Por... Richard Waters
En el mundo de la tecnología empresarial, las transiciones generacionales en computación que parecen obvias suelen llegar a ser importantes despuíés de una díécada o más. Así ha sucedido con la computación en la nube.
El desplazamiento de las cargas del trabajo computacional corporativo hacia centros de datos de nivel industrial ha estado previsto desde finales del siglo pasado.
Todo el mundo lo vio venir. Las siguientes son palabras de Sam Palmisano, el entonces presidente ejecutivo de IBM, en 2002, cuando la tecnología aún era conocida como computación ‘bajo demanda’: “Lo que estamos viendo es un cambio fundamental que es un cambio a largo plazo, que es irreversibleâ€.
En uno de esos gestos periódicos que a los jefes de IBM les gusta hacer como muestra de seriedad, se comprometió a apoyar la tecnología con 10 mil millones de dólares garantizando así que IBM encabezara esta transición.
Pero predecir que algo va a suceder y adaptarse a ello son cosas muy diferentes. A veces, el proceso es como ver un accidente de autos en cámara lenta.
Esta semana sucedió uno de esos momentos repugnantes que a veces les suceden a los titulares en la industria de la tecnología, cuando las fuerzas que operan tras bambalinas de repente irrumpen al exterior para que todos las vean.
IBM tiró la toalla en su intento de hacer la transición hacia la nube sin ceder un ápice en sus objetivos financieros autoimpuestos, y altamente exigentes. Resulta que no se puede construir un nuevo negocio tecnológico de esta forma, mientras se exprime el anterior indefinidamente en beneficio de los accionistas. Mantener la posición actual en cuanto a los casi dos tercios de sus ingresos que provienen de tecnologías “heredadas†ya no parece ser sostenible en un momento en que los clientes migran hacia la nube.
SAP, por su parte, ha ampliado su pronóstico para el negocio que espera obtener de la nube el próximo año. El problema es que esto es una mala noticia para sus ganancias. En la medida en que esto sea simplemente debido a una transición de los costos de derechos de licencia de software por adelantado a pagos periódicos de suscripción que aplacen los ingresos hacia el futuro, esto no debe pesar sobre sus acciones por mucho tiempo. Los inversionistas ya se están acostumbrando a este tipo de cuestiones de coordinación de ingresos.
El problema es que hay otras variables en juego que son más difíciles de evaluar. ¿A cuánto ascienden los costos de la migración de los clientes hacia la nube? ¿Dónde se fijarán los márgenes (inferiores) de beneficio del nuevo negocio? ¿Quíé parte del negocio de la nube representa nuevos ingresos en lugar de una canibalización de antiguos (y más rentables) costos de licencia?
El mismo día en que IBM y SAP les dieron a sus inversionistas sorpresas desagradables, Microsoft pasó a la ofensiva. Al anunciar una serie de nuevos servicios en la nube y una expansión de su red mundial de centros de datos, la compañía trató de posicionarse de lleno junto a Amazon y Google como una de las pocas compañías con la escala masiva necesaria para ser líder en una industria donde los bajos costos de las unidades son la clave.
Cada una de las 19 diferentes regiones de centros de datos de Microsoft en todo el mundo podría soportar hasta 600 mil servidores, según Scott Guthrie, quien dirige el negocio, lo que es más que la totalidad de los envíos mundiales de servidores el año pasado. El mensaje: la inversión puede ser enorme y los márgenes bajos en el negocio de la venta de potencia de procesamiento bruta y capacidad de almacenamiento (un negocio tipo “infraestructura como servicio†similar a productos básicos) – pero íéstos son los riesgos para las compañías que quieren ser tomadas en serio para negocios de mayor margen en la nube.
Aquí, en un día, estuvieron presentes todos los síntomas de la transición hacia la nube: erosión del núcleo rentable, beneficios más bajos en un nuevo mercado de crecimiento y perspectiva de mucho mayor gasto futuro de capital.
Al menos hay un aspecto positivo. La nube representa el crecimiento – y para los inversionistas del mercado bursátil que están hambrientos de nuevos grandes mercados para invertir, esta parte del sector promete ser una historia de crecimiento que se desarrollará durante al menos una o dos díécadas.
Microsoft, con ventas anuales de 4.4 mil millones de dólares por servicios en la nube, no se queda atrás del pionero de la nube Salesforce.com y, en este aspecto al menos, está creciendo aún más rápidamente.
Oracle tambiíén comenzó a revelar sus ingresos de la nube a principios de este año, y el presidente Larry Ellison declaró que la compañía ahora está completamente decidida a ser líder en software para la nube.
Sin embargo, en tíérminos relativos, las ofertas de la nube son operaciones casi insignificantes. Los negocios declarados de Microsoft, SAP y Oracle representan sólo el 5, 6 y 7 por ciento, respectivamente, de sus ingresos actuales.