Carlos Bueno
elEconomista.es
Las grandes compañías tecnológicas se frotan las manos ante la creciente exposición de las empresas y particulares a la denominada nube de Internet. Toda la actividad online depende de estas infraestructuras hasta el punto de que su colapso sería similar a la ausencia de la electricidad o del agua. A modo de ejemplo, basta con imaginarse un mundo sin el cloud computing. Lea toda la información del sector gratis en la revista elEconomista Tecnología.
Lo que sigue podría ser el relato de algo parecido a una catástrofe: "Todavía en la cama, por la ventana entra un solazo tremendo. Ni una nube en el cielo. Echo mano del móvil y me extraña no haber recibido ningún email. Voy a tuitear que mi servidor de correo está fallando, pero tampoco funcionan las redes sociales. Nadie en los grupos de Whats-App me ha dado los buenos días... Raro, raro. Mientras desayuno bastante desubicado, con el telíéfono extrañamente sobre la mesa, me decido a pedir un taxi, pero Hailo no arranca. Tampoco funciona la web en la que suelo consultar la previsión del tiempo. Ya en el coche, el navegador no me indica el camino más corto... Y en la oficina, más de lo mismo: ¿Todavía no te has enterado?, me dicen. ¡Se ha caído la nube!"
Para comprobar el nivel de dependencia, cada vez mayor, que tenemos del cloud computing, desde la revista elEconomista Tecnología se cuestionan ¿quíé sucedería si un día la nube sufriera un colapso? La primera respuesta de los expertos consultados, entre risas, nos remiten a que estaríamos ante un episodio de ciencia ficción, ante "el fin del mundo", en el que "no funcionaría nada". "Volveríamos a las gestiones tradicionales, tanto con el banco como con la Administración, de ventanilla en ventanilla", se imagina otro.
No se podría trabajar
Uno de estos expertos destacaba primero que aumentaría la producción mucho porque no podríamos perder el tiempo con las redes sociales ni con el WhatsApp. Sin embargo, al momento caía en la cuenta de que tampoco podríamos trabajar: tanto las aplicaciones de ocio como las profesionales han ido migrando por igual a la nube, a ese espacio externo a la empresa con el fin de ahorrar costes, ganar en eficiencia, velocidad en los procesos, capacidad y tambiíén en seguridad.
Todas han ido mudándose, de una forma o de otra, a cualquiera de las nubes ya sea pública -tipo Google, Amazon o Facebook-, híbrida -compartimentadas con acceso restringido por cada cliente a sus recursos- o totalmente privada.
"Las nubes, a día de hoy, nos proveen de muchas de las aplicaciones y de los servicios que utilizamos a diario, en muchas ocasiones sin saberlo", explica Jon Lorenzo, director para España y Portugal de la plataforma de cloud de Google. "La nube nos da acceso a una capacidad de computación virtualmente ilimitada, con los más altos niveles de seguridad.
Se calcula que aproximadamente el 70% del presupuesto de un departamento de informática se invierte en el mantenimiento de lo que ya existe. En este sentido, trabajar con entornos cloud permite reducir significativamente el tiempo dedicado a estas tareas y que los departamentos de IT concentren sus recursos en mejorar los servicios que ofrecen a sus clientes, tanto internos como externos", añade este directivo de Google.
Al no existir una sola nube, sino muchas nubes, es difícil pensar que este escenario hipotíético y con tintes apocalípticos llegara a producirse. Desde HP nos recuerdan que los informes de caída de sistemas revelan interrupciones de servicio de un total de dos horas en un año, lo que se convierte en algo imperceptible. De hecho, solemos darnos cuenta de esos fallos cuando afectan a sitios en los que todos tenemos cuenta, como Facebook.
Para comprobar la importancia que va adquiriendo la nube, basta echar un vistazo a las cuentas de resultados de grandes compañías que han entendido el potencial de estos servicios tecnológicos. Desde HP, reconocen que es su división estrella. "La unidad de negocio independiente se creó hace cuatro años y es la que más genera, la que más rápido crece, la que más inversiones acapara", explica Mercedes Serrano, Iberia cloud director de la compañía. Tambiíén en IBM crece esa división a ritmos del 60%, con 6.128 millones de euros en todo 2014.
En el caso de SAP, el crecimiento en los ingresos de ese negocio crecieron un 32% con respecto al periodo anterior -más de 1.000 millones de euros en 2014-. Por su parte, T-Systems, con diez años de pericia en el entorno, le ha llevado a invertir 47 millones de euros en el centro de Cerdanyola del Vallí¨s (Barcelona).
"De aquí a cuatro o cinco años, más del 50% de lo que se consuma en tecnologías de la información va a ser en modo nube", explica la directora del servicio de cloud de HP. Del último informe de la consultora tecnológica Penteo, sobre el mercado español, sacamos otra previsión: "Si en la actualidad existe un 30% de empresas españolas con servicios o aplicaciones en algún tipo de nube, el próximo año esa misma cifra alcanzará el 68%", indican los expertos.