Los problemas de liquidez de la banca internacional han tenido su fiel correlato en las bolsas, que han sufrido un septiembre de fuertes descensos. El Ibex ha cedido un 6,15%, el tercer peor mes del año. Sin embargo, los valores financieros no son los que más sufren. La crisis se ha trasladado a otros sectores. El 10% de las cotizadas han perdido un cuarto de su capitalización bursátil, ninguna de ellas del sector financiero. Valores del sector industrial como Tíécnicas Reunidas y Tubos Reunidos, del constructor e inmobiliario, (Colonial, GAM y OHL), de medios de comunicación (Vocento) o del farmacíéutico, como Almirall, son los más castigados.
Las bolsas tardarán en olvidar un septiembre negro en el que el Ibex ha perdido un 6,15% de su valor. En los últimos seis años, las píérdidas de este mes son sólo superadas por enero y junio de 2008. La sequía de liquidez del sector financiero ha dejado un panorama desolador en los parquíés. Pero el fuerte desplome de los valores bancarios internacionales, quiebras incluidas, ha afectado en menor medida a la banca española. De hecho, ninguna entidad bancaria aparece a la cola de rentabilidad en septiembre, favorecidas por su mejor posición relativa frente a la banca extranjera y por los rescates e inyecciones de liquidez acometidas por los Gobiernos en el sector financiero.
El 10% de las cotizadas españolas han perdido más de un cuarto de su valor en septiembre. Este porcentaje se amplía al 20% entre las empresas que caen alrededor de un 20% ó más. Los bancos libran estas fuertes caídas y trasladan la crisis a sectores como el industrial, el químico o el constructor y auxiliares.
Laboratorios Almirall se convierte en el peor valor del parquíé español en septiembre. Quien invirtió en la compañía farmacíéutica a principios de mes ha visto reducir en más de la mitad su inversión, concretamente un 52%, pese a que el valor pertenece al sector farmacíéutico, considerado refugio en tiempos de turbulencias. La compañía farmacíéutica cayó un fuerte 42% en un solo día, el 3 de septiembre, por razones ajenas a la crisis económica. La causa estriba en unos decepcionantes resultados sobre su broncodilatador bromuro de aclidinio destinado a pacientes con enfermedad pulmonar de obstrucción crónica (EPOC). Las malas conclusiones sobre las pruebas de la Fase II de este medicamento obligaron a compañías como Merrill Lynch a rebajar abruptamente sus estimaciones sobre la cotización de Almirall.