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Autor Tema: Una inyección de 18.000 millones para la economí­a española  (Leído 160 veces)

Eguzki

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Una inyección de 18.000 millones para la economí­a española
« en: Diciembre 03, 2014, 07:59:34 am »
El riesgo de recesión de la zona euro y el más que posible enfriamiento de los principales socios comerciales amenazaban despuíés del verano con llevarse por delante la senda de crecimiento que la economí­a española inició a mediados de 2013. Cuando todos los factores parecí­an aliarse en su contra (debilidad en Alemania y Francia, recesión en Italia, la caí­da del PIB en Japón y la revisión a la baja del crecimiento en Latinoamíérica), el desplome del precio del petróleo, la depreciación del euro y la rebaja de los costes de financiación han surgido como contrapesos para ofrecer una inyección muy importante a la economí­a española en 2015.

Los cálculos realizados por este periódico, que suman además los 5.300 millones de rebaja procedentes de la reforma fiscal que entrará en vigor el próximo 1 de enero, ofrecen un resultado final de 17.396 millones. Un excedente que roza los 18.000 millones si tambiíén se le une un más que probable crecimiento de las exportaciones fuera de la zona euro. Todo ello puede servir para cubrir posibles desviaciones del díéficit, en especial el autonómico, o incluso para aprobar estí­mulos o nuevas prestaciones, que se añadan a la anunciada ayuda para parados de larga duración sin cobertura. Todas estas decisiones se adoptarán además en un año plagado de citas electorales, en el que el Ejecutivo se puede ver tentado a aprobar estí­mulos con el único fin de ganar votos.

El desplome del petróleo

El precio del barril de crudo tocó máximos anuales el 20 de junio cuando alcanzó los 115,06 dólares. Desde esa fecha emprendió un desplome que le ha llevado a rozar los 70 dólares, un 39% menos en apenas seis meses. Para evaluar el verdadero impacto que ha tenido en la economí­a española, el cálculo hay que hacerlo en euros. Si se aplica el cambio actual respecto al dólar, el resultado es que el 20 de junio, el barril de Brent, de referencia en Europa, cotizaba a 84,5 euros y ayer se situaba en 57,6 euros, un 32% menos.
En el cuadro macroeconómico que el Ejecutivo enví­a a Bruselas con sus previsiones macroeconómicas se estimaba un precio medio del crudo para 2015 de 79,5 euros por barril. España consume 1,3 millones de barriles de petróleo al dí­a (486 millones de barriles al año) y a ese coste la factura energíética por compra de crudo se elevarí­a a 38.637 millones de euros. Si ese cálculo lo hacemos con la cotización actual, la partida desciende hasta los 27.993, lo que representa un colchón de 10.644 millones de euros. Este se dejará notar en las compras que tengan que hacer la Administración o las empresas en su quehacer diario, así­ como el gasto en calefacción o en gasolina de los particulares.

Rafael Pampillón, profesor de Economí­a en el IE Business School, asegura que el impacto más apreciable será el que hogares y empresas tengan mayor renta disponible. “Las familias van a tener que dedicar menos presupuesto a gasolinas y las empresas tendrán menos costes energíéticos, lo que les va a liberar beneficios que pueden usar para autofinanciarse ante el estrangulamiento del críédito”, apunta. La depreciación del crudo rebajará los ingresos fiscales en la partida que grava a los hidrocarburos, aunque, a juicio de Pampillón, se verá compensado por el aumento de la recaudación en Sociedades y en IVA, ante el más que previsible avance del consumo.

La depreciación del euro

El Ejecutivo preveí­a que el cambio del euro con el dólar se mantuviera en el entorno de 1,30. En paralelo al petróleo alcanzó máximos anuales en junio (1,36) e inició un descenso que le ha llevado a estabilizarse en las últimas semanas en el entorno de los 1,24 dólares. El ahorro que se puede obtener a travíés de esta partida es menos tangible, pero no por ello menos importante. Un euro depreciado abarata las exportaciones fuera de la zona euro y hace más competitivos nuestros productos frente a los precios que pueden ofrecer compañí­as americanas, asiáticas o africanas. Pampillón remarca que el abaratamiento del euro va a suponer un aldabonazo para la entrada de inversión desde fuera de la zona euro. “Va a tener un impacto significativo en los flujos que vengan de EE UU, Latinoamerica o Asia, ya que tendrán más euros por cada dólar que tengan”. Asimismo señala que ese mayor poder adquisitivo tambiíén puede servir para reactivar las compras en el sector inmobiliario, en el que los extranjeros están adquiriendo cada mes que pasa un mayor protagonismo.

Almudena Semur, coordinadora del Servicio de Estudios del Instituto de Estudios Económicos (IEE), apunta que el abaratamiento del euro conllevará un encarecimiento de las importaciones, que en la actualidad crecen muy por encima de las exportaciones ante el tirón de la demanda interna. “Al encarecerse las importaciones se puede producir un efecto sustitución (compra de producción nacional en lugar de extranjera), lo que sin duda tambiíén puede compensar ese efecto de encarecimiento”, subraya.

Ese fenómeno de sustitución de las compras al exterior tuvo su mayor exponente en marzo de 2013, en el que la economí­a española obtuvo el primer superávit comercial de su historia. El Ejecutivo lo achacó al efecto sustitución, mientras que los expertos lo justificaron por el desplome de las importaciones, en caí­da libre ante la falta de pulso de la demanda interna.

Un impacto beneficioso del abaratamiento del euro se puede dar en el caso del turismo. La depreciación del euro tambiíén abarata el coste de los viajes que realizan los turistas de esas áreas geográficas antes citadas. Una buena noticia por tres razones. La primera es por la necesidad de diversificar los mercados emisores de turistas, ya que más de la mitad de nuestros turistas siguen procediendo de la Unión Europea, la zona que va a crecer menos en los próximos años, según los cálculos de la Organización Mundial de Turismo. La segunda es que supone un incentivo añadido para los turistas de mercados de alto poder adquisitivo, como Oriente Medio o China, ya que abarata el coste del viaje y les permite gastar más dinero durante sus estancias. Precisamente a los visitantes de esas dos zonas está dirigido el plan nacional de turismo de compras, presentado recientemente por las secretarí­as de Estado de Comercio y Turismo. La tercera es que abarata el coste para los turistas británicos, que se ha consolidado durante la crisis como el mercado más importante para España, con cifras cercanas al 25% del total.

La prima de riesgo

Los Presupuestos del Estado para 2015 auguran que habrá 885.000 millones de deuda en circulación De esta cantidad, 202.000 millones corresponden a deuda nueva (155.000 millones en vencimientos y 47.000 millones en díéficit) y 683.000 millones en deuda ya emitida. La rebaja de los costes de financiación tendrá impacto exclusivamente sobre la primera partida, ya que la segunda partida no se ve beneficiada por la bajada de la prima de riesgo. El Ejecutivo augura en los Presupuestos que el interíés del bono a diez años para 2015 se situará en el 2,6% y en la actualidad está en el entorno del 1,9%.

En tíérminos absolutos, la ganancia para el próximo ejercicio serí­a de 1.452 millones, al pasar de un coste de 5.252 a 3.797 millones por el coste de la nueva deuda. Una cifra que se añade a los 5.000 millones de euros de ahorro registrado este año. Pampillón apunta que el abaratamiento del coste de financiación es un dato muy importante para las empresas y la mejora de su financiación. “El principal efecto de la bajada de la prima de riesgo puede ser el hecho de que las empresas vuelvan a acudir al mercado de bonos, tanto para emitir como para refinanciarse”, apunta.

La reforma fiscal

Los cálculos realizados por Hacienda establecen un ahorro para los ciudadanos de 5.300 millones de euros para el próximo ejercicio. En la memoria económica de los proyectos de ley que modifican el IRPF y el impuesto sobre sociedades, los dos tributos más importantes, augura que la rebaja fiscal en ambos impuestos será de 3.857 millones. La primera será una inyección muy importante para los asalariados y se empezará a notar en las nóminas desde el 1 de enero de 2015, mientras que la segunda liberará parte del dinero que las empresas destinaban a su factura fiscal y servirá para impulsar la inversión, estancada desde el inicio de la crisis.

Previsiones
El programa de estabilidad que España remitió a Bruselas despuíés del verano fue catalogado por las instituciones comunitarias y por los expertos como de excesivamente optimista al recoger unas previsiones de crecimiento muy por encima de la media de la zona euro (1,2% en 2014 y 1,8% en 2015%) en un contexto en el que se iba a aprobar una rebaja fiscal que sacarí­a 9.000 millones de las arcas públicas en dos años. Fuentes comunitarias apuntan, sin embargo, que las previsiones de díéficit posiblemente se cumplirán más por el impacto que los incrementos impositivos aprobados desde 2011 tendrán en la recaudación que por las rebajas fiscales previstas para 2015 y 2016.

La rebaja fiscal llevó a los expertos a valorar antes de verano que España no llegarí­a al objetivo de díéficit este año (5,5% del PIB) y que mucho menos lo harí­a en 2015, cuando el desfase entre ingresos y gastos tiene que llegar al 4,2% delPIB. Pampillón tambiíén compartí­a esa opinión, pero considera que la inyección de 18.000 millones de euros será más que suficiente para cumplir lo prometido ante Bruselas. “Si se alimenta ese circulo virtuoso, la economí­a española puede cumplir las optimistas previsiones incluidas en el cuadro macro. Será posible entonces crecer al 2%, crear empleo e incluso estar a salvo de un posible enfriamiento de la zona euro. Creo que con las actuales condiciones no va a haber recesión, pero sí­ un estancamiento en la zona euro”, resume.

El ministro de Economí­a, Luis de Guindos, calcula que todos esos factores provocarán un crecimiento adicional del PIB de entre medio punto y un punto en los próximos cuatro a seis trimestres. íngel Laborda, director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), apunta que está actualmente revisando al alza sus previsiones de crecimiento para el año que viene. “Funcas auguraba un crecimiento del 2,2% y el panel de Funcas estimaba un avance del 2% en 2015. Esas cifras serán superiores en los próximos dí­as”, avanza. En la mejora, además de todos los factores citados con anterioridad, Laborda apunta a una mejor evolución de la zona euro y a la aceleración de la caí­da de los precios, que elevará la renta disponible para hogares y empresas. Las previsiones que maneja Funcas apuntan a que la inflación podrí­a cerrar el próximo año con una media anual de -0,3% o -0,4%. “No estoy de acuerdo con aquellos que dicen que el problema de la deflación se acentúa con esa caí­da de precios. Yo lo considero como un maná caí­do del cielo, ya que libera renta que puede ser utilizada para consumir más o para ahorrar. No hay riesgo de deflación”.