El Fondo Monetario Internacional (FMI), uno de los organismos que tradicionalmente ha sido más pesimista con la evolución de la economía española, ha tenido que rendirse ante la evidencia de la mejora del crecimiento en España. En enero de 2014, el organismo dirigido por Christine Lagarde había estimado que crecería un 0,6% este año y un 0,8% en 2015; en las posteriores revisiones de abril y julio elevó estos pronósticos y finalmente en el informe que ha hecho público hoy las ha duplicado. De este modo augura que la economía española crecerá un 1,3% en 2014 y un 1,7% en 2015, lo que supone una díécima más con respecto a su último vaticinio de julio. Aparte de las variaciones, el dato es muy importante porque España es el único país de la zona euro cuyas previsiones han sido revisadas al alza. De hecho, es el país cuyo PIB más crecerá en esa región económica en 2015 y tan solo se verá superado en Europa por Reino Unido.
En sus conclusiones, el FMI lo achaca a la mejora de las condiciones de financiación y de la confianza, lo que sin duda ha repercutido en la rebaja de la prima de riesgo y en los costes para obtener fondos tanto de las administraciones públicas como de las empresas. Y en ello, el Fondo cree que las decisiones adoptadas por el BCE en forma de inyecciones de liquidez a la banca han tenido un papel protagonista.
El análisis del Fondo, sin embargo, no es tan optimista respecto a otros dos parámetros, considerados fundamentales para la futura evolución de la economía española: inflación y desempleo. Así augura que los precios en España cerrarán este año con crecimiento cero, agravando el riesgo de deflación y el impacto que ello puede tener en la incipiente recuperación de la economía española. Solo Grecia, con una caída de ocho díécimas en los precios, y Chipre y Portugal, con los precios paralizados, estarán en el mismo nivel al finalizar el año. Un nivel bajo de precios provoca una caída del consumo de familias y empresas ante la expectativa de que sigan retrocediendo a corto plazo y ello repercutiría en uno de los ejes sobre el que el Ejecutivo está basando el crecimiento de la economía española a corto plazo.
El otro lunar que el FMI pone a España es del desempleo. Del 26,1% con el que cerró la tasa de paro en 2013, la tasa bajará al 24,6% este año (el primero en el que se creará empleo neto desde el inicio de la crisis) y al 23,5% en 2015. Unos descensos que sin embargo no impedirán que cierre el próximo ejercicio como el segundo país de los analizados en el informe (de la gran mayoría de africanos no hay datos oficiales) con mayor tasa de paro, tan solo tres díécimas por detrás de Grecia, el número uno en el ranking con el 23,8% de su población en paro.