EFE
Julio Cíésar Rivas
Canadá ha iniciado 2015 con la puesta en marcha de un nuevo sistema de inmigración que facilita la llegada de migrantes jóvenes y con altas cualificaciones profesionales, tras una serie de fiascos migratorios en 2014.
El llamado "Express Entry" (Entrada Rápida) está en vigor desde el 1 de enero y en la práctica sustituye tres programas de inmigración económica para individuos cualificados con un sistema en el que el Gobierno canadiense da prioridad a aquellas personas que tienen una oferta de trabajo en el país.
La puesta en vigor de "Express Entry" es consecuencia directa del fiasco del Programa de Trabajadores Extranjeros Temporales puesto en marcha por el Gobierno del primer ministro canadiense, el conservador Stephen Harper, para satisfacer las demandas del mercado laboral canadiense.
Durante años, el Gobierno de Harper ha presumido de que la economía canadiense nunca sufrió realmente las consecuencias de la recesión de 2008 y ha puesto como prueba la baja tasa de desempleo del país, en torno al 7 %, y las demandas de diversos sectores de trabajadores temporales extranjeros para cubrir sus necesidades.
Según cifras oficiales, mientras que en 2002, Canadá aceptó unos 100.000 trabajadores temporales extranjeros, la mayoría para trabajar en el sector agrícola o en lugares remotos, en 2012 la cifra se triplicó a más de 330.000 trabajadores al año, muchos de ellos para ser empleados por cadenas de comida rápida.
En comparación, el Ministerio de Ciudadanía e Inmigración anunció hace unas semanas que Canadá ampliará hasta un rango de entre 260.000 y 285.000 el número de inmigrantes que aceptará en 2015, unos 20.000 más que en 2014.
El Gobierno de Harper justificó la multiplicación de trabajadores temporales extranjeros, que no pueden pedir la residencia permanente en Canadá y que cuentan con menos derechos y prestaciones que los residentes en el país, por el rechazo de los canadienses a trabajar en cadenas de comida rápida.
Pero la triplicación de trabajadores temporales extranjeros coincidió con la política del Gobierno de Harper de permitir que las empresas pagasen hasta un 15 % menos a los trabajadores importados de lugares como Filipinas o Latinoamíérica.
Según los sindicatos canadienses, este incentivo económico y la vista gorda del Gobierno de Harper a los abusos de los empleadores provocó la multiplicación de casos en los que las empresas despedían a empleados canadienses para contratar trabajadores temporales extranjeros.
Tras defender repetidamente el programa, el Gobierno de Harper admitió el año pasado que algunos empleadores estaban abusando de íél, incluso con casos de amenazas de muerte contra trabajadores extranjeros, y bajo intensa presión, Ottawa decidió suspender parte del programa de trabajadores temporales extranjeros.
El fiasco de esta iniciativa se suma a otros problemas que Harper ha tenido en 2014, como las peleas con militares retirados sobre prestaciones y servicios, y que están afectando las opciones del Partido Conservador (PC) de cara a las elecciones generales previstas para octubre de 2015.
La entrada en vigor de "Express Entry" debería acallar las críticas de aquellos que consideran que Harper ha transformado el sistema de inmigración canadiense para simplemente satisfacer las necesidades inmediatas de poderosos sectores económicos del país.
El Gobierno canadiense ha señalado que los candidatos de "Express Entry" recibirán puntuación dependiendo de factores como su edad, educación, cualificaciones profesionales, nivel de lenguaje y experiencia.
Los candidatos que el Ejecutivo considere más adecuados para las necesidades del país serán colocados al frente de la línea de espera en vez de, como hasta ahora, procesar las solicitudes de residencia de acuerdo con el orden de presentación de los formularios.
"A partir del 1 de enero, seremos capaces de seleccionar los principales inmigrantes económicos que contribuirán a nuestra economía, mercado laboral y comunidades", dijo a finales de diciembre el ministro de Inmigración de Canadá, Chris Alexander, en un comunicado.
Pero abogados especializados en inmigración y grupos laborales han señalado que "Express Entry" sustituye un sistema transparente por otro en el que el Gobierno canadiense de, forma opaca, decide finalmente quiíén puede emigrar al país sin ningún tipo de control independiente