Wang Jianlin no quiere que su proyecto para desarrollar un macrocentro de ocio en España sea presa de la burocracia que impidió poner en marcha Eurovegas. Una delegación del empresario chino, con su mano derecha inmobiliaria al frente, aterriza hoy en Madrid con el fin de elegir los terrenos donde se ubicará el parque temático y poner encima de la mesa los 50 millones que invertirá en el Atlíético de Madrid.
Al frente del grupo de directivos viene Laurent Fischler, el experto inmobiliario de Dalian Wanda Group, cuya misión principal es decidir en cuál de las tres zonas preseleccionadas se construirá finalmente el proyecto. El director general del holding asiático tiene que decantarse por Alcorcón, Aldea del Fresno o Campamento, elección que exige negociaciones con los propietarios, entre ellos varios inversores privados y el propio Estado.
El Gobierno, que no quiere dejar pasar otra oportunidad para atraer dinero extranjero y generar puestos de trabajo, le ha hecho saber a Fischler su deseo de que los centros comerciales y las promociones inmobiliarias se levanten en sureste de Madrid, en Campamento, donde el Ministerio de Defensa tiene numerosos cuarteles en desuso. Se trata de instalaciones que están vacías desde hace años y que ya el ejecutivo de Josíé María Aznar trató de revitalizar con la construcción de 11.000 viviendas de protección oficial. Aquel plan fue echado abajo por varios tribunales –la última sentencia del Supremo fue en 2013–, lo que llevó a Defensa a recuperar su titularidad.
Rajoy quiere que el proyecto se desarrolle en esta zona porque, además de la creación de miles de puestos de trabajo, supondría una buena entrada de dinero en las arcas del Estado. El problema para elegir Campamento es que la Comisión Europea debería aprobar la operación para garantizar que el proyecto de Wang no recibe ayudas públicas mediante la entrega de los terrenos a un precio inferior al de mercado para facilitar la inversión. Esta es la cuestión esencial que esta semana tratará Fischler con Jaime García-Legaz, el secretario de Estado de Comercio, la persona designada por Mariano Rajoy para llevar el proyecto a buen puerto.
En un principio se esperaba que el jueves desembarcara en España Wang Jianlin, pero su presencia está en el aire porque está ultimando la salida a bolsa de una de sus filiales, Dalian Wanda Commercial Properties. La operación, que se realizará en la Bolsa de Hong Kong, le supondrá unos ingresos de entre 5.000 y 6.000 millones de dólares para un grupo que el año pasado tuvo una cifra de negocios de 14.000.
Cheque rojiblanco
Mientras se concreta el macrocentro inmobiliario y de ocio, Fischler tambiíén se verá con la familia Gil Marín, dueña del Atlíético de Madrid. El objetivo es cerrar la inyección de capital de Wanda Group en el club de fútbol de la ribera del Manzaneras. Según fuentes próximas a las conversaciones, el empresario chino va a invertir unos 50 millones en el equipo rojiblanco, cheque con el que comprará el 20% del club.
El Atlíético de Madrid y Wang Jianlin tienen ya firmado un principio de acuerdo que el empresario chino quiere rubricar en primera persona en su próximo viaje a la capital de España. De no poder venir este jueves, lo haría a finales de este mes. Sus 50 millones los invertiría a travíés de una ampliación de capital para reforzar los recursos propios del Atlíético de Madrid SAD, que tiene todavía una gran deuda de más de 200 millones con las Administraciones Públicas.
En consecuencia, la familia Gil Marín no vendería ninguna de sus acciones –controlan algo más del 97% del capital– ni recibirían ningún tipo de ingreso. Lo que si les ocurrirá es que verán diluir su participación a cerca del 70%. Esta inyección de dinero fresco supone valorar el Atlíético en cerca de 250 millones, sin incluir la deuda.
El pasivo es el gran problema del actual campeón de Liga, ya que a 30 de junio de 2013 aún adeudaba 540 millones brutos. Un informe realizado por Deloitte a petición del club estimó la tasación del club en 62,5 millones, al descontar los 334,1 millones del valor del negocio de los 271,6 millones que tiene que pagar a la banca y a Hacienda, principalmente. Números demasiados rojos para competir financieramente con sus dos grandes rivales, el Real Madrid y el FC Barcelona.