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Autor Tema: ¿Quíé significado tiene para Amíérica Latina la reelección de Dilma Rousseff?…  (Leído 265 veces)

OCIN

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Por… Hana Fischer



Para los amantes de la libertad, el gobierno limitado y la forma republicana de gobierno, la reelección de Dilma Rousseff en Brasil es una mala noticia.

Como es sabido, la mandataria triunfó en el ballotage con el 51,6% de los votos. Si bien es cierto que su victoria fue muy ajustada —dado que su contrincante Aíécio Neves obtuvo 48,3%— la realidad es que de la forma en que funciona actualmente la democracia, eso carece de importancia. El que gana esos comicios, así­ sea por la diferencia de 1 voto, es como si hubiera obtenido el 100% y el otro el 0%. Tras la efusión de sentimientos que despierta todo acto electoral, lo único que queda es el resultado final: se gana o se pierde. Todo lo demás pasa a ser anecdótico.

Ni bien conocidos los resultados, Cristina Kirchner, Rafael Correa y Nicolás Maduro —presidentes de Argentina, Ecuador y Venezuela, respectivamente— se apresuraron a enviar mensajes de felicitación a Dilma. En Uruguay —donde tambiíén ese dí­a habí­a elecciones nacionales— las principales figuras del oficialista Frente Amplio tení­a un ojo puesto en el proceso interno y el otro en lo que pudiera suceder en Brasil. Los gobernantes de estos cuatro paí­ses manifestaron de manera clara la alegrí­a que este triunfo les producí­a.
Kirchner y Maduro manifestaron su satisfacción a travíés twitter. Expresaron que la permanencia en el cargo de Rousseff, asegura la continuidad de las polí­ticas que se estaban aplicando en la región hasta ahora. Precisamente, la polí­tica exterior es una de las áreas donde los dos contrincantes brasileños discrepaban más acentuadamente. La mandataria está a favor de continuar con la lí­nea de relaciones “sur-sur” que ha aplicado su gobierno hasta ahora y con la estrategia de promover negocios para las empresas brasileñas en Amíérica Latina y ífrica. En uno de los debates Rousseff afirmó, que “Brasil antes miraba a los paí­ses desarrollados y ahora mira a Amíérica Latina, ífrica y tiene relación con los BRICS”, en referencia al grupo de potencias emergentes integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

Asimismo, su programa de gobierno plantea fortalecer las organizaciones que Brasil contribuyó a crear en los últimos tiempos dejando de lado a Washington, como la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) y la Comunidad de los Paí­ses de Amíérica Latina y el Caribe (Celac). Organizaciones de corte antidemocrático —aunque manifiesten lo contrario— impulsadas por el difunto ex presidente de Venezuela Hugo Chávez. No hay más que ver cómo está ese paí­s caribeño así­ como el derrotero de Argentina, para imaginar el puerto hacia dónde Rousseff pretende dirigir a Brasil.
En cambio, Neves proponí­a un cambio brusco de timón en polí­tica exterior. Señalaba con acierto, que el gobierno de Rousseff dio prioridad a la “ideologí­a” al tratar con gobiernos de la región como Venezuela, Argentina o Cuba. Su propuesta era cambiar el rumbo y salir a buscar acuerdos con EE.UU., Europa y Asia como lo hizo la Alianza del Pací­fico, integrada por Chile, Perú, Colombia y Míéxico.

Neves tambiíén cuestionó los “oscuros” negocios entre Brasil y Cuba. Especí­ficamente, mencionó el acuerdo para financiar por unos U$S 800 millones la obras del puerto Mariel —con dinero proveniente del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES)— y preguntó por quíé se hací­an favores a un paí­s “que no respeta siquiera la democracia”.
Posiblemente, el ajustado triunfo Rousseff estíé muy relacionado con el hecho de que el BNDES durante los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenece, ha sido un pozo sin fondo de críéditos otorgados a las principales empresas constructoras del paí­s, para que realizaran obras de infraestructura a lo largo y ancho del continente. Es relevante señalar que entre 2001 y 2010 esos príéstamos crecieron 1000%.
El otro feudo electoral del Partido de los Trabajadores (PT) es el nordeste —atrasado y pobre— que mediante “ayudas” estatales que no incentivan el despegue propio, mantiene a esa personas en un estado de dependencia estatal perpetua. Lo cual obviamente favorece que los gobernantes de turno se mantengan en el poder.
El Brasil del PT es el reflejo de la mecánica del poder de los gobiernos cercanos al ALBA. Hay un intercambio de favores según el nivel social: apoyo polí­tico a cambio de privilegios y prebendas para los grandes empresarios; y apoyo polí­tico a cambio de dádivas para los sectores sumergidos. Todo esto condimentado con una elevada corrupción. La clásica receta de los gobernantes autoritarios.

Los mercados reaccionaron de forma inmediata ante el resultado electoral. Al dí­a siguiente de la elección, el índice de la Bolsa de Valores de San Pablo (Bovespa) se desplomó un 6%, aunque luego recuperó algo de terreno situándose la caí­da en 2,77%. Por su parte los papeles de Petrobras —la petrolera estatal que es centro de un escándalo de corrupción que involucra al PT— tambiíén cayeron en Europa. Con relación al viernes anterior a las elecciones, sus acciones perdieron 14,56% al comienzo de la jornada en Frankfurt. En Parí­s, el Lyxor ETF Brasil cayó 10,77% y el principal ETF Brasil de Japón más de 7%. En el mercado de divisas, el real brasileño se despreció casi 4% frente al dólar al abrir la jornada del lunes 27 de octubre, aunque hacia mediodí­a la devaluación se moderó y se situó en 3,21%.
La reacción de los mercados está fundamentada en las lí­neas directrices y el accionar gubernamental de los últimos años. Es oportuno recordar que en los 4 años de la administración Rousseff, el índice Bovespa cayó 30% y el real se devaluó 33%.

Estos datos económicos no carecen de significación, aunque el brasileño común pueda percibirlos como algo que no le concierne. Por el contrario, los mercados son “señales” que están indicando “peligro”. Eso traducido en lenguaje polí­tico significa, que no esperan que Rousseff vaya a cambiar la orientación que ha dado a su gobierno hasta ahora.
Para los ciudadanos del resto de los paí­ses del continente, es una indicación de que Brasil posiblemente seguirá apoyando y fortaleciendo a los regí­menes despóticos de la región.


Suerte en sus vidas…


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