http://arucasblog.blogspot.com/2010/03/los-protocolos-de-los-sabios-de-sion.htmlLos Protocolos de los Sabios de Sión
Conforme avanzas en la lectura de estos textos, tienes la impresión de estar viviendo una especie de guión, con la salvedad de que fue escrito hace más de 100 años y piensas que no puede ser, que esto se escribió en esta díécada. No amigos, nuestras vidas y el destino entero del planeta es un buen guión, muy bueno porque se está cumpliendo, pero sus autores son las fuerzas oscuras que guían al ser humano hacia el Nuevo Orden Mundial. Sólo algunos párrafos:
Goyim somos los no judíos
- Para distraer a los hombres demasiado inquietos de las cuestiones políticas les pondremos delante las pretendidas nuevas cuestiones industriales. Que desahoguen sus furias sobre estos nuevos temas. Las masas consentirán en permanecer inactivas y en descansar de su pretendida actividad política (a que nosotros mismos las hemos acostumbrado para luchar por medio de sus intermediarios con los gobiernos de los GOYIM) bajo la condición de tener nueva ocupación; nosotros les señalaremos casi la misma dirección política. Con el objeto de que no lleguen a nada por medio de la reflexión, LES DISTRAEREMOS CON ENTRETENCIí“N, JUEGOS, PASATIEMPOS, PASIONES, CASAS PíšBLICAS… MUY PRONTO PROPONDREMOS POR MEDIO DE LA PRENSA CONCURSOS EN ARTE EN DEPORTES Y DE TODO TIPO. Estas futilezas alejarán definitivamente los ánimos de ciertas cuestiones en las que nos sería molesto entrar en lucha con ellas. Los hombres cada día pierden más la costumbre de pensar por sí mismos y acabarán por hablar haciendo coro a nuestras ideas, porque seremos los únicos que fijemos rumbos al pensamiento..., por mediación de personas tales que, ya se comprende, no se SOSPECHE QUE SON NUESTROS ALIADOS.
- No pensíéis que carecen de fundamento nuestras afirmaciones. Fijaos solamente en el íéxito que hemos obtenido creando el DARWINISMO, MARXISMO, NIETZCHERISMO. Para nosotros, judíos, de todos modos, debe ser claro de ver la importancia desintegradora que estas directrices han tenido en las mentes de los GOYIM.
- Los Estados modernos tienen en sus manos una gran fuerza creadora: la Prensa. Su papel es el de expresar las reivindicaciones que se dicen necesarias, indispensables; hacer conocer las quejas de los pueblos; crear el descontento y darle una voz con que expresarlo. En la Prensa está encarnada la libertad de palabra. Pero los Estados Goyim no han sabido utilizar esta fuerza que ha caído ya en nuestras manos. Por la Prensa hemos conquistado toda la influencia, quedando nosotros ocultos en la sombra, y gracias a ella hemos podido amasar el ORO con nuestras manos como precio de los torrentes de lágrimas y de sangre, en medio de los cuales hemos podido arrebatarlo... Pero nos hemos rescatado a nosotros mismos mediante el sacrificio de muchísimos de los nuestros. CADA UNO DE LOS NUESTROS QUE HA SIDO SACRIFICADO VALE DELANTE DE DIOS POR MILLARES DE GOYIM.
- Nosotros debemos aparecer como libertadores del obrero de ese yugo que lo oprime, proponiíéndole que se aliste en las filas de ese ejíército de Socialistas, Anarquistas y Comunistas, que siempre mantenemos en pie, con el pretexto de solidaridad entre los miembros de nuestra Franc-Masonería social. La Aristocracia que disfrutaba antes enteramente del derecho al trabajo de los obreros, tenía interíés en que íéstos vivieran bien alimentados, sanos y fuertes. A nosotros, por lo contrario, lo que nos interesa es LA MUERTE DE LOS GOYIM. Nuestra fuerza radica en el hambre crónica, en la debilidad del obrero, porque íéstas lo subyugan a nuestro capricho, y porque así carecerá en su impotencia de la energía y la fuerza necesarias para oponerse a ese capricho. El hambre dará al Capital más derechos sobre el obrero que los que jamás otorgaron a la Aristocracia, la ley y el poder de los monarcas (!!!).
Al mismo tiempo hay que proteger eficazmente el comercio y la industria, y más todavía, la especulación, cuyo papel es servir de contrapeso a la industria. Sin la especulación, la industria aumentaría los capitales particulares, mejoraría la agricultura, librando las tierras de los gravámenes asignados por los príéstamos de los bancos hipotecarios de críédito territorial. Es necesario que la industria prive a la tierra del fruto, tanto del capital como del trabajo, y que ponga en nuestras manos para la especulación todo el oro del mundo, obligados en fuerza de estas combinaciones a quedar relegados a las filas del proletariado, todos los GOYIM se inclinarán ante nosotros para tener como único derecho el de existir.
- Para arruinar la industria de los GOYIM daremos un gran impulso a la especulación y al gusto por el lujo, ese lujo que todo lo devora. HAREMOS SUBIR LOS SALARIOS, PERO DE TAL MANERA QUE ESTA ALZA NO REPORTE NINGíšN PROVECHO A LOS OBREROS, PORQUE AL MISMO TIEMPO HABREMOS PROVOCADO EL ENCARECIMIENTO DE TODOS LOS ARTíCULOS DE PRIMERA NECESIDAD, HACIENDO CREER QUE ESE ENCARECIMIENTO ES DEBIDO A LA DECADENCIA DE LA AGRICULTURA Y LA GANADERíA Y A LA MISMA ELEVACIí“N DE LOS JORNALES, MINAREMOS ADEMíS PROFUNDAMENTE LAS FUENTES DE PRODUCCIí“N HABITUANDO AL OBRERO A LA ANARQUíA Y A LA EMBRIAGUEZ Y TOMAREMOS ADEMíS TODAS LAS MEDIDAS POSIBLES PARA POCO A POCO EXTIRPAR DE LA FAZ DE LA TIERRA TODAS LA FUERZAS EDUCADAS DE LOS GOYIM.
- UNA VEZ LLEVADO A CABO NUESTRO GOLPE DE ESTADO DIREMOS A LOS PUEBLOS: Todo iba horriblemente mal; todos hemos tenido que sufrir por una causa o por otra; esto era ya insoportable. Hemos destruido las causas de vuestros sufrimientos, las nacionalidades, las fronteras, la diversidad de monedas. Indudablemente que sois muy libres de jurarnos obediencia o no; ¿pero podíéis hacerlo con justicia si lo hacíéis antes de experimentar lo que os hemos dado?... Entonces nos exaltarán y llevarán en triunfo con un entusiasmo unánime, y lleno de esperanzas. El sufragio universal, del que hemos hecho el instrumento de nuestra entronización, y al que hemos acostumbrado a los más insignificantes iniciados que forman parte de la colectividad humana, por medio de reuniones, de grupos y de alianzas, representará por última vez su papel expresando el voto unánime de la humanidad de conocernos antes de juzgarnos.