La crisis llega al seguro del automóvil
Publicado por Verónica Rodríguez en el Economista
Los seguros de automóvil, como una víctima más de esta crisis, van a tener un cierre de año complicado. El primer semestre no ha traído buenas noticias, porque de forma inaudita, algo que no pasaba "en muchos años", como reconocen desde la patronal del sector, los ingresos de este ramo registraron una caída no muy acusada, del 0,1%, pero caída al fin y al cabo.
De hecho, son conscientes de que, en tiempos de vacas flacas, uno de los capítulos de gasto a los que se puede dar tijeretazo es precisamente el de los seguros. Por algo íéstas se afanan en proponer diversas modalidades, al gusto del consumidor. En este sentido, una de las novedades que sacudió recientemente al mercado, es la decisión de Línea Directa de proponer a sus clientes una nueva modalidad de pago, en forma de plazos mensuales que rompe con el tradicional esquema limitado a anualidades, pagos semestrales y trimestrales.
La finalidad, según comunicó la propia compañía, es "hacer más cómodo el abono de la prima para sus asegurados y potenciales clientes, ante la actual situación económica". De este modo, ofrecen la posibilidad de dividir el pago de la póliza en doce mensualidades, a un mínimo de 23 euros.
Tampoco es ajeno a esta circunstancia el propio frenazo del consumo. En agosto, sin ir más lejos, las matriculaciones disminuyeron un 16,5% en Europa, y España fue de los países en los que se registró mayor descenso, de hasta el 41%.
Reducir cuota
Una de las mayores tentaciones cuando el presupuesto familiar no es boyante es reducir cuota del seguro del coche, y si por ejemplo se paga un completo Todo riesgo cambiarlo a un tipo de póliza que sólo incluya la responsabilidad a terceros, la mínima por ley.
Este movimiento, en efecto, hace reducir a la mitad de forma automática el seguro de coche pero de forma paralela tambiíén recorta las prestaciones de la póliza.
Y es que la manera más segura de obtener una rebaja en el precio del seguro es precisamente, ser un buen conductor, como citan muchos eslóganes de compañías. En este sentido, son precisamente las bonificaciones el principal elemento de fidelización del cliente que tienen en su mano ya que sólo se obtienen pasado el tiempo y si no se comunican partes de accidentes o se hace en un número poco relevante. A mayor bonificación, más descuento, hasta un límite que suele ser del 50%.
Polizas con franquicias
Una opción intermedia en este menú de seguros son las pólizas con franquicia. Rebajan considerablemente la cuantía del seguro pero a cambio el asegurado se compromete a pagar una parte fija de los daños ocasionados a su vehículo y el resto lo paga la compañía. Es decir, asegurado y aseguradora comparten riesgos.
Aunque en la elección de la póliza pueden concurrir todo tipo de factores personales, existen unas pautas comunes, como la de considerar la antigí¼edad del automóvil. Así, un seguro a todo riesgo sería aconsejable hasta los cinco o seis primeros años del vehículo. A partir de entonces, las propias compañías aconsejan una reducción de coberturas con un seguro a terceros combinado, por ejemplo con rotura de lunas o robo, las incidencias más comunes.
El seguro a todo riesgo con franquicia se recomienda cuando el vehículo se encuentra estacionado en plaza de garaje. La razón es que existe menor riesgo de que estos automóviles sean dañados con pequeños golpes de chapa.
Lo cierto es que si el conductor utiliza constantemente su vehículo, lo mejor es asegurarlo a todo riesgo, como si de una imprescindible herramienta de trabajo se tratase. Si quiere conservar el vehículo en un perfecto estado, íéste es el mejor modo de conseguirlo. Cualquier pequeño percance -por insignificante que sea- puede suponer un gran gasto para su bolsillo.
La mujer paga menos
En cualquier caso, los precios de cualquier seguro de automóvil dependen de muchos factores. Cada compañía tiene sus propias tablas, pero existen características que son comunes a casi todas ellas.
Por ejemplo, sexo del conductor porque las mujeres suelen pagar menos dinero en el seguro, pero tambiíén color del vehículo, es decir el blanco y el rojo abonan menos que los colores grisáceos, pardos y metalizados.
La provincia de circulación principal, esto es, el domicilio del asegurado, tambiíén es un criterio de valoración, pero sin duda lo son de forma determinante la edad y antigí¼edad de carníé del conductor habitual, así como la potencia del vehículo, el uso al que se destina el automóvil (particular o público), el equipamiento de serie y todos los extras incluidos en el coche y si el uso que se da al coche es particular, profesional o ambos.
Tambiíén hay que sopesar el precio de la posible venta del vehículo en el mercado, que se devalúa cada año, en paralelo al seguro contratado. Como regla general, cada lustro se aconseja revisar quíé prestaciones se necesitan, cuáles han pasado a ser prescindibles y en quíé capítulos se pueden recortar gastos.
Buen conductor
Esta revisión va en paralela al factor siniestralidad, como se ha dicho: cuantos más partes de accidentes se comunican a la compañía, menor bonificación se aplica al pago del seguro y por tanto mayor necesidad de revisar la cuota anual.
Pero atención, porque algunas aseguradoras establecen un límite de partes anuales, a partir del cual el conductor deja de ser cliente. Otras compañías no tienen una norma fija sobre este punto y optan por analizar cada caso de forma individualizada valorando las causas del accidente (mala suerte, conducción temeraria, intento de fraude...). Así, puede haber un cliente que haya dado cinco partes de accidente y no le pase nada, y otro que con sólo uno sea expulsado de la compañía Cuando vaya a firmar el contrato, hay algunos elementos básicos a los que debe prestar atención:
1. Información
La clave esencial: hágase con información de varias compañías y compare coberturas y precios.
2. Todo claro
Lea la póliza, pregunte sobre los tíérminos que desconozca. Pida que le expliquen las interpretaciones de cada cláusula. Evite las geníéricas que se presten a interpretaciones.
3. Coberturas
Determine con el asegurador lo que cubre el contrato, y las exclusiones, que deben figurar de manera destacada. Por lo general son íéstas: responsabilidad civil obligatoria, responsabilidad civil voluntaria, lunas, daños propios, asistencia en viaje, defensa en multas, defensa jurídica, retirada del permiso de conducir, seguro del conductor, príéstamo de reparación, robo, incendio, vehículo de sustitución y grandes daños.
4. Por escrito
Exija que todas las modificaciones o adiciones del contrato sean formalizadas por escrito. Que consten tambiíén por escrito en el contrato las bonificaciones a las que opta si disminuye el nivel de siniestros. Lo mismo respecto de los recargos por declarar varios siniestros.
5. Bajo llave
Guarde una copia de la póliza, y conserve los recibos del pago de las primas. Si contrata un seguro a todo riesgo, declare los accesorios y extras del coche que desee incluir en la póliza.
6. Sea escrupuloso
En cada siniestro, respete los plazos y formas de comunicación a la compañía. Facilite información sobre los hechos y circunstancias del siniestro en que se vea inmiscuido.
7. Plazos
En caso de cancelación del seguro, comuníquelo a la compañía por escrito y con dos meses de antelación.
8. Fugados
Si quiere conocer los datos de un automovilista fugado, acuda con la matrícula del coche del infractor al Consorcio de Compensación de Seguros.