El plan de reestructuración de deuda de Martinsa ha entrado en su fase decisiva apoyado en el reciente real decreto de medidas urgentes en materia concursal. La nueva normativa, que ahora se tramita en el Parlamento como proyecto de ley, facilita la renegociación de los convenios de acreedores en sociedades que han superado la primera fase del procedimiento concursal. El caso de la inmobiliaria presidida por Fernando Martín es el ejemplo más significativo de esta regulación, orientada a salvar empresas acechadas por un alto nivel de apalancamiento pero que tienen claras perspectivas de viabilidad.
Martinsa presentó en julio de 2008 la que fue considerada como la mayor suspensión de pagos corporativa en España, con un pasivo reconocido de 7.200 millones de euros. La adquisición de Fadesa al empresario gallego Manuel Jove en pleno derrumbe del sector inmobiliario fue decisiva en la caída de Martinsa, que tres años despuíés, en marzo de 2011, consiguió levantar el concurso con la firma de un convenio de acreedores a diez años. El acuerdo original con los bancos se tradujo entonces en una rebaja a la mitad de la deuda ordinaria, quedando la otra mitad sujeta a un plan de reembolso vía críéditos participativos.
La renegociación del convenio de acreedores se extiende ahora a los 3.600 millones de euros que todavía se encuentran pendientes de resolución y que la compañía quiere introducir por la misma senda de críéditos participativos. De esta forma, los bancos estarán en disposición de participar como eventuales accionistas de los beneficios que genere el negocio a futuro. El objetivo de Martinsa consiste en pagar el 80% por esta vía, en tanto que el 20% restante sería amortizado con la cesión de activos inmobiliarios dentro de un acuerdo que debe ser ultimado antes de finales de año.
El cierre económico de 2014 es determinante a la hora de llevar a buen puerto las negociaciones ya que la compañía tiene que hacer frente antes de que termine el año a unos compromisos de pago de casi 400 millones de euros, equivalentes al 12,5% de su deuda concursal. A esta cifra se añaden otros 32 millones que la empresa tenía que reembolsar en 2013 y cuya amortización quedó suspendida atendiendo a la letra pequeña del concurso de acreedores.
Proyecto Aurora
La adaptación legislativa de las mayorías necesarias para renegociar con los acreedores, que se han rebajado en tíérminos generales del 75% al 51% del pasivo exigible, ofrece ahora un escenario mucho más proclive al pacto, si bien la idea de Fernando Martín consiste en extender el convenio al mayor número de bancos hasta obtener un respaldo unánime que garantice el futuro de la compañía. La nueva Martinsa, diseñada en lo que se ha dado en llamar el ‘Proyecto Aurora 2’, parte de un nivel máximo de 500 millones de deuda y unos activos valorados en una horquilla de 1.000 a 1.500 millones de euros.
Con esta estructura de balance, el promotor vallisoletano considera que la sociedad estaría en condiciones de remontar la crisis histórica de la empresa fusionada y superar tambiíén la recesión del mercado inmobiliario español. Martinsa dio un primer paso en este sentido el pasado mes de marzo cuando amortizó, de acuerdo con el sindicato de bancos acreedores, un total de 115 millones de euros. La compañía salvó así el primer match ball de una posible liquidación y emprendió un proceso de negociaciones cuya meta final no es otra que refundar la empresa existente con anterioridad a la fusión con Fadesa.
La inmobiliaria tiene abierto un pleito contra el antiguo propietario de la empresa gallega que podría traducirse en un ingreso extraordinario para la compañía. Martinsa reclama a Jove cerca de 2.000 millones de euros al entender que la venta de Fadesa se estableció sobre bases contables erróneas. Los jueces rechazaron en primera instancia la demanda promovida por Fernando Martín, pero el Tribunal Supremo aceptó posteriormente de forma gradual todos y cada uno de los motivos de infracción procesal que se incluyeron en el recurso presentado por el actual dueño de Martinsa.