El scrip dividend, en el que las compañías dan la opción de pagar el dividendo en acciones, se ha convertido en el gran recurso para seguir remunerando al accionista sin que ello implique una salida importante de caja. Es tal el ahorro que ha supuesto esta política de retribución, que las compañías del Ibex 35 han logrado retener 30.000 millones de euros, un dinero que habrían desembolsado en caso de mantener el dividendo en efectivo en los últimos años.