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La FAO llamó a cultivar maíz, arroz y trigo de forma más sostenible y con una agricultura ecológica, que logre mayor productividad y conservación de los recursos naturales para satisfacer la demanda.
Unos 50 especialistas en producción agrícola de varias instituciones recomendaron a la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) incentivar esos tres cultivos bajo esas normas, por ser fundamentales para la seguridad alimentaria mundial.
Explicaron que los sistemas agrícolas para los cereales deben ir a la transición hacia una agricultura sostenible si quieren satisfacer las necesidades sin precedentes de maíz, arroz y trigo.
La FAO estima que en los próximos 35 años los agricultores necesitarán aumentar la producción anual de maíz, arroz y trigo hasta los tres mil millones de toneladas, 500 millones de toneladas más que el ríécord alcanzado en 2013.
Considera, además, que tendrán que hacerlo con menos agua, combustibles fósiles y productos agroquímicos, en tierras de cultivo ya muy degradadas por díécadas de producción agrícola intensiva, y enfrentándose a sequías, plagas y enfermedades, y fenómenos meteorológicos extremos provocados por el cambio climático .
Los expertos señalaron que ese desafío sólo podrá superarse con una agricultura ecológica que logre una mayor productividad, y que ofrezca beneficios económicos a los 500 millones de pequeñas explotaciones agrícolas familiares repartidas por el mundo.
Tales consideraciones fueron planteadas esta semana en una reunión de la FAO con asistencia de destacados especialistas en el sector agrícola centrada en la producción de maíz, el arroz y el trigo, los cuales aportan el 50 por ciento del suministro de energía alimentaria de la humanidad.
Los cereales son tambiíén cada vez más vulnerables: se estima que las tendencias del clima desde 1980 han reducido la cosecha anual mundial de maíz en unos 23 millones de toneladas, y la de trigo en 33 millones de toneladas.
Esos datos incluyen, además, que los incrementos en el rendimiento de los cereales logrados con la Revolución Verde, que en tiempos pasados registraron un promedio espectacular del tres por ciento anual, han caído a alrededor del uno por ciento desde 2000.
Por ejemplo, en Asia la degradación de los suelos y la acumulación de toxinas en los sistemas intensivos de producción arrocera son motivo de preocupación para la FAO, debido a que la desaceleración en los rendimientos refleja un deterioro del crecimiento de los cultivos.
Durante el encuentro se acordó que la agricultura no puede depender de un aporte intensivo de insumos para aumentar la producción.
Las variedades mejoradas de maíz, arroz y trigo deben ir acompañadas de lo que la FAO denomina sistemas agrícolas Ahorrar para crecer, que mantienen el suelo sano, integran la producción de cultivos, árboles y animales, utilizan el agua de forma mucho más eficiente, y protegen los cultivos con el manejo integrado de plagas.
En tal sentido se ejemplificó como aplicación de tecnologías y prácticas agrícolas basadas en los ecosistemas ha demostrado su validez, entre ellas el millón de pequeños agricultores de Vietnam que adoptaron el Sistema de intensificación del Arroz, con elevados rendimientos utilizando menos fertilizantes, agua y semillas que el arroz de regadío convencional.
Tambiíén en China, la plantación de variedades de arroz geníéticamente diversas en el mismo arrozal reduce la incidencia de enfermedades fúngicas de manera tan significativa, que se ha evitado la aplicación de fungicidas.
El foro de la FAO contó con la participación de 50 especialistas del Africa Rice, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo, el Centro internacional de investigación agrícola en las zonas secas, el Instituto Internacional para el Manejo del Agua, el Instituto Internacional de Investigación sobre el Arroz y organismos de desarrollo agrícola de Asia y Latinoamíérica.
Sus conclusiones se presentarán en una guía para los responsables de la formulación de políticas Ahorrar para crecer: maíz, arroz y trigo, que se publicará en 2015.