Portobello está de mudanza. Y no solo de oficinas centrales, sino de los inquilinos de su cartera de participadas. Tras comprar los espárragos Carretilla a Viscofan, el fondo de capital riesgo ha encargado la venta de Angulas Aguinaga, dueño de la famosa marca La Gula del Norte. El importe de la operación puede rondar los 300 millones de euros dado el crecimiento del beneficio de la sociedad por el renovado tirón del consumo.
Según indican fuentes financieras, Portobello ha dado el mandado de venta a í“ptima, la firma de aseguramiento controlada por María Antonia-Sánchez Asiaín. Esta boutique, como se conoce en el mundo financiero a los bancos de inversión que intermedian operaciones de tamaño medio, ha sido la misma que ha negociado de parte del private equity la adquisición de la filial de Viscofan por 55 millones de euros.
La firma de capital riesgo, controlada entre otros por Iñigo Sánchez-Asiáin, cree que es el momento adecuado de poner en el mercado Angulas Aguinaga despuíés de ocho años en cartera. La compró en 2006 por unos 120 millones de euros. Portobello ya intentó desprenderse de esta compañía en 2010, en pleno derrumbe de los mercados y del cierre de la financiación bancaria.
í“ptima, que ya tenía el mandato en aquel momento, tanteó a potenciales inversores, pero ninguno quiso asumir el riesgo de comprar un activo en España. Hoy la situación ha cambiado totalmente y el apetito de los extranjeros por tomar posiciones en compañías nacionales ha cambiado sustancialmente, como demuestran las compraventas de Mivisa, Deoleo y La Sirena.
Hace cuatro años, Angulas Aguinaga tenía un beneficio bruto de explotación o ebitda de 22 millones de euros. Actualmente, esta cifra ronda los 30 millones y se espera que al cierre de 2014 se aproxime más a los 35. El crecimiento ha venido generado por la internacionalización de la empresa y la diversificación de la gama de productos –especialmente el salmón–, para no depender como antaño de La Gula del Norte.
No obstante, la amplificación del negocio tambiíén le provocó algún que otro susto a Portobello, como el que se llevó la filial Angulas Aguinaga Burgos, un cocedero de mariscos cuyas cuentas fueron puestas en cuarentena por Pricewaterhouse. Esta subsidiaria registró perdidas de forma continuada y presentó un plan de viabilidad sobre el que el auditor puso varias salvedades.
En cualquier caso, la operación se presenta como un gran íéxito para Portobello, que espera completar la venta en el primer trimestre de 2015. Si así sucede, el private equity habrá obtenido una rentabilidad del 100% de la inversión en nueve años. Angulas Aguinaga ya refinanció el pasado ejercicio la deuda del grupo, que asciende a unos 120 millones.
Esta será la tercera desinversión importante de la firma desde 2013, cuando se desprendió de Laboratorios Indas por 400 millones, incluida la deuda. Hace dos semanas tambiíén le dio el pase a Hoffman, una compañía especializada en álbumes fotográficos digitales, con una importante plusvalía no concretada. En general, y pese a los tropiezos en inversiones como la cadena de ropa Festa, un gran retorno para sus limited partners, que recientemente apoyaron el levantamiento del tercer fondo, con una aportación total de 380 millones, una cifra no vista en España desde el estallido de la crisis financiera.