los programa severamente cada vez mas jóvenes, intenta por todos lo medios acabar con la infancia, castrando con drogas, cualquier indicio en el niño de imaginación, fantasí­a o efusividad. Diagnostican de forma gratuita y a la ligera, trastornos inexistentes, con el pretexto de normalizar esa tendencia “peligrosa” hacia estados demasiados infantiloides, por otro lado normales en un niño, pero es importante atajar esas explosiones espontáneas de felicidad, emoción e imaginación. Crean adultos precoces, niños que con 7 años deben asumir roles de edades muy superiores a la suya. Se les carga con multitud de tareas, clases extra escolares, tareas deportivas, deberes. Cargan los hombros de un niño, al que solo debí­a preocupar sus ratos de juego. Se le llena de responsabilidades que no alcanza a comprender, se le habla del futuro, cuando el niño solo entiende el hoy y mastican la tensión que acarrean sus progenitores, asumiendo conceptos como crisis, paro, necesidad, dinero y competencia, que no le hacen ningún bien.












Estos son algunos de los programas que todos llevamos y debemos eliminar. Inculcamos a los niños (hablo en general) algunos de estos programas o todos quizás, simplemente por tradición, sin pensar en las consecuencias, ni los posibles efectos adversos que en la psique de un niño podamos provocar, derivando en una adolescencia, confusa, frustrada y agresiva con su entorno.



·Consumo : Antes de que empiecen a hacerse preguntas, ya nos hemos dedicado a programar sus creencias, manipulamos sus indefensas mentes haciíéndoles que crean en Papa Noel, Reyes Magos, Ratón Píérez y toda una progenie imaginaria, que llena al niño malsanas intenciones de consumo, materialismo y ambición monetaria, coartamos el comportamiento natural del niño con estas figuras, para premiarles con objetos que ellos no necesitan o dinero, que es peor aun, para que cuando tengan uso de razón descubrir la gran mentira y desterrarlos al cinismo y el nihilismo mas feroz. Despuíés aprenden el valor de la posesión material y el consumo exacerbado, dar valor a las personas por sus posesiones y no por sus sentimientos. Juzgar prematuramente a sus iguales y excluir a los diferentes. Fabricamos así­ a consumidores, dependientes de lo último y vaciamos de valores morales sus mentes.



·Religión : Programamos desde pequeños a los niños llenándoles la cabeza de un dios espí­a, que vigila sus movimientos y valoran su conducta, de Mesí­as sangrantes torturados hasta la muerte y madres dolorosas en pena permanente. En resumen llenamos la mente del niño de miedo y culpa, temor a algo que no puede escrutar y culpa por algo que no hizo, ni logra comprender, creándoles un trauma de por vida. Les hacemos participes desde su nacimiento de rituales de dudosa utilidad y oscura intencionalidad, les incluimos en un programa ritualistico oscuro donde se bebe la sangre y se come la carne de alguien a quien ven clavado en una cruz. Se les incoa a creer por tradición y no por convencimiento, se le niega la búsqueda espiritual y se les cortan las alas de la duda.



·Clase : Se incoa al niño a diferenciarse del resto, a distinguir a los de su clase social y expurgar a aquellos que no entren en los estándares en los que ha sido programado. En esto se incluye la filiación polí­tica e ideológica, con la que el infante es programado. Se les programa en que la diferencia les da ventaja y se les pone en una competición en la que solo salen perdiendo ellos.



·Raza : Nadie nace odiando, nadie es racista de nacimiento, es simplemente un programa que nos es inculcado basado en la total desconocimiento de aquellos que nos rodean. Solo debíéis ver como un niño pequeño juega en el parque sin distinguir raza o gíénero. Si el niño no es programado ira al colegio sin apreciar la diferencia, solo ámbitos externos inculcan este odio irracional. Este programa es de los mas sencillos de inculcar y de los que mas cuesta deshacerse. No acarreara en íél cuando sea adulto mas que inseguridades y miedos irracionales a lo desconocido o al diferente, que serán expresados con agresividad.



·Genero : Es común separar a los niños programándoles con el clásico “cosas de niño” y “cosas de niña” cuando íél en su entendimiento no distingue, y trata a todos por igual, independientemente si se entiende con el resto o no, a la hora de jugar. Programar desde pequeños la distinción geníérica, provocara en el individuo adulto el total desconocimiento del otro sexo, jamás llegara a entenderlo y mucho menos comprenderlo. Se fomenta tambiíén de forma ambiental e indiscriminada a travíés de los medios, la confusión geníérica, sobre todo en la adolescencia, creando modelos de íéxito social con marcadas tendencias sexuales y vendiendo como modelo de imagen chicos y chicas con sexualidad poco definida o andrógina, sin formas, prácticamente hermafroditas, provocando en el individuo una diatriba con su cuerpo y sus atracciones fí­sicas, esto sumado al coctel hormonal que tiene a su edad, que provocara una reacción en el sujeto de lo mas dispar.



·Roles : Tambiíén se programa a niño con roles que no le pertenecen, con frases hechas que se repiten a lo largo de su infancia, en forma de mantras que quedan en el subconsciente. Eres como tu padre, te pareces a tu abuela, igual de tonto que tu tí­o o igual de histíérica que tu madre, son solo algunas. Machacar el subconsciente con estas frases comenzaran a crear en íél de forma inconsciente, una asimilación de roles que para nada le pertenecen y de los que le costara deshacerse toda una vida.




Debemos evitar educar a nuestros hijos con programas que provoquen la fragmentación social, el niño nace sin distinguir raza, credo, sexo o clase social. He expuesto algunos de los programas, pero es indudable de que existen muchos mas, desde el clásico “tienes que ser de tal equipo” o “debes votar a tal partido polí­tico”. Si quitamos la capacidad de elegir libremente y sin coacción a nuestros hijos, les quitamos la capacidad de equivocarse y por consiguiente les impedimos vivir en libertad. Aniquilamos su libre albedrí­o y nos provocamos una carga karmica innecesaria.