Buenas.
Hace unos años, cuando lo que hice no se intentaba imponer como si fuera una moda, dí un giro de 180 grados a mi vida profesional y me lancíé al mercado como profesional. Me “sacrifiquíé†en el altar de los autónomos y ahí sigo, junto con miles de ellos luchando a diario e intentando hacerme un hueco para seguir subsistiendo.
Pasados unos años, la experiencia ha sido muy enriquecedora, desde el punto de vista personal y profesional, a la vea que tambiíén muy diversa, visto esto en tíérminos de positividad y negatividad.
De positivo, la gente, en general. Enseñan mucho. De negativo, ver cómo la situación ha ido empeorando y cómo, a la par de este empeoramiento, la administración pública, con su hacienda a la cabeza, no han estado a la altura y se han convertido en un obstáculo y un problema, en lugar de ser una ayuda y una solución para salir adelante.
Y ahora, como decía al principio, se nos “invita†a hacernos, no autónomos, que eso conlleva connotaciones “sufridoras†que no conviene desvelar, sino emprendedores; y el íéxito que están consiguiendo, me da en la nariz, es el mismo que cuando, por ejemplo, se dijo que se incentivaría el mercado del alquiler, o cuando se anunció que no se iba a tener que pagar por adelantado el IVA de las facturas no cobradas, o el mismo de aquella costosa campaña de “esto lo arreglamos entre todos†(¿no se acuerdan?) del año 2.010 que conllevó, incluso a la creación de una fundación que tenía, entre sus objetivos, fíjense, el de “impulsar y alentar la confianza de los ciudadanos en España y en sus empresasâ€. í‰xito rotundo…, visto lo visto.
Está claro que han hecho, y siguen haciendo, muchas tonterías. ¿Por quíé…?, al principio pensaba que era por ceguera…; ahora ya no lo creo. Pienso que lo hacen por ganar tiempo, porque no hay otra solución que aguantar, porque la idea de soberanía de un país está entendida solo para los problemas de una nación, pero no para buscar por nuestra propia cuenta las soluciones a esos problemas. Ahí no podemos entrar, ni podremos entrar nunca. La solución que buscó Islandia a su situación, que es la nuestra, nunca podremos adoptarla. Yo no creo en híéroes…, díganme, si no es así, por quíé esa famosa noche en que el entonces presidente Zapatero recibió esas llamadas de dirigentes internacionales conminándole a tomar medidas económicas, no optó por contar la verdad convocando elecciones anticipadas y dejando al pueblo decidir su futuro. ¿Se lo digo?..., porque nuestro futuro está escrito, pero no por nosotros.
Por cierto, yo sigo esperando mi bombilla de bajo consumo que prometió el entonces ministro Sebastián (¿se acuerdan tambiíén…?).
Buen fin de verano.
Vale.
Oberon.
