EFE
En 67 de las 70 principales urbes del gigante asiático se registraron descensos en el valor de las propiedades.
Los precios de la vivienda nueva en las grandes ciudades de China siguieron cayendo en noviembre de forma generalizada por síéptimo mes consecutivo, al registrarse descensos en 67 de las 70 principales urbes, un 96%, con respecto a octubre.
Según informó hoy la Oficina Nacional de Estadísticas de China, aunque este descenso en los precios de las casas de nueva construcción es uno de las más generalizados de la serie histórica, el dato de noviembre es inferior al de octubre, cuando la vivienda bajó en 69 de las 70 mayores ciudades chinas.
El Gobierno chino no ofrece un porcentaje global de variación de precios para el conjunto del mercado inmobiliario del país, pero publica los cambios interanuales e intermensuales de los precios en las 70 principales ciudades.
Excepto en Hefei, Nankín y Shenzhen, donde los precios se mantuvieron estables, el precio de la nueva vivienda disminuyó en noviembre con respecto a octubre en el resto de las ciudades.
En Beijing y Shanghái los precios bajaron un 0,3 y 0,5% en noviembre, respectivamente, unos descensos menores que los registrados el mes anterior, cuando cayeron un 1,3 y 0,7%.
El número de ciudades con descensos en los precios del sector ha ido subiendo los últimos meses: en mayo fueron 35; en junio, 55; en julio se llegó a lo que entonces era un máximo histórico con 64, y despuíés se vio superado en agosto, con 68, y tambiíén en septiembre, con 69 -dato que se mantuvo en octubre-.
En este sentido, noviembre fue el primer mes desde julio en el que no se supera un ríécord en las caídas del precio de la nueva vivienda, algo que el analista de la Oficina Nacional de Estadísticas Liu Jianwei atribuyó a las nuevas medidas del Gobierno chino, en declaraciones a la agencia oficial Xinhua.
En los últimos años, las autoridades trataron de controlar el alza de los precios ante el peligro de una burbuja inmobiliaria.
Más recientemente, sin embargo, la ralentización de la segunda economía del mundo ha provocado una disminución de la actividad inmobiliaria, por lo que el Gobierno ha tomado en los últimos meses medidas de estímulo para evitar un exceso de viviendas sin vender.