En plena políémica por la amenaza del Gobierno de Nicolás Maduro de expropiaciones de empresas españolas con intereses en Venezuela, el holding aíéreo IAG quiere dar carpetazo a la situación de Iberia en el país y estudia provisionar 184 millones de euros que la aerolínea española tiene retenidos en el país latinoamericano. Telefónica ha confirmado que su resultado bruto de explotación bajará en 915 millones de euros y su beneficio neto en 399 millones de euros, afectada tambiíén por la nueva estructura cambiaria.
Según explican fuentes de toda solvencia a este periódico, IAG da por perdido este dinero desde hace mucho tiempo, pero el auditor no le dejaba provisionarlo hasta ahora por problemas con la devaluación de la moneda. No en vano, en los resultados de los nueve primeros meses del año, el holding dirigido por Willie Walsh ya realizó un cargo extraordinario de 82 millones por la depreciación del bolivar.
Las mismas fuentes añaden que la decisión definitiva se está ultimando en estas semanas para incluirla en los resultados anuales de 2014, que se presentan el viernes 27 de febrero.
Un portavoz oficial de IAG, consultado por la posible provisión, no tiene "comentarios que agregar a lo ya reportado".
Partida excepcional
En el caso de que se decida provisionar este importe retenido de 184 millones de euros, aunque es una partida excepcional, podría afectar al beneficio neto de Iberia. La aerolínea española, tras varios años de dura travesía por los números rojos, volverá a ganar dinero en 2014 (antes de extraordinarios), según han confirmado en repetidas ocasiones su propio presidente, Luis Gallego, y el consejero delegado de IAG, Willie Walsh.
En los últimos resultados trimestrales, que se hicieron públicos el pasado 30 de octubre, la compañía con sede en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas logró un beneficio de las operaciones de 162 millones de euros entre julio y septiembre (los mejores meses del año del negocio aíéreo). La cifra supone duplicar los resultados alcanzados en el mismo periodo del año anterior: 74 millones de euros.
Ante la actitud del Gobierno de Venezuela, Iberia ha ido adaptando su relación comercial con el país caribeño en función del hermetismo del Ejecutivo de Maduro. Así, desde la pasada primavera de 2014 se redujeron las frecuencias de vuelos entre Madrid y Caracas. Si tradicionalmente era uno diario, ahora se han reducido a 4 o 3 a la semana, dependiendo de la íépoca del año.
Paralalelamente, se dejaron de vender billetes allí,para evitar que el pago sea en bolívares y aumente la cantidad de dinero retenida por el Gobierno de Venezuela. Ahora se obliga a que se compren esos billetes en euros.
Tambiíén se han puesto en marcha otras medidas de carácter menor con el mismo objetivo: intentar que se reduzcan los 184 millones de euros retenidos en el país. Por ejemplo, se ha decidido que las tripulaciones cambien de hotel para que el pago de su estancia se realice en bolívares, con el objetivo de ir descontando el importe secuestrado en Venezuela. Si antes se hospedaban en hoteles de la cadena Marriott, ahora lo hacen en la cadena Hotel Olíé Caribe, según confirman a este periódico fuentes cercanas a la plantilla de la aerolínea.
Tanto Iberia como otras aerolíneas no se atreven a cortar definitivamente sus relaciones con Venezuela, tanto por los lazos culturales, como por las relaciones comerciales de muchas empresas en la zona, que necesitan que sus empleados sigan viajando al país. A comienzos del pasado ejercicio, se calculaba que el Gobierno había acumulado una deuda de más de 3.300 millones de dólares con aerolíneas.
En varias ocasiones, las autoridades venezolanas han advertido de que si las aerolíneas retiran todos sus vuelos del país, nunca recuperarán el dinero que tienen retenido, una amenaza que tambiíén frena las intenciones de muchas empresas de marcharse.
En el caso de Air Europa, otra de las aerolíneas españolas que actualmente vuelan a Caracas, y según recoge su última memoria de 2013 (ejercicio fiscal que va desde noviembre de 2012 a octubre de 2013), se encuentran registrados depósitos y saldos en bancos por importe de 731 millones de bolívares venezolanos, lo que supone 85 millones de euros al cambio de ese momento entre el bolívar y el euro.
La propia compañía advierte en este documento que "teniendo en cuenta los retrasos continuados que se están produciendo en la repatriación de los saldos, la Dirección de la Sociedad (Globalia) ha considerado prudente realizar un deterioro por importe de 17,1 millones".
El problema con el dinero en efectivo en Venezuela era habitual, aunque siempre se acababan repatriando los fondos. Eso sí, con algún retraso ocasionado por la conversión de la divisa. Pero en 2013, el Banco Central de Venezuela decidió el ya conocido bloqueo de repatriación de fondos. Pese a que el presidente Maduro en su discurso del Estado de la Unión de enero de 2014 anunció que no habría devaluación, el mercado no se lo cree por causa de la elevada inflación y un más que activo mercado negro.
Miguel íngel Gavira