La futura adjudicación de Novo Banco, el banco bueno surgido de la crisis de Banco Espirito Santo, avanza a paso lento y se van produciendo los primeros descartes entre los bancos españoles que fueron sondeados en su día por el gobernador del Banco de Portugal sobre su posible interíés.
BBVA ya habría decidido no participar en la subasta que se convocará y Santander aún sopesa su decisión. CaixaBank tambiíén podría estar pensando si tiene sentido dentro de su estrategia de expansión internacional estar presente en la puja.
Las autoridades portuguesas entienden que lo mejor sería que Novo Banco se integrara dentro de una entidad española de forma que se consolidara una firma con amplia presencia en los dos países de la Península Ibíérica. Por eso el gobernador del Banco de Portugal, Carlos da Costa Silva, aprovechando una visita al Banco de España mantuvo contactos, durante un fin de semana, con los máximos responsables de los dos grandes bancos nacionales, Santander y BBVA, para sondear el posible interíés de ambos por los activos sanos del antiguo Banco Espirito Santo.
No hubo una respuesta inmediata aunque parece que ya alguno de ellos ha decidido no participar en la subasta. BBVA, que mantiene una pequeña estructura comercial en el vecino país, y que antes de la crisis del banco portuguíés había decidido ponerla a la venta por no tener una cuota de mercado suficiente, ha desechado finalmente ampliar su presencia en Portugal.
Fuentes conocedoras de la operación afirman que se trata de una decisión firme y que lo que ocurre es que la próxima subasta de Novo Banco impide temporalmente que el banco presidido por Francisco González vuelva a sacar a la luz el cuaderno de venta de su red de oficinas para dar por concluida su aventura portuguesa.
BBVA tiene, en el futuro cercano, que integrar la estructura de Catalunya Banc dentro del grupo y a ello tienen que destinar sus principales esfuerzos. El Banco Santander, por su parte, aún no habría tomado una decisión firme aunque su interíés por adquirir Novo Banco no sería muy intenso ya que tiene una posición fuerte en el mercado luso a travíés de Santander Totta.
Participar o no en la subasta que debe convocar el Banco de Portugal va a depender mucho del balance final de la nueva entidad, que aún no está definido totalmente, y del precio que las autoridades pretendan obtener. La decisión de acudir o no a la subasta puede ser la primera decisión de importancia que tome Ana Botín como presidenta de Banco Santander.
Complicaciones adicionales
El Fondo de Garantía de Depósitos portuguíés ha puesto más de 4.000 millones de euros para el saneamiento de la entidad pero los expertos consideran que lo que se pueda recuperar no superará los 2.000 millones y que todo ello obligará a que las condiciones de adjudicación sean aprobadas por la nueva autoridad de resolución única que entra en vigor formalmente el primero de enero próximo y por la nueva Comisión Europea, al tratarse de un caso de ayudas públicas, lo que puede suponer una complicación adicional ya que no se sabe cómo va a funcionar la nueva Comisión.
Las posibilidades de que sea uno de los grandes bancos españoles quien finalmente se haga con Novo Banco no se acaban con los dos mayores. CaixaBank, a travíés de su banco participado BPI, podría estar empezando a considerar la hipótesis de presentar una oferta.
De hecho, altos cargos de la entidad española han viajado recientemente a Lisboa para mantener reuniones con las autoridades de supervisión. CaixaBank tiene el 49% del capital de BPI desde que en 2012 adquirió la participación de casi el 19% que el brasileño Itaú tenía en la entidad portuguesa y que vino a sumarse a la que declaraba entonces la entidad española.
Esta participación, que roza la mayoría del capital, es un hecho insólito en el proceso de expansión internacional de CaixaBank, que siempre ha preferido tener participaciones minoritarias, en alianza con potentes socios locales, pero que los acontecimientos han provocado que no sea así en Portugal. BPI ha pasado con íéxito las recientes pruebas de resistencia del Banco Central Europeo al terminar el ejercicio de revisión de la calidad de los activos con un capital del 15,16% y rebajar su solvencia en el escenario adverso hasta el 11,6%, más del doble del mínimo exigido por las autoridades supervisoras para pasar el examen.
El problema de una posible operación de BPI sobre Novo Banco es que previsiblemente ello obligaría a esta entidad a llevar a cabo una ampliación de capital en la que CaixaBank tendría que invertir aún más de lo que ya lo ha hecho. En todo caso, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, señaló en la reciente presentación de resultados trimestrales que estaban satisfechos con su participación en el banco portuguíés y que estudiarían y apoyarían las alternativas que la entidad pudiera plantearles como principales accionistas.