EFE
El investigador británico Peter Humphrey, que será juzgado en Shanghái junto a su esposa, la estadounidense de origen chino Yu Yingzeng, por actividades detectivescas ilegales ligadas al caso de corrupción de la farmacíéutica GlaxoSmithKline (GSK), "no quería violar la ley china".
Así lo aseguró en una entrevista concedida hace unos días en un centro de detención policial de Shanghái a la cadena de televisión estatal CCTV, que fue emitida en las últimas horas y que publica hoy la prensa local.
El consultor de riesgos británico está acusado, junto a Yu, de obtener mediante medios ilegales información privada para sus investigaciones desde 2009, incluida la búsqueda del autor desconocido de los correos electrónicos que destaparon el caso GSK.
Humphrey, de 58 años, y Yu, de 61, fueron arrestados en agosto pasado, y ayer fueron encausados por la Justicia china, la cual, según varios de sus familiares, se espera que inicie su juicio en el Tribunal Popular Intermedio Número 1 de Shanghái hacia el próximo 7 de agosto.
Coincidiendo con esto, la Televisión Central de China (CCTV) emitió una pieza de ocho minutos sobre su caso, en la que Humphrey, ataviado con un chaleco de color naranja de recluso, aseguró que "sentía profundamente" haber violado la ley, y que no lo habría hecho si GSK no le hubiera ocultado el contenido del chivatazo.
"Desde luego no era nuestra intención violar la ley china", dijo Humphrey, que se disculpó de manera similar a como lo había hecho tambiíén en la CCTV en agosto de 2013 tras ser detenidos.
Tanto íél como su esposa aseguraron no saber que la compraventa de información privada de particulares estaba prohibida en el gigante asiático.
"En el pasado pensábamos que adquirir información privada estaba en un área gris", declaró Yu, aunque la policía indicó que deberían saber que era una actividad ilegal, despuíés de que una de las personas que les había vendido ese tipo de datos durante seis años fuera encarcelada a principios de 2013, antes de su detención.
Los fiscales mantienen que la pareja traficó ilegalmente con ingentes cantidades de información personal de varios ciudadanos chinos por medio de su empresa asesora ChinaWhys, registrada en Shanghái en 2004 y cerrada por las autoridades cuando fueron detenidos en agosto.
Según la acusación, comerciaron con la información sobre varias personas, como el documento de empadronamiento familiar ("hukou"), sus relaciones familiares y sus propiedades en bienes inmuebles y vehículos, así como registros de llamadas y de sus salidas de casa.
La pareja compilaba así "informes" que vendía despuíés a altos precios a sus cerca de 700 clientes, en su mayoría grandes corporaciones multinacionales como la farmacíéutica británica.
El entonces presidente de GSK para China, el británico Mark Reilly, les pidió que descubrieran la identidad de un informante anónimo que había empezado a desvelar el escándalo mediante mensajes de correo electrónico a los directivos de GSK en Londres y a las autoridades chinas.
Según Humphrey, Reilly no le dejó ver los correos electrónicos delatores, y sólo dijo que lo que mencionaban eran sólo mentiras contra la reputación de su compañía, por lo que sólo supo que sacaban a la luz la red de sobornos de GSK cuando terminó su investigación, lo que le hizo sentir "traicionado y utilizado".
El de Humphrey y Yu será el primer juicio que se celebra en China contra ciudadanos extranjeros por realizar investigaciones presuntamente ilegales