Los suizos han dicho no de manera contundente a la iniciativa popular que pretendía reducir a un magro 0,2% de la población la entrada anual de nuevos extranjeros. Un 74% de los votantes que han acudido hoy a las urnas para pronunciarse sobre este y otros dos proyectos lo han rechazado, según los resultados definitivos. El rechazo, superior al esperado, supone un alivio para el Gobierno, los empresarios, los sindicatos y para los inmigrantes –en su gran mayoría europeos- que tengan intención de buscar trabajo en Suiza. La economía de este país depende en buena medida de los extranjeros para cubrir sus necesidades. í‰stos representan el 23,5% de la población.
Los promotores, un grupo ecologista denominado Ecopop, esgrimía motivos de sostenibilidad medioambiental para pedir un cupo testimonial de entradas, que habría permitido menos de 17.000 trabajadores nuevos al año frente a los 88.000 que accedieron el año pasado. Con un paro del 3% y un crecimiento económico del 2%, Suiza no parece tener problemas de absorción de mano de obra, aunque el aumento del ritmo de entradas y los problemas de infraestructuras que se generan en algunos territorios han elevado el nivel de preocupación de la población.
Solo el 26% de los votantes se han manifestado a favor de este referíéndum, frente al 39% que apuntaban los últimos sondeos. La propuesta de Ecopop incluía una segunda pata que rayaba la xenofobia. La organización pedía que Suiza destinara al menos el 10% de su ayuda al desarrollo a financiar proyectos de control de la natalidad en países pobres. El motivo era que el desarrollo sostenible no es posible con un aumento continuo de la población.
Este mensaje en las urnas llega casi 10 meses despuíés de que los suizos obligaran al Gobierno, por una estrecha mayoría del 50,3%, a cambiar las normas que regulan la inmigración para volver a establecer cupos de extranjeros en lugar de la libertad de circulación que rige ahora con la Unión Europea, socio preferencial de Suiza con 120 acuerdos que los ligan.
El Consejo Federal suizo –equivalente al Gobierno central- trata desde entonces de negociar con Bruselas para dar respuesta a las demandas de sus ciudadanos sin romper esa relación beneficiosa para ambos bloques. Berna aún no ha presentado el proyecto con el que pretende dar solución a ese difícil encaje, aunque se había comprometido a hacerlo antes de final de año. Las autoridades suizas habían recomendado rechazar tanto la iniciativa de febrero como la de hoy.
Además de la iniciativa antiinmigración, los suizos han rechazado, con un porcentaje del 59% de los votantes, otro proyecto para eliminar el privilegiado trato fiscal que este país alpino otorga a los extranjeros ricos que fijan su residencia en el país para pagar menos impuestos. Unas 6.000 personas podrán seguir manteniendo ese favorable ríégimen fiscal.
Los electores votaron igualmente en contra de otra iniciativa para obligar al banco central suizo a mantener el 20% de sus reservas en oro, una cantidad que duplica la actual y que pretende dar mayor estabilidad al sector financiero, aunque a costa de imponerle importantes rigideces. En total, un 49% de los suizos con derecho a voto han acudido a las urnas este domingo.