Por... Víctor Vignale
Concebir el fracaso como parte del íéxito no es un concepto nuevo. Sin embargo, en la última díécada, se viene expandiendo con fuerza la visión de que resulta mucho más beneficioso que al fracaso se le abrace en lugar de que se le tema.
“Los chinos dicen que el fracaso es la madre del íéxito, y es cierto. Se aprende muchísimo de ello. Quien ha fracasado antes trabajará mucho más duro despuíés para demostrar lo que valeâ€, afirma Kenneth Morse, fundador del MIT Entrepreneurship Center y emprendedor en serie.
Del fracaso se aprende…siempre y cuando te tengan presentes estos dos factores fundamentales:
· Percepción
Una percepción adecuada permite ver que el error no es un muro en contra de la obtención del íéxito, sino un peldaño que lo acerca a este.
· Capacidad analítica
Esta permite identificar, aprender y apalancar la experiencia para mejorar.
“Un fracasado es un hombre que ha cometido un error, pero que no es capaz de convertirlo en experiencia†– Elbert Hubbard
“No fracasíé, he descubierto 1,000 maneras de como no hacerlo†– Thomas Edison. O puesto de otro modo, Edison, el inventor, se encontraba 1,000 veces más cerca de dar con la solución.
Cuestión de cultura
Lo que se está dando a nivel global es un vuelco de mentalidad sobre el fracaso. Esto muy probablemente, alentado con gran fuerza por el principio “ensayo y error†desde los sectores tecnológicos, como en Silicon Valley. Se apoya el atreverse a probar con mayor frecuencia ideas, prototipos, riesgos medidos. Se trata de levantar el velo y darse cuenta que es imposible evitar el fracaso y que más bien se puede usar en nuestro favor en lugar de en nuestra contra.
La cultura que abriga el fracaso: asocia el fracaso a las acciones y no a las personas. Se sabe que del fracaso se aprende -se identifica lo que no funciona, lo que funciona y que se debe tomar una nueva dirección.
La cultura adversa al fracaso: juzga en exceso, atemoriza, asociando el error con castigo y vergí¼enza. Cuando se crean estas condiciones el miedo prevalece frente a la oportunidad de intentar innovar. Esta sensación paralizante provoca que el desarrollo se entorpezca y se fomente la mediocridad.
“En mi opinión el fracaso no está en los resultados, sino en no intentarlo. Y esta actitud es liberadora. Pienso que el fracaso es una manera que tiene la vida, de avisarte que te toca corregir el curso†dice Sara Blakely, conocida millonaria emprendedora creadora de la tecnología que dio luz a la marca Spanx –usada hoy en día por marcas de prendas femeninas a nivel global.
En culturas como la nuestra se nos ha acostumbrado a pensar de manera categórica sobre la relación entre el íéxito y el fracaso. El deseo por el primero y la aversión por el segundo. ¿Pero quíé tal si desde un principio te hubieran dicho que en la escalera que lleva al íéxito, muchos de los peldaños más importantes se llaman “fracasoâ€?
¿Hubieras tomado más riesgos?
¿Tu conocimiento sería muy distinto?
¿De quíé manera te imaginas los cambios en la industria y en la sociedad si se empezara a vivir una cultura que abrigue el fracaso como algo positivo o aunque sea algo permisible?
