Los planes destinados a restablecer la salud financiera mundial se multiplican, pero los inversores no se fían, pues los mercados acumulan fuertes descensos en el año. En este escenario, ¿se pueden encontrar refugios más atractivos que los depósitos —garantizados por algunos gobiernos—o la idea de guardar los ahorros debajo del colchón, aun a riesgo de sufrir la depreciación derivada de un alza de la inflación?
Para David Navarro, de Inversis, lo primero es tener claro que “más que ganar, se trata de no perderâ€. Para ello, y aunque considera que aún no es el momento de comprar, reconoce que la bolsa podría ser una alternativa, siempre que las inversiones sean “a muy corto plazo, con posiciones de trading y mucha disciplina, y se centren en sectores no cíclicosâ€. Apuesta por farmacíéuticas —Grifols gana en 2008— y telecos, evitando los sectores más ligados al ciclo, como tecnológicas, utilities —muy endeudadas— y bancos, donde “habrá tiempo de invertirâ€. La prima de riesgo es el mayor obstáculo, si bien Banif cree que “una relajación de la misma provocaría la formación de un suelo en los parquíés, aunque será necesario un catalizador en forma de bajadas de tipos, reformas de la contabilidad o estabilización del interbancarioâ€.
Ignacio Cantos, de Atlas Capital, es más lanzado. Es partidario de invertir ya entre un 70% y un 80% de la cartera en renta variable, aprovechando los precios de saldo que presentan concesionarias como Cintra o Abertis e incluso algunas small caps que podrían servir de refugio. Entre sus favoritas están Tíécnicas Reunidas, debido a la capacidad deficitaria de refinar crudo, o Adolfo Domínguez, con un precio menor a su valor en libros, aunque reconoce que si los mercados entran en un escenario de riesgo sistíémico, más allá de la recesión, las previsiones perderían validez.
La seguridad sale cara
La alternativa a las bolsas es la renta fija, pero los analistas se muestran divididos. “Los bonos estatales con rating de AAA†son la opción que baraja Inversis, si bien la huida hacia la calidad ha provocado subidas de precio y caídas de la rentabilidad. De ahí que en Atlas Capital descarten la deuda pública y aconsejen ir mirando los bonos corporativos, pues “no todas las empresas van a quebrarâ€. Tambiíén hay dudas en las divisas, pues ni siquiera está clara la continuidad de la revalorización del dólar. A su favor juega su condición de refugio y las perspectivas de que la economía estadounidenses salga antes de la crisis, pero en su contra pesa una potencial bajada de tipos y la píérdida de atractivo derivada de la deuda que EEUU emitirá tras la aprobación del plan Paulson.
Donde hay consenso es en las materias primas, un mercado muy volátil que podría dirigirse hacia su mayor caída anual desde 2001 ante la desaceleración económica y la salida de los inversores especulativos. “Los días de subidas han terminado’’, declaró a Bloomberg el banco japoníés Mitsubishi UFJ.