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Autor Tema: RESPIRACIí“N Y DIAFRAGMA  (Leído 575 veces)

Scientia

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RESPIRACIí“N Y DIAFRAGMA
« en: Diciembre 09, 2014, 08:02:02 pm »
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De todos es sabida la función del diafragma. Vosotros terapeutas, en vuestras tíécnicas lo Observáis y lo equilibráis. Es pues el diafragma motivo de estudio.

Si la respiración nos proporciona ese aliento de vida, es el diafragma quien le da forma. Es el Motor respiratorio, el obrero subordinado que ordena y adecúa los ritmos vegetativos a los Diferentes estados fisiológicos. El miedo, la angustia, la alegrí­a, la serenidad, la indecisión, el Estríés, son emociones y estados nerviosos que recurren mediante el sistema nervioso Autónomo a este músculo para adaptarse a los patrones homeostáticos.

El ritmo respiratorio interactúa con el cardí­aco, siendo además el diafragma coadyuvante en la Función de bombeo del corazón.

La respiración actúa sobre el conjunto articular con micro movimientos elásticos y Coordinados que proporcionan a todo el sistema armoniosidad y sincronización con la Regulación vial de los lí­quidos.

Sabíéis que la respiración rige la movilidad del raquis y conocíéis la filosofí­a oriental donde el Raquis es eje energíético vital. Los pulmones distribuyen esa energí­a a todo el organismo y el Diafragma interactúa en ello para que sea lo más fluido posible.

En la inspiración hay una corrección de los arcos que describen las curvas raquí­deas, y en la Espiración un aumento de los mismos.

En la etapa infantil, cuando el niño va creciendo, crea unos patrones respiratorios asociados Con el estado emocional que está viviendo. Los bloqueos que se producen en la etapa infantil Responden en un gran número, a somatizaciones de estados emocionales no integrados por ese Niño, que se localizan de forma no causal, entre otros, en puntos osteopáticos importantes (D6, D12 y L3), í­ntimamente relacionados con diafragma. Esto lo vemos a menudo en nuestros

Tests kinesiológicos. Desde la perspectiva del niño, la emoción y el aprendizaje tienen unos Componentes de implicación mucho más fuertes de lo que comúnmente se presupone. La Propia labilidad social, esa delgada túnica de filtraje emocional, esa ingenuidad, esa Sensibilidad que tan necesaria se hace en ellos, es a la vez lo que actúa como tutor de Aprendizaje autodefensivo. Si somos lo que vivimos, mucho más somos lo que hemos sentido Al vivirlo.

Es conocida en el campo de la Logopedia, la necesidad de actuación sobre el diafragma en los Problemas de fonación, muchas veces asociados a emociones no asimiladas.

En bebíés y niños la respiración es horizontal, es decir la respiración abdominal no implica a Tórax en un incremento del diámetro anteroposterior, en parte debido a la propia disposición De las curvaturas en la etapa infantil. Las alteraciones en esa respiración repercuten sobre la Fisiologí­a lumbar.

A medida que emociones no integradas, que los resultados de la frustración, del desengaño, y Sobre todo la necesidad de auto defendernos, es decir, a medida que crecemos como seres Individuales, únicos y propios, nuestra respiración tambiíén se transforma, pasa de tener un Carácter relajado a un estado que supone un mayor gasto energíético y fisiológico, se convierte En una respiración vertical, donde el tórax actúa con mayor implicación. La necesidad social De acorazarnos, potencia la respiración torácica y anula la abdominal. Evidentemente este Patrón no tiene por quíé resultar patológico y el diafragma se integra inteligentemente a los Cambios estructurales que sufre el individuo. El propio cuerpo tiene una enorme capacidad de Adaptación, y si bien la ontogíénesis del individuo no suprime ciertos fallos de la evolución Sufrida de la cuadrupedia a la bipedestación, como es la limitación fisiológica en la capacidad De contracción diafragmática y en el desplazamiento del centro fríénico, debido al aumento de Las tensiones de sustentación del mismo por la acción de la gravedad, es el sistema otra vez, el Que da soluciones y autocorrecciones a esas tensiones mantenidas. Los suspiros, la necesidad De tomar más aire, los cambios en el ritmo cardí­aco, en el movimiento respiratorio primario, Ciertas posturas, etc., hacen de forma autónoma mitigar espasmos diafragmáticos o regular su Ritmo para influir en los patrones respiratorios.

Las normalizaciones del diafragma están protocolizadas en la mayorí­a de tíécnicas de Reeducación postural. Ya sea la Medicina China, la Osteopatí­a, Yoga, Feldenkrais, Alexander, etc., dan una gran importancia a liberar de sus tensiones mantenidas a este músculo.

Veamos pues más de cerca, quíé implicaciones existen con el diafragma desde campos Diversos pero que convergen en el principio básico de unidad fí­sica, energíética y emocional.

El Dr. Still, padre de la Osteopatí­a, decí­a, “Todas las partes del cuerpo están relacionadas Directa o indirectamente con el diafragma”, pues es tan cierto que los 4 principios osteopáticos se crecen ante la fisiologí­a de este potente músculo.

“La estructura gobierna la función”, el diafragma como veremos es un elemento central de La estática y la dinámica, y sus alteraciones en la tonicidad o la funcionalidad tienen Repercusiones sobre el sistema neurovascular, el endocrino, el cardí­aco, etc.

“La unidad del cuerpo”, el diafragma es centro y conductor, es ví­ctima y ejecutor, es Corrector y agitador, sus relaciones faciales son realmente importantes y numerosas, y su Capacidad de alterar procesos fisiológicos sólo son una respuesta a otro tipo de procesos Descompensados. Así­ pues en el estudio de las fijaciones respiratorias diafragmáticas se hace Acusada la necesidad de investigar en la etiologí­a de las mismas.

“La auto curación”, Still es claro; “En principio nuestra práctica debe inhibir los nervios y Vasos linfáticos, y provocar luego una reacción muscular, forzando a los músculos a descargar Su contenido patológico y mantener esa descarga hasta que la regeneración se haya cumplido Absolutamente. Es decir, dejar a los vasos en estado puro y sano, manteniíéndolos en este Estado durante toda la evolución de la enfermedad.”

“La regla de la arteria es absoluta”. El normal fluir circulatorio aporta a todos los tejidos Del organismo los agentes inmunitarios necesarios para combatir cualquier enfermedad. La Alteración de ese flujo minimiza la capacidad de defensa, y el diafragma puede ser Responsable de este hecho, recordad sus relaciones con la aorta y cava.

 

La estructura

Podemos entender fácilmente la repercusión en fijaciones respiratorias diafragmáticas Recordando sus conexiones directas sobre la estructura.

A nivel vertebral, las inserciones de los pilares derecho e izquierdo, en L1, L2, L3 y L4 son Responsables de rectificaciones o agravaciones lordóticas lumbares, y por consiguiente por su Efecto directo sobre la disposición y mecánica de L3, responsable de interferencias posturales Alrededor de las lí­neas de gravedad, con especial atención a la central y la anterior. Sabemos Que si la lí­nea anterior que nos relaciona alineación mentoniana con pubis está correcta, mantiene equilibradas las presiones intraabdominales e intratorácicas, favoreciendo el efecto turgor de cohesión visceral, organizado por el sistema nervioso autónomo, permitiendo la adaptación y deslizamiento de las ví­sceras mediante el sistema seroso de doble hoja que Encontramos en el peritoneo.

Si bien es cierto que el diafragma tiende a lordotizar por la tensión de sus inserciones en la cara anterior de los cuerpos vertebrales, provocando un aumento de la flexión posterior, tambiíén es cierto que dicha tendencia es contrarrestada por la acción de los músculos espinales profundos, responsables del equilibrio postural.

La anterioridad o posterioridad del indiví­duo en relación a esta lí­nea de gravedad reproduce adaptaciones estructurales sobre las curvaturas cervicales y lumbares, con la consecuente implicación diafragmática.

El cambio en las presiones puede ser causa de espasmos o ptosis viscerales que alteren su Fisiologí­a, así­ como alteraciones vasculares por compresión o distracción.

La anteriorización o posteriorización del indiví­duo reproduce mecanismos parecidos a los que encontramos en los espasmos reflejos defensivos aponeuróticos periesofágicos, las fascias orofarí­ngeas, cervicales y diafragmáticas, en la etapa primaria infantil por distensión excesiva de los tejidos de comunicación fasciales occipitobasilar, cervical y dorsal por partos complicados en la salida del feto, por respuesta mecánica de luxaciones craneales por el uso de fórceps, o la propia inspiración primaria del neonato, donde la toma de aire excesiva, produce un estiramiento aumentado no asimilado del hiato esofágico provocando un espasmo reflejo diafragmático. Los trastornos digestivos infantiles se harán evidentes y la postura global se adaptará a esas disfunciones.

Así­ pues, la elevación excesiva del mentón por anterioridad de la lí­nea reproduce de forma parecida ese circuito aponeurótico de compensación, donde el cabeceo posterior restringe la movilidad de la charnela cervico-dorsal, el sistema hioideo pierde su tensión normal y el diafragma se espasma en un intento de corrección.

Está claro que al diafragma no hay que enseñarlo a respirar, y que tan sólo es una ví­ctima de un sistema descompensado, pero aunque la guerra cese, debemos socorrer a esa ví­ctima.

Corregir sus fijaciones respiratorias, sus efectos de torsión torácica y lumbar, su acción lordotizante, sus obliteraciones vasculares, es imperativo en un acto terapíéutico global.

Prosiguiendo con el recuerdo anatómico, las fibras condrocostales implican de la 7ª a la 12ª costilla, comunicándose de manera indirecta pero consecuente con las víértebras dorsales.

La relación con esternón mediante las fibras insertadas en el apíéndice xifoides tambiíén influirá en los trastornos mediastí­nicos.

Las arcadas del cuadrado lumbar y del psoas nos comunican con la estructura lumbopíélvica.

A nivel cervical el ligamento vertebropericárdico es el punto de unión directo entre víértebra y diafragma con insercionres de C7 a D4. El nervio fríénico, principal neuroefector diafragmático en su salida de C4 con anastomosis de C3 y C5, esófago, nervios neumogástricos y el ligamento mediastí­nico anterior nos interrelacionan tambiíén ambas estructuras.

En realidad las fibras de inserción del diafragma responden a las distintas orientaciones musculares de los 8 digástricos. El centro fríénico es el punto de unión tendinoso de ellas, y actúa como punto semifijo y de palanca en la fisiologí­a respiratoria, gracias a la sustentación que el mismo recibe de la base del cráneo en tensión recí­proca de la cadena abdominopelviana.


 
Está pues en relación con la cadena aponeurótica cíérvico-torácica-abdomino-píélvica y con los ciclosfisiológicos globales del indiví­duo y el sistema postural de sustentación superior e inferior,relacionando cráneo y su sistema vegetativo, cervical, visceral y vascular.

Atender tambiíén a la conexión mediastí­nica, pericárdica y pleural.

A nivel abdominal con hí­gado, ángulos cólicos derecho e izquierdo, estómago, bazo, riñón y suprarrenales.

Con las cadenas rectas anteriores y cruzadas se comunica mediante la inserción xifoidea del recto anterior del abdomen y el transverso y mediante la inserción condrocostal de los oblí­cuos.

El diafragma es punto convergente de las cadenas musculares y punto de absorción y dispersión de las tensiones fasciales superiores e inferiores. El centro fríénico es realmente el “vedel” de la “escuela fisiológica estructural”, da continuidad y congruencia a todo el sistema miofascial. Por tanto, cualquier disfunción en su fisiologí­a afectará evidentemente sobre la respiración, sobre el sistema visceral, pero tambiíén a nivel articular perifíérico a travíés de esas cadenas.

La lí­nea central de gravedad, así­, puede verse alterada y la morfoestática del individuo implicada.

El sistema tónico postural alterado en cualquiera de sus captores, aunque este es un canal de doble sentido, pero las adaptaciones pódales, las básculas en los anillos píélvicos y torácicos, los reflejos miostáticos, el captor ocular o el aparato manducador interfieren en ese sistema de propio y nociocepción.

 

La Función

En la inspiración, ya sabíéis que el centro fríénico desciende, pero limitado, actuando como punto de apoyo y para que las fibras al contraerse, provoquen el descenso de las cúpulas diafragmáticas horizontalizándose y descendiendo, originando la elevación costal. Así­ el tórax, en su aumento del diámetro modifica la presión intratorácica la cual disminuye, procediendo a realizarse el llenado de aire alveolar. Los órganos son comprimidos inferiormente por la acción del diafragma aumentando la presión abdominal.

Durante la respiración relajada con la sola intervención diafragmática, su cúpula desciende alrededor de 1cm, creando variantes de presión de 1 a 3 mm Hg y la inhalación de unos 500 ml de aire. En la respiración forzada, mediante los músculos accesorios, el diafragma según la necesidad inspiratoria puede llegar a descender hasta 10cm, aumentando de forma muy importante la diferencia de presión, hasta 100 mmHg, lo cual genera una capacidad inspiratoria de 2 ó 3 litros de aire.

Pero además, los cambios de presión afectan tambiíén a nivel interpleural pulmonar, es decir la presión existente entre la pleura visceral que recubre la superficie pulmonar y la pleura parietal que recubre la anterior, varí­a según la cualidad respiratoria, pasando de ser unos 4mmHg menor que la ambiental antes de la inspiración, es decir, unos 756mmHg, a unos 754 en la inspiración.

Otra variante de presión se produce en la inspiración, al aumentar el volumen de los pulmones la presión en su interior, es decir la presión alveolar disminuye de 760 a 758mmHg. Esta diferencia de presión entre la exterior o medioambiental que es de 760, con la que se crea en el interior de los pulmones, es la responsable de la entrada de aire en su interior. La acción de los accesorios de la respiración participarán en la duración y cantidad del incremento de volumen de la cavidad torácica. Los intercostales externos actuarán elevando las costillas, el esternocleiodoccipitomastoideo sobre esternón, escalenos sobre 1ª y 2ª costilla, y el pectoral menor sobre la 3ª a 5ª .

En la espiración los patrones se invierten, la presión abdominal disminuye, pues la compresión cede, el aire es expulsado de los pulmones, lo que hace aumentar su presión torácica y disminuir su diámetro. La presión en los pulmones es mayor que la exterior.

La acción espiratoria tiene un primer carácter pasivo, es decir se produce por la relajación muscular de los elementos implicados, no por acción activa contráctil.

El diafragma asciende, reduciendo el diámetro anteroposterior del tórax y su dimensión vertical, disminuyendo así­ su volumen, y como a menor volumen mayor presión, el aire pasa de la cavidad pulmonar ( 762 mmHg de presión alveolar en la espiración ) al exterior ( 760mmHg ).

Pero tambiíén existe un carácter activo espiratorio, mediante la acción de los abdominales y los intercostales internos. La acción abdominal produce el descenso de las costillas inferiores facilitando el ascenso diafragmático.

Esto se repite de 20 a 24.000 veces al dí­a, así­, ¿cómo no contemplar las disfunciones mantenidas de este proceso como elemento perturbador del equilibrio postural y fisiológico?

Muchos de vosotros ya sois conscientes de este hecho, lo contemplamos como factor primordial de regulación, pero, quíé difí­cil dar a veces con la lesión primaria, ¿verdad? Y es que el diafragma se ve obligado a absorber tantos factores de implicación, que se hace casi imposible disociarlos. Los desarreglos en el campo fí­sico, emocional y energíético se “enquistan” en esta maravillosa estructura que es la unidad funcional diafragmática.

Pensad tambiíén que el equilibrio de las presiones abdominales y torácicas responde además a otras funciones básicas como la capacidad de modulación en la fonación, la cantidad de aire y cómo se controla su expulsión depende directamente del diafragma.

La correcta fisiologí­a de los órganos abdominales tanto en su movilidad, en su motilidad, como en la propia fisiologí­a, depende en gran medida de una buena salud diafragmática. Las alteraciones de los ritmos respiratorios actúan directamente sobre el sistema respiratorio primario, es decir, a travíés de las relaciones fasciales, duramadre sistema nervioso vegetativo, influye sobre el movimiento originado por la expansión de lí­quido cefalorraquí­deo, el cual es difundido en parte gracias al torrente sanguí­neo.

Recordad cómo el estríés, la angustia, el miedo son estados emocionales de activación simpática, es decir, de acción adreníérgica, donde la actividad orgánica es aumentada o disminuida, en función de la acción de las cíélulas efectoras por la estimulación suprarrenal.

Esa estimulación actúa sobre el ritmo cardí­aco el cual implica tambiíén al respiratorio mediante el motor diafragmático. Por tanto los desequilibrios neurovegetativos influyen evidentemente sobre el diafragma.

La acción de regulación sobre el SNV es tan importante como lo es la óptima funcionalidad diafragmática.

Los tests kinesiológicos destinados a estudiar la reacción simpática dirigen su atención a mejorar la fluidez en la cadena fenilanina-tirosina-dopamina-adrenalina, y a mantenerla bajo patrones equilibrados o a estimular la acción vagotónica mediante el estudio de la cadena lecitina-acetilcolina. La acción de las vitaminas B6, ácido fólico , vitamina C, son indispensables para esa reacción simpática, así­ como los reguladores del tipo manganeso, cobalto, vit. B12, colina, etc.

Conocemos pues, como estados emocionales alterados y mantenidos, actúan sobre el sistema simpático o parasimpático y la cadena neuroinmunoendocrina. El sentido inverso no es menos cierto.

Otro ejemplo de repercusión sobre el sistema vegetativo, dentro del campo quí­mico, lo vemos en ciertos casos de candidiasis, por la acción del acetaldehí­do sobre el sistema nervioso, fruto de la metabolización realizada por las cándidas a partir del azúcar, que actúa con la dopamina, pudiendo ocasionar disfunciones neurovegetativas de tipo emocional, depresión, ansiedad, etc. Y el diafragma responde siempre ante estas alteraciones.

Ya hemos hablado de la interferencia en la estática y la dinámica por un sistema descompensado, pero deberí­amos hablar, de cómo esas disfunciones repercuten tambiíén sobre el campo electromagníético. En Kinesiologí­a, le llamamos Centrado.

El Centrado serí­a la influencia que sobre el campo electromagníético del indiví­duo produce una disfunción del sistema neuromotriz, o viceversa, en la marcha, sobre el sistema hioideo o el llamado sistema cloacal.

El modo de andar en kinesiologí­a, es el modo como los dos hemisferios cerebrales organizan los estimulos de contracción y relajación muscular alternados.

El sistema hioideo, es otro factor de desequilibrio en el campo electromagníético, sus repercusiones en el centrado, es decir, sus repercusiones sobre el sistema tónico postural son claras. Además debemos recordar cómo la acción homoioidea implica a tiroides y se relaciona con la respiración.

Otra interferencia energíética importante son las cicatrices, sobretodo las que se localizan en la zona abdominal. Las cicatrices por cesárea, deben ser siempre estudiadas, ya que interrumpen el paso energíético medial.

Otras interferencias importantes son las dentarias, por donde pasan los meridianos energíéticos y son puntos neurofocales de primer orden, con correspondencia sobre los órganos.

Por último recordaros el carácter energíético de la propia respiración, y cómo los desequilibrios entre iones negativos y positivos repercuten por ejemplo en la acidez o alcalinidad de nuestro pH y en la regulación del sistema nervioso.