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Autor Tema: La curiosa historia del sí­mbolo de la arroba.  (Leído 406 veces)

Scientia

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La curiosa historia del sí­mbolo de la arroba.
« en: Agosto 28, 2014, 08:23:19 pm »
http://www.eloraculomundial.com/2014/08/la-curiosa-historia-del-simbolo-de-la.html

La curiosa historia del sí­mbolo de la arroba.


Casi todo el mundo piensa que la arroba es un invento propio de la “era Internet”,  sin embargo, su historia es mucho más antigua y su origen se remonta al latí­n. Los árabes ya lo usaban hace siglos, y los marineros lo empleaban habitualmente al detallar el contenido de las bodegas de sus barcos. Esta es la desconocida  historia de “@”, uno de los sí­mbolos más usados de la actualidad




Aunque actualmente, el sí­mbolo de la arroba está relacionado con internet, sobre todo con la dirección de correo electrónico, la mayorí­a de los historiadores creen que el origen de la palabra “arroba” proviene del árabe, concretamente del tíérmino “ar-roub“, que significa cuarto o cuarta parte, de hecho, la arroba es una unidad de masa usada hasta hace pocos años y que es la cuarta parte de un quintal, es decir, 11,34 kilogramos.

 En cuanto al sí­mbolo en sí­ mismo, esa especie de “a” encerrada por un cí­rculo, tiene sus orí­genes en una práctica común entre los encargados de copiar libros en latí­n, a mano, allá por la Edad Media. Estos copistas utilizaban “@”, uniendo entre sí­ las letras “a” y “d” para formar la preposición latina “ad”, que significa “hasta” o “hacia“.  La preposición “ad” aparecí­a con mucha frecuencia en esos textos, y tiene sentido que haya sido reemplazada por un solo sí­mbolo. Poco a poco, la “@” fue haciíéndose popular en otros ámbitos, y empezó a aparecer -por ejemplo- en las cartas oficiales redactadas en latí­n antes del nombre de su destinatario.

Uno de los documentos más antiguos que se conocen que contiene una “@” impresa data del 4 de mayo del año 1536, y se trata de una carta enviada por un mercader italiano, Francesco Lapi., desde Sevilla a Roma.

Este documento fue descubierto por el profesor Giorgio Stabile, de la Universidad La Sapienza, mientras restauraba una colección fotográfica para el Instituto Treccani, y en dicho escrito se detalla la llegada de tres barcos provenientes de Amíérica, cargados de tesoros. Pueden leerse párrafos como “Así­, una @ de vino, que es 1/13 de un barril, vale 70 u 80 ducados…” En ese contexto, la arroba representaba una unidad de medida utilizada por griegos y romanos que equivalí­a a “un cuarto de ánfora.”

¿Confuso, verdad? Pero eso no es nada: podí­a (y en algunos sitios aún puede) emplearse como medida de capacidad o volumen, con un valor que variaba de acuerdo al producto que se estuviese comerciando. Por ejemplo, si se trataba de lí­quidos, “una arroba de aceite” era equivalente a unos 12 litros y medio, pero si se estaba negociando con vinos, su valor era de algo más de 16 litros. Tambiíén se la utilizó como medida de masa. En efecto, la “@” representa una masa equivalente a la cuarta parte de un “quintal.” El quintal es una antigua unidad de masa y de capacidad usada en España y en Hispanoamíérica -en Argentina es común escuchar a las personas mayores, en el campo, hablar de “quintales de trigo por hectárea”- que equivale exactamente a 46,0093 Kg. Una “@”, por lo tanto, entonces, equivale a poco mas de 11 kilogramos y medio.

A pesar de la antigí¼edad de ese documento, algunos historiadores -como el aragoníés Jorge Romance- aseguran que el sí­mbolo de la arroba ya se utilizaba en el año 1448, en el detalle de un enví­o de trigo desde Castilla hacia el Reino de Aragón. Pero con el paso del tiempo, y salvo regiones muy especificas, la “@” dejó de utilizarse. Solamente se mantuvo más o menos viva en los Estados unidos, donde se empleaba en los registros contables, estableciendo el precio unitario de un producto en una factura. Podí­a aparecer en medio de la descripción de una operación, algo como “15 cajas @ 5 dólares cada una”, donde indicaba que el valor de cada caja facturada era de cinco dólares.

Tambiíén tiene mucho sentido, ya que en inglíés “@” se dice “at”, que significa “a” (y tambiíén “en”, “de” y “hacia”). Esto hizo que cuando se inventó la máquina de escribir a fines del siglo XIX, el sí­mbolo de la arroba fuese incluido en su teclado. Y, como  el teclado de los ordenadores es una evolución de los de aquellas máquinas,la arroba tambiíén se encuentra en ellos.

Pero la relación de la “@” con el correo electrónico es muy posterior a todo esto. Cuando el  ingenieroestadounidense Ray Tomlinson, que creó el e-mail en 1971, estaba buscando un sí­mbolo que sirviese para identificar las direcciones de correo, uno de los pocos disponibles en los teclados era justamente la arroba. “Hubiese sido más fácil usar un corchete, un paríéntesis o incluso una coma, pero estos sí­mbolos ya eran utilizados para otros fines, y de los sí­mbolos que quedaban libres, la @ era el mejor”, ha explicado hace algunos años Tomlinson. “Otro punto a favor de este sí­mbolo es que al traducirse como at en inglíés daba una sensación de localización”, agregó.

La primera dirección de correo electrónico de la historia fue “tomlinson@bbn-tenexa” Esta dirección, y según el uso que le dio este ingeniero a la arroba en la informática, puede interpretarse como “Tomlinson en la (@) máquina bbn-tenexa”. De esta manera, un carácter inventado por los copistas medievales como una forma de simplificar su trabajo se convirtió en el sí­mbolo del correo electrónico.