Sacyr tiene un problema: una abultada deuda. Para solucionarlo, la constructora ha retomado las conversaciones con sus bancos acreedores para refinanciar el príéstamo garantizado con la participación del 9,05% que tiene en Repsol.
El camino se ha allanado para un acuerdo puesto que la deuda de Sacyr se ha reducido en 170 millones tras los dividendos recibidos de la petrolera presidida por Antonio Brufau.
Ahora los "números rojos" de la constructora son de 2.254 millones de euros, lo que, junto a la buena evolución de sus títulos en bolsa, podrían facilitar el acuerdo.
Sacyr se ha marcado diciembre de 2014 como fecha tope para vender las acciones de Repsol y así amortizar otra porción superior al 10% de la deuda, según recoge esta mañana Expansión