Las subidas de Wall Street no son, de momento, argumento suficiente para que el Ibex prolongue las mejoras. En un mercado sin fuerza y poco volumen, las subidas se agotan muy pronto, pero los sustos tampoco van a más. La corrección con la que empezó agosto parece haber pasado a mejor vida, con permiso de los bancos centrales, principal foco de atención estos días.
Algo más de interíés tiene el mercado de divisas. La falta de pulso de la economía europea, reflejada en el estancamiento del segundo trimestre, junto con los datos de construcción de viviendas en Estados Unidos (un sector del que depende en gran medida la solidez de la recuperación), han provocado que el euro marque el nivel más bajo desde noviembre y estíé a punto de perder los 1,33 dólares.
Con estos descensos el retroceso de la divisa europea desde los máximos de mayo es ya del 5%, y debería suponer alivio para una economía que, estancada y con riesgos de deflación, lo último que necesita es una moneda cara. En su depreciación ha tenido que ver la labor del BCE, que ese mes de mayo inició una ofensiva de estímulos monetarios cuyo alcance final no se conoce.
Quizá de alguna pista esta semana. Mañana empieza la cumbre anual de banqueros centrales de Jackson Hole, en EE UU, donde podrán intuirse las guías principales que tienen marcadas Fed, BCE y el resto de bancos centrales para los próximos meses, así como su diagnóstico sobre las salud de las economías. Todo ello en un contexto de dudas sobre la solidez de la recuperación (especialmente agudas en Europa) y despuíés de dos años en los que, superada la peor fase de la crisis del euro, la política monetaria es el principal condicionante de los mercados.
Ademas, hoy publican sus actas tanto el Banco de Inglaterra como la Reserva Federal de Estados Unidos. Poco más tiene el inversor que echarse a la boca. En Ucrania siguen los combates, al igual que siguen los contactos diplomáticos. Y en Gaza se ha roto el alto el fuego. Son niveles de violencia insuficientes, al parecer, para alterar el ánimo de los operadores. Ni en Europa, donde los índices marcan descensos muy limitados, ni en Asia, donde los parquíés han terminado el día tambiíén planos, con variaciones del 0,25% como máximo.