EFE
El Banco de Portugal decidió inhibir los derechos de voto en el Banco Espírito Santo (BES) a la familia del mismo nombre y suspendió a varios administradores por su gestión, en la que incluso vislumbra "ilegalidades".
En un comunicado divulgado hoy de madrugada, el banco central portuguíés liquidó por completo la labor realizada por los máximos responsables de la entidad financiera -algunos de ellos ya fueron sustituidos hace quince días- despuíés de que "hechos sobrevenidos identificados por un auditor externo" disparasen las píérdidas del BES en el primer semestre del año, cuantificadas en 3.577 millones de euros.
"Estos hechos dan a entender que existieron prácticas de gestión gravemente perjudiciales para los intereses del BES y un claro incumplimiento de las determinaciones emitidas por el Banco de Portugal", reza el comunicado, en el que tambiíén se anuncia que se analizarán "responsabilidades individuales" y que en caso de haber "ilegalidades" no se descarta iniciar acciones judiciales.
El banco central luso decidió por este motivo "inhibir los derechos de voto" del Espírito Santo Financial Group, la sociedad -que entró en concurso de acreedores esta misma semana- que hoy es la máxima accionista del BES, con una participación del 20,1 %.
Esta medida, en la práctica, retira el poder que tenía la familia Espírito Santo en el banco, cuyos inicios se remontan a 1869, con una pequeña caja de cambios en la Baixa lisboeta que dio paso con los años a todo un emporio familiar con intereses en la banca, los seguros, el turismo, la sanidad o la agroalimentación, entre otros.
Además, optó por "suspender con efectos inmediatos" a los administradores de auditoría, gestión de riesgos y fiscalización, cargos ocupados por Rui Silveira, António Souto y Joaquim Goes.
Asimismo, ordenó "la realización de un aumento de capital por parte del BES" que le permita "reforzar sus fondos propios para niveles adecuados de solvencia" y cumplir así con las exigencias del Banco Central Europeo en materia de capitalización.
Desde el Banco de Portugal, tras conocer las multimillonarias píérdidas del BES -muy superiores a lo previsto inicialmente-, designaron "una comisión de fiscalización" con miembros de la firma PricewaterhouseCoopers "hasta que los accionistas sustituyan a los miembros de la comisión de auditoría".
El supervisor de la banca lusa reveló que sólo se supo el verdadero volumen de perjuicios que acumulaba la entidad en la segunda quincena de julio, despuíés de que un auditor externo identificase datos "con un impacto negativo cercano a los 1.500 millones de euros".
El BES contaba con un "colchón" financiero de 2.100 millones de euros para compensar su exposición al Grupo Espírito Santo por los príéstamos que concedió a varias empresas de este conglomerado, que amenaza ahora con entrar en insolvencia y derrumbarse
De esta forma "puso en causa el cumplimiento de los rátios mínimos de solvencia vigentes", recalca el Banco de Portugal en su comunicado.
El supervisor ordena por ello una ampliación de capital, y recuerda que en última instancia puede recurrir a la línea de fondos públicos reservada a la banca en el rescate concedido por la UE y el Fondo Monetario Internacional a Portugal, de la que sólo se gastaron la mitad de los 12.000 millones de euros con los que fue dotada.