Por... Luisa María González
Los tratados de inversión bilateral (TBI) son nuevas formas de colonialismo que funcionan de manera más sutil, pero siempre en función del capital, aseveró el presidente de Ecuador, Rafael Correa.
En el Enlace Ciudadano número 400, el mandatario manifestó que el colonialismo en la actualidad funciona de manera más sutil y ya no hacen falta bombas, balas ni cañones, pues solo son necesarios dólares.
De acuerdo con el jefe de Estado, existe una institucionalidad dirigida a garantizar la preponderancia del capital, y uno de sus componentes son los TBI.
Al referirse a las consecuencias de estos mecanismos, indicó que por ejemplo, si se comete un atentado contra los derechos de un pueblo, hay que agotar todas las instancias judiciales previas para llevar el caso a tribunales internacionales.
Pero si una trasnacional se siente perjudicada, agregó, sin ningún trámite previo puede llevar a un estado ante instancias internacionales para que sea juzgado.
Correa explicó que el gobierno designó a un grupo de especialistas para analizar los TBI, la Comisión para la Auditoría de los Tratados de Protección Recíproca de Inversiones y del Sistema de Arbitraje Internacional en Materia de Inversiones (Caitisa).
Señaló que el informe final estará listo en los próximos meses, pero ya los reportes preliminares son terribles.
En este sentido, indicó que muchas veces los árbitros encargados de llevar adelante los procesos contra los países son empleados o tiene alguna relación con las mismas trasnacionales demandantes, "y en manos de ellos están nuestros estados".
Ecuador enfrenta varios procesos legales internacionales a causa de los TBI, los cuales ponen en peligro un total de 14 millones de dólares del país.
El caso paradigmático es la disputa con la petrolera estadounidense Chevron, trasnacional que luego de ocasionar altos niveles de contaminación en la Amazonía, se niega a pagar una indemnización a los afectados dictada por la justicia ecuatoriana y ha llevado el caso a las instancias internacionales.