Cox Energy puede convertirse en la compañía que más rápido ha salido al mercado. La empresa, dirigida por Enrique Riquelme, apenas lleva una semana inscrita en el Registro Mercantil y quiere cotizar en el MAB a finales de octubre o principios de noviembre. Riquelme explicó hoy a elEconomista que el pasado mes de junio decidieron unir las sociedades que mantenía con sus socios en Panamá, Chile y Míéxico desde hace cerca de tres años para constituir Cox Energy.
La empresa asegura que viene manteniendo encuentros con el MAB para darle la mayor trasparencia posible a la colocación tras el caso Gowex y por ese motivo decidieron crear un vehículo de inversión en Madrid para evitar que fuera el holding panameño el que cotizara.
Esta situación ha provocado que en estos momentos Cox Energy no tenga cuentas en el Registro Mercantil y por eso han optado por cotizar en el MAB y no en el Mercado Continuo, explicó Riquelme.
El asesor registrado de Cox Energy, David Carro -director general de DCM Asesores- explicó a este diario que no resulta necesario presentar las cuentas de los tres años anteriores, ya que basta con demostrar que se han realizado las actuaciones necesarias para lograr ingresos y puso como ejemplo la salida a bolsa de Ebioss, en la que tambiíén participó como asesor.
De hecho, en la normativa del MAB se contempla que pueden debutar sociedades con menos de dos ejercicios de antigí¼edad, pero deben presentar sus previsiones relativas al año en curso y al siguiente. Esta información deberá presentarse hasta que la compañía cumpla tres años como empresa. En estos casos, además, "los accionistas de referencia y los principales directivos deberán comprometerse a no vender acciones dentro del año siguiente", tal como exige este mercado.
En plena colocación
Cox Energy ha contratado a PWC para que realice una auditoría completa de la compañía, así como de todos y cada uno de los proyectos en los que está trabajando y que suponen, según este empresario, una cartera de 2.000 MW, es decir, una potencia superior a la de una central nuclear y cuya construcción supondría una inversión de 2.000 millones de euros.
La compañía tiene la intención de captar entre 20-30 millones de euros con la colocación para financiar uno de sus proyectos más importantes en Chile por hasta 1.000 MW -el que sería el mayor parque fotovoltaico del mundo en 2020-, aunque este salto al parquíé le daría acceso para realizar futuras ampliaciones de capital como ha ocurrido con otras empresas del MAB.
Tal y como indicó el grupo, su objetivo es construir un total de 625 MW en los próximos cinco años, para lo que prevíé utilizar tanto la financiación que consiga de la colocación en bolsa como la deuda de proyecto y los ingresos que se logren por la venta de algunas de las licencias que ya tiene en cartera la compañía o las que espera conseguir en los próximos años.
En plena fase de road show, buena parte de la colocación -dirigida exclusivamente a institucionales- ya estaría prácticamente cerrada entre family office españolas. Pero aunque la mayoría de inversores serían nacionales, tambiíén existe el interíés de un institucional estadounidense de peso. La operación ya ha sido encargada a un grupo de bancos españoles entre los que figuran Beka Finance y La Caixa, aunque tambiíén una firma extranjera.
A falta del desarrollo de estos proyectos, Cox Energy espera cerrar su primer año de vida con beneficios gracias a la venta de algunas licencias. La empresa identifica oportunidades, adquiere los terrenos y desarrolla trabajos de consultoría para la obtención de permisos y licencias tíécnicas y medio ambientales, para, con posterioridad, liderar el diseño de ingeniería del proyecto y su arquitectura y llevarlo a tíérmino hasta la fase de entrega final. La compañía de Riquelme -perteneciente a la cuarta generación de una familia de empresarios- se dedica principalmente a conseguir licencias de promoción de las plantas solares y su intención ahora es dar el salto a la construcción.