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Autor Tema: Guindos advierte de que España no es inmune a la desaceleración de la eurozona  (Leído 98 veces)

Eguzki

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El frenazo de la zona euro, cuyo producto interior bruto (PIB) se volvió a estancar en el segundo trimestre, es el mayor riesgo para la incipiente recuperación de la economí­a española. Así­ lo subrayó el ministro de Economí­a, Luis de Guindos, en la reunión que se celebró hasta ayer en Cairns (Australia) para preparar la próxima cumbre del G20. “Lo que pasa en Europa nos afecta, tiene un impacto no tanto a travíés de las transacciones comerciales, que sí­ que lo tiene, sino a travíés de las expectativas”, explicó Guindos en un encuentro con la prensa. “Gran parte del mantenimiento de la recuperación en España se juega en Europa”, remató.

La ralentización de la zona euro, con sus tres principales economí­as (Alemania, Francia e Italia) en punto muerto, cuando no marcha atrás, se cruza con el mayor avance del PIB español (0,6% en el segundo trimestre), en lo que va de crisis. Y con los planes del Gobierno español, que pretendí­a revisar al alza su pronóstico de crecimiento para este año (del 1,2% al 1,5%) y el próximo (del 1,8% al 2%). El nuevo traspiíé europeo, con la demanda interna y el críédito bajo mí­nimos, ya se ha dejado notar en el comportamiento del sector exterior español (la zona euro absorbe la mitad de las exportaciones). La presentación, este viernes, del proyecto de Presupuestos de 2015, permitirá calibrar hasta que punto esos planes se ven afectados por el estancamiento europeo.

Guindos respaldó los nuevos pasos del Banco Central Europeo (tipos al 0,05%, inyecciones de liquidez para reactivar el críédito), urgió a “implementar reformas estructurales en la zona euro” y destacó “el impacto que para España tiene la depreciación del euro”, tras las medidas del BCE.

El encuentro en Cairns, el último antes de la cumbre de lí­deres del G20 el noviembre en Brisbane, giró alrededor de los objetivos de crecimiento de este grupo de paí­ses avanzados y emergentes, que suma cerca del 90% del PIB mundial. Con el avance global en un modesto 4% anual, muy escaso para recuperar los empleos perdidos en los paí­ses avanzados o para seguir reduciendo la pobreza en los emergentes, la prioridad del G20 en la cita australiana es relanzar ese crecimiento.

El compromiso de los paí­ses del G20 (España asiste como invitado permanente) es sumar medidas que permitan incrementar hasta un 2% el crecimiento previsto para 2018. Un informe conjunto del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), presentado en Cairns, estima que el millar de medidas adoptadas elevarí­an el PIB del G20 un 1,8%. Los ministros de Economí­a llevarán nuevas propuestas a Brisbane para llegar a la meta.

Dificultades para crecer

La directora del FMI, Christine Lagarde, destacó las dificultades de impulsar el crecimiento en el contexto actual: "a pesar de que la recuperación global de la economí­a continúa, el ritmo del crecimiento es bajo y desigual".

Lagarde añadió que "en este momento es crí­tico promover polí­ticas económicas que contribuyan a una recuperación más robusta y rica en empleo". Además, atribuyó el ritmo lento de la recuperación "en parte a las crecientes tensiones geopolí­ticas y a los riesgos de turbulencias en los mercados financieros".

En este sentido, el comunicado que firmaron los miembros del G20 menciona "el potencial para la escalada de un riesgo excesivo en los mercados financieros, particularmente en un ambiente de tasas de interíés bajo y baja volatilidad".

La situación de crecimiento lento, inflación baja y paro elevado que atraviesa la UE fue el centro de buena parte de las discusiones. El secretario del Tesoro estadounidense Jack Lew reveló que “entre los miembros del G20 hay una reclamación creciente a Europa para que estimule la demanda domíéstica”.

Lew lamentó los problemas de los paí­ses de la UE para ponerse de acuerdo a la hora de implementar reformas y exigió: “La UE necesita resolver sus problemas y resolver sus diferencias internas”, en velada alusión a las reticiencia de Alemania en apoyar planes públicos de inversión.