The Associated Press
Los piratas informáticos que lanzaron el ataque contra Sony Pictures Entertainment antes del Día de Acción de Gracias dañaron la red, robaron gigabytes de información y filtraron al público películas sin estrenar así como numerosos correos electrónicos ejecutivos.
Un mes despuíés, el gobierno del presidente Barack Obama confirmó las sospechas de muchos: que el gobierno de Corea del Norte estaba detrás de la penetración informática. Las autoridades norteamericanas se comprometieron a responder, aunque a la fecha no han especificado quíé medidas adoptarían.
Fue una extraordinaria reacción pública desde los niveles más altos del gobierno estadounidense, si se toma en cuenta que en los últimos años intereses internos más vitales han sido blanco de piratas ciberníéticos del extranjero, incluidas las fuerzas armadas, bancos de gran tamaño y fabricantes de equipos de energía nuclear y solar cuyos secretos comerciales fueron robados en cuestión de minutos.
Sin embargo, incluso en una era digital que registra un ciclo interminable de ataques ciberníéticos, ninguno atrajo la atención del público como el de Sony y su convergencia de tramas sensacionales.
Estas incluyen un dictador aislado que vive a medio mundo de distancia; chismes que dañan a Hollywood; amenazas de terrorismo contra quienes vayan al cine el día de Navidad; críticas del presidente de Estados Unidos contra la decisión de una empresa de cancelar la proyección de una película satírica, y agencias policiales normalmente reticentes que manifiestan claramente sus argumentos contra los supuestos culpables.
"No recuerdo que Estados Unidos haya hablado de una respuesta proporcional ante el espionaje chino o la infiltración de infraestructura crucial en ese sentido, como un problema de políticas en la misma manera que lo estamos haciendo hoy", dijo Jacob Olcott, experto en ciberpolíticas y asuntos jurídicos en la firma Good Harbor Security Risk Management y ex asesor del Congreso.
El presidente Barack Obama dijo el viernes que Estados Unidos respondería al ciberataque, aunque sin precisar cómo, despuíés de que el FBI responsabilizara públicamente a Corea del Norte. Tambiíén censuró la decisión de Sony de cancelar el estreno de la película "The Interview", una comedia sobre una conspiración para asesinar al gobernante norcoreano.
"Este es un territorio inexplorado", declaró Chris Finan, ex asesor de seguridad ciberníética para la Casa Blanca. "Las medidas que adoptemos para responder a este suceso servirán indeleblemente para influir el proceder futuro de estados nación".
Corea del Norte ha negado haber lanzado el ataque ciberníético contra los estudios de Sony y el sábado propuso una investigación conjunta con Estados Unidos, al tiempo que advirtió de "graves" consecuencias si Washington rechazaba la propuesta.
La Casa Blanca eludió la idea, dijo estar segura de que Corea del Norte fue la responsable y exhortó a las autoridades de ese país a que "admitan su culpabilidad e indemnicen a Sony por los daños causados por este ataque".