Por... Alberto Tovar
Una cantidad importante de dinero en nuestro patrimonio está lejos de ser una medida absoluta de íéxito, pero sí ayuda a generar tranquilidad para alcanzar metas personales y familiares, además de permitir enfocarse en otros órdenes de la vida, sin la angustia de ingresos adicionales. Por eso es válido preguntarnos: ¿cómo alcanzamos el triunfo financiero?
Todos quisiíéramos encontrar la fórmula “mágica†para hacernos ricos y tal vez la sabemos. Rescato una valiosa idea de Martin E. P. Seligman, de su libro Florecer. Seligman, quien es el impulsor de una corriente llamada “psicología positivaâ€, plantea la siguiente igualdad: Logro = Habilidades x Esfuerzo.
Simple, ¿verdad? Y en su sencillez radica su fortaleza. í‰l aplica la fórmula a muchos órdenes de la vida y reseña experimentos realizados en el ámbito acadíémico. Hace referencia al experimento de los niños que les ofrecen esperar para otorgarles un bombón adicional (Marshmallow test). Esto sería equivalente a preguntar si preferirías un dólar hoy o dos dólares dentro de dos semanas, afirma.
Los resultados fueron evidentes: quienes tuvieron control lograron mejores calificaciones, con mayores posibilidades de ingresar a preparatorias de alto nivel, pasaron más tiempo haciendo tarea y se independizaron antes que el promedio.
Cuántas veces nos quejamos de que carecemos de las habilidades para tomar decisiones financieras, pero el esfuerzo puede compensarlas, o cuántas veces sí existe esa capacidad de análisis; sin embargo, el mínimo esfuerzo genera magros resultados.
Ahora bien, las habilidades se aprenden y se adquieren con base en experiencia, por eso, nada está perdido.
Al hacer una analogía con los músicos, llega a una conclusión que seguramente estaremos de acuerdo. Dice: “El consejo es sencillo: si quieres ser de clase mundial en lo que sea, debes pasar 60 horas a la semana practicando durante diez añosâ€.
Tal vez en tíérminos de logros financieros pareciera exagerado si pensamos que todos tenemos otras actividades, más allá de cuidar nuestro patrimonio; sin embargo, queda claro que entre mayor tiempo dedicamos, podremos encontrar mejores resultados.
Bajo este enfoque, de nada sirve quejarnos de las circunstancias que nos tocó vivir y es preferible enfocarnos en esas dos simples acciones: conocimiento y esfuerzo. Seligman concluye: Para triunfar se requiere “autodisciplinaâ€.
Es frecuente usar la teoría del complot para justificar un pobre desempeño y sentimos que el mundo conspira en contra nuestra, cuando la solución está en nuestro lado de la cancha.