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Los gobiernos de Estados Unidos y Brasil anunciaron que firmaron un acuerdo que pone fin a un viejo litigio de más de una díécada sobre los subsidios de la potencia norteña al algodón.
Según el documento, Washington pagará a Brasilia en un plazo de 21 días 300 millones de dólares, que se suma a los 505 millones de dólares desembolsados como compensaciones entre 2010 y 2013.
El Representante de Comercio de este país, Michael Froman, aseguró que las das dos naciones alcanzaron una solución permanente.
En un comunicado, el gobierno estadounidense señaló que Brasil acordó dar fin a la disputa y ceder los derechos a tomar represalias comerciales contra Washington, así como no llevar nuevas demandas ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las subvenciones al algodón vigentes en la legislación actual norteamericana.
Por su parte, el canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, dijo en Washington que el acuerdo entre los dos países resuelve la disputa, ventilada en la Ronda de Doha de la OMC.
Obtuvimos transformaciones importantes en el programa de críédito a las exportaciones, de forma que eso no solo benefiará al algodón, sino tambiíén a todos los productos de la agenda agrícola brasileña, afirmó Figueiredo.
El acuerdo establece que Estados Unidos reducirá los plazos y elevará los costos para los financiamientos de garantías a la exportación, la causa fundamental de la protesta brasileña en 2002 en el seno de ese organismo multilateral.
Según se explicó, en virtud de ese documento Brasil podrá utilizar el dinero recibido de esa potencia en investigación científica y actualización de infraestructura.
Estados Unidos pagará al Instituto Brasileño del Algodón (IBA) los 300 millones de dólares mencionados, los cuales servirán para el funcionamiento de este último, incluyendo sus labores de asistencia tíécnica al cultivo del algodón en Brasil y los países de Mercosur, ífrica subsahariana y Haití.
En concordancia con lo pactado hoy en Washington, el país suramericano se compromete a no iniciar otra queja contra las subvenciones norteamericanas al cultivo en cuestión hasta septiembre de 2018, cuando finaliza la vigencia de la actual ley agrícola estadounidense, la llamada "Farm Bill".
Los subsidios de las potencias occidentales a la agricultura, ascendentes a unos 300 mil millones de dólares, se erigieron en el nudo gordiano que impidió el avance de la Ronda de Doha, al provocar grandes píérdidas a los productores de ese sector de los países del Sur y distorsionar los mercados.